Un vía crucis 'a la jerezana'
La Tribuna Cofrade
El acto del primer lunes de Cuaresma en la Catedral podría celebrarse en 2021 con el Cristo de Piedad en el altar mayor y el público estático en sus asientos
Cuatro cofradías percibirán ayudas de la Junta para restauraciones
Toda una sorpresa ha resultado la elección de la imagen que presida –esperemos que pueda– el vía crucis de la próxima Cuaresma. Cuando cobraba fuerza la elección de una de las imágenes del interior de la Catedral, cuando el Consejo tenía sobre la mesa alguna petición (al menos una) de cofradías interesadas en ser la elegida, la permanente se ha desmarcado y ha optado por el Cristo de la Piedad. Otra vez el Martes Santo, que está de racha. La cercanía de Santiago ha pesado sobremanera, para llegado el caso hacer todo lo posible por convencer a las autoridades de que el traslado, de apenas unos metros, no conlleva peligro.
Una vez elegida la imagen, el Consejo y la cofradía trabajan en una organización que debe ser mucho más cautelosa y milimétrica que años anteriores. Una de las posibilidades más fuertes es que en 2021 se celebre un vía crucis “a la jerezana”; esto es, con el Cristo de la Piedad presidiendo el acto en el altar mayor de la Catedral y el público sentado en sus asientos durante el rezo de las catorce estaciones, para evitar esa movilidad, distancias y contagios de una epidemia que seguirá latente, por desgracia, dentro de tres meses, que es el tiempo que resta para ese primer lunes de Cuaresma.
La devoción no se vende
La autenticidad está en peligro de extinción. Lo que hasta hace bien poco era normal va camino de perder la magia, la emoción, lo místico incluso. En el mundo actual de Facebook, Twitter y Tik-Tok, en esta sociedad que necesita contar a los cuatro vientos qué hace, qué piensa, qué siente a cada momento, nos quieren destapar el tarro de las esencias cofradieras. Y cuidado, porque una vez que eso ocurra, no habrá vuelta atrás.
En los últimos tiempos venimos comprobando la facilidad con la que la devoción a las imágenes se quiere bajar de los retablos y sacar de los templos en una suerte de consumismo morado cada vez más patente. Y si hasta hace poco el acercamiento a una imagen se limitaba al momento del beso en esas ceremonias que el coronavirus se ha llevado por delante –no sabemos si para siempre– llega la cofradía tal y te ofrece la posibilidad de rociarte por la cara el perfume que supuestamente huele igual que tu Cristo o que tu Virgen. Y si la epidemia obliga a unas medidas sanitarias, ahí tiene usted gel hidroalcohólico con olor a incienso. O ahora que se acerca la Navidad, vienen y te venden una caja de polvorones con el rostro de los titulares de tu hermandad. En algún momento esto del merchandising cofradiero se nos fue de las manos, que empezamos con un llavero y hoy en día casi podríamos montar un bazar de pasillos imposibles de cruzar sin tirar nada y tío de pocas palabras detrás del mostrador.
Tengan cuidado con querer usar a las imágenes como moneda de cambio, con querer vender las devociones. Que los titulares están para ir a visitarlos a las iglesias, el incienso para que humee formando nubes delante de los pasos y los polvorones para leer bien grande la palabra Estepa en el envoltorio. Quizás estemos a tiempo de frenar ese afán comercial en nuestras hermandades, porque el frasco de las esencias de la devoción debe permanecer cerrado, que ahí se esconde el gran misterio que da sentido a las hermandades. Que si no empezamos vendiendo polvorones de los titulares y terminamos queriendo celebrar a toda costa una Semana Santa imposible.
Patrimonio
Hasta cuatro hermandades, una parroquia y el propio Obispado están de cautelosa enhorabuena después de que la Junta de Andalucía haya publicado la resolución provisional de las subvenciones convocadas para restauraciones en el patrimonio religioso. De la capital gaditana figuran en ese listado –que sepamos– la parroquia de la Castrense, el Obispado (que va a restaurar cuatro cuadros de Hospital de Mujeres), la Santa Caridad (para intervenir el retablo de la Virgen del Pópulo), Humildad y Paciencia (que restaurará una pequeña imagen de la Humildad que se remonta a finales del siglo XVI, nada menos), Las Penas (para restaurar a la Virgen del Pilar) y el Carmen (que intervendrá el terno de mayor valía de la Virgen, atribuido a Teresa del Castillo y fechado en 1857). Las ayudas, con un máximo del 80% de cada proyecto, están pendientes de resolución definitiva.
El obispo
“Estáte atento porque puede que haya movimientos en la diócesis”, apuntaban estos días. La jugada, según se comenta en algunos círculos, podría estar en que Roma nombrara al mismo tiempos nuevos obispos para Sevilla –donde Asenjo, con problemas de salud, presentó la renuncia en octubre al cumplir los 75 años–, Jerez –que lleva en sede vacante desde que Mazuelos marchó a Canarias en julio– y Cádiz –donde Zornoza sería sustituido para desarrollar los últimos años de su episcopado en otra diócesis–. Es más, hay quien apunta a que el nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, estaría barajando la posibilidad de unificar las diócesis de Jerez y Cádiz; que, dicho sea de paso, nunca debieron separarse en dos.
El Caído
Estos días se han cumplido 40 años de la llegada del Señor del Silencio a Cádiz; ese Cristo del Silencio que torpemente perdió la ciudad. Y al hilo de esto, resulta más que curioso conocer la anécdota del intento de la hermandad del Caído de encargarle a Luis Ortega Brú una nueva talla. Tal y como cuenta Miguel Ángel Castellano, fue en el año 1966, y estando todo hecho (gracias a gestiones de Bernardo Periñán) el Obispado negó el proyecto porque “no se puede jugar con la devoción de un pueblo a una imagen cambiándola a capricho de unos pocos”, instando a la restauración de la actual, como se hizo entonces y como luego haría de nuevo Francisco Arquillo. Hasta ahora había fotos de algún modelo en barro del Caído que proyectó José Rivera, el autor de la Virgen que también fue buscado en esa época para una nueva imagen, ¿pero cómo hubiera sido ese Caído de Ortega Brú?
El altar de la más dulce espera
A los pies de la Virgen de la Palma ha quedado entronizada la Dolorosa de las Penas, que ya no abandonará el altar mayor de la iglesia de la Viña hasta salir en agosto camino de la Catedral para ser coronada. La espera de la corona a los pies de la coronada, menudo díptico dejará ver estos meses la iglesia de La Palma, que acaba de renovar la misión parroquial que dio lugar al anuncio de una coronación cada vez más cercana. Desde el altar mayor verá la Virgen de las Penas pasar un invierno donde la epidemia amenaza con fuerza, una primavera que salvo milagro volverá a notar la ausencia de procesiones en la calle y un verano en el que se confía que la vacuna haya hecho efecto y la ciudad pueda disfrutar de ese evento histórico que supondrá la coronación canónica en la Catedral. La más dulce espera.
Los tramos
Primer tramo. Interesante iniciativa de la Fundación Cajasol de analizar el impacto que el coronavirus ha tenido en el mundo de las cofradías. Las mesas, abiertas al público, serán el martes y el jueves de cinco a seis de la tarde. Segundo tramo. La cofradía de Las Penas cumplió el lunes 65 años de vida. Felicidades. Tercer tramo. Los Wasaps. El primero: “Creo que el Señor de la Humillación hubiera sido un acierto mayor”. El segundo: “El Cristo de la Humildad que van a restaurar puede ser el origen de la misma hermandad”. Y el tercero: “Cuántos cofrades conocidos apoyando públicamente a Rafael Vez...”. Cuarto tramo. El sábado pasado se marchó otro de los nombres propios de la historia reciente de nuestras cofradías; Manolo Alburquerque, todo amabilidad y simpatía. Descanse en paz. Quinto tramo. Andan realizando obras de mejora y de restauración en la iglesia de San Francisco; siguen, por tanto, los trabajos casi permanentes de conservación de los templos de la ciudad. Sexto tramo. Manolo de la Varga sigue haciendo especiales sobre las cofradías a través de su web SemanaSantaCadiz.com. Recomendable ver el último sobre Columna. Séptimo tramo. Tal día como hoy dentro de cuatro meses será Lunes Santo. El tiempo para la toma de decisiones se acorta. Octavo tramo. ¿Provocará la epidemia una suerte de Erte en el mundo de las cuadrillas?
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