La Vía Verde entre Cádiz y Sevilla
Senderos de Cádiz
Siguiendo el antiguo trazado del tren el sendero llega al Peñón de Zaframagón
A pie pero por las antiguas vías del tren. Un atractivo doble el de la Vía Verde de la Sierra que, partiendo de la provincia gaditana (Olvera) llega hasta la de Sevilla (Coripe).
Esta vía verde, diseñada en los años 30, discurre entre los pueblos de Olvera y Puerto Serrano, por un antiguo trazado de las vías del tren (que nunca se utilizó para tal fin). La ruta en la que podemos disfrutar de un bello paisaje, sigue paralela a las orillas de los ríos Guadalete y Guadalporcún, y entre sus puntos de interés destaca el peñón de Zaframagón, donde se encuentra una importante colonia de buitre leonado, la junta de los ríos y el Chaparro de la Vega (declarad Monumento Natural), ya en la provincia sevillana.
Durante el recorrido, los senderistas disfrutarán de 30 túneles, viaductos y estaciones.
En mitad del recorrido de la Vía Verde de la Sierra se encuentra la Reserva Natural Peñón de Zaframagón, en las últimas estribaciones de la Serranía de Grazalema, donde entran en contacto las sierras subbéticas y la campiña sevillana. El espacio se encuentra en el límite entre Olvera (Cádiz) y Coripe (Sevilla).
Pese a sus pequeñas dimensiones, el Peñón constituye un enclave faunístico de gran importancia ya que albergar la mayor colonia nidificante de buitres leonados de Andalucía Occidental y una de las mayores de Europa.
Su forma prominente y escarpada, junto al hecho de haber gozado hasta ahora de una situación de gran aislamiento con respecto a las áreas más pobladas, lo ha convertido en el hábitat idóneo para la instalación de los nidos de buitres, que suelen construir en las paredes más inaccesibles, aprovechando la presencia de oquedades, cornisas o salientes. Por estas mismas razones encontramos otras especies que se refugian allí, tanto aves como mamíferos.
La reserva constituye uno de los pocos islotes de vegetación autóctona que salpican esta zona y alberga algunas comunidades florísticas singulares, fundamentalmente representadas en dos tipos de formaciones: la vegetación que acompaña a los cursos de agua (riberas del Guadalporcún y el Guadamanil) y la vegetación que crece sobre los paredones y áreas más escarpadas del Peñón.
Y, aunque no se encuentre en tierras gaditanas, de esta Vía Verde de la Sierra destaca un segundo enclave: el Chaparro de la Vega. Este Monumento Natural se ubica en Coripe (Sevilla) y se trata de una espectacular encina de más de 200 años de antigüedad que alcanza unos trece metros de alto y un diámetro de copa de 30 metros.
Sus sobresalientes dimensiones hacen de este ejemplar una clara referencia para los lugareños que lo han hecho testigo de su vida cotidiana. Bajo su sombra, se desarrollan diversas actividades lúdicas y festivas, entre las que destaca la romería de Fátima a mediados de mayo.
El entorno del centenario árbol es un característico paisaje serrano de lomas suaves y adehesadas de la Sierra Sur de Sevilla. Es posible recorrer este enclave y sus alrededores a pie, en bici o a caballo.
El Corredor Verde Dos Bahías, 93 kilómetros de cañadas
Siguiendo la dirección noroeste-sureste, desde Puerto Real hasta Los Barrios, y atravesando los términos de Medina Sidonia y Benalup-Casas Viejas, estos 93 kilómetros que transcurren por las vías pecuarias de la provincia conforman el Corredor Verde Dos Bahías.
Se inicia a orillas del Atlántico, en el Parque Natural de Bahía de Cádiz y finaliza en el litoral Mediterráneo, en el Paraje Natural Marismas del Río Palmones. Parte de su recorrido se adentra en el Parque Natural de Los Alcornocales, por lo que es un marco idóneo para actividades turísticas y recreativas. Este sendero, que se divide en cuatro tramos, es ideal para los que tengan más tiempo y más nivel.
El Corredor Verde Dos Bahías cumple una doble funcionalidad: ecológica y socio-económica. La función ecológica deriva de su papel como nexo de unión entre los distintos espacios naturales que recorre. Por otro lado, el hecho de que discurra por zonas con importantes valores naturales, culturales e históricos, contribuye a que se convierta en un marco idóneo para el desarrollo de actividades turísticas y recreativas, y en consecuencia en eje dinamizador de la economía de los municipio que recorre.
El Corredor se divide en cuatro tramos:el primer tramo parte de Puerto Real y finaliza en el Ventorrillo El Carbón, en Medina Sidonia, desde el mar hasta el interior.
El segundo tramo del Corredor Verde Dos Bahías atraviesa la campiña gaditana y discurre por la Cañada Real de Algeciras entre el Ventorrillo El Carbón (Medina Sidonia) y el embalse del Celemín (Benalup–Casas Viejas). En el camino se puede contemplar la famosa vaca retinta y toros de lidia.
El tercer tramo, entre el embalse del Celemín y la Montera del Torero (Los Barrios), discurre por el corazón del Parque Natural Los Alcornocales. Hay que destacar las impresionantes zonas húmedas por las que se pasa y que dan una idea del clima que hubo en la zona en la Edad Terciaria. El recorrido finaliza en la Montera del Torero, formación rocosa de arenisca erosionada por la lluvia y el viento, cuya curiosa forma le ha dado nombre.
El último tramo del Corredor Verde Dos Bahías, entre la Montera del Torero y las Marismas de Palmones (Los Barrios), atraviesa parte del Parque Natural de Los Alcornocales para desembocar en la Bahía de Algeciras.
Pasear por el Entorno Natural de Doñana
Marismas, pinares y restos arqueológicos se mezclan en el sendero del Cerro del Águila. El recorrido de este sendero discurre por la pista forestal que atraviesa el Pinar de Monte Algaida, un bosque de repoblación propiedad del Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, ubicado sobre una lengua de arena rodeada de marismas.
A la entrada del pinar hay un camino a la izquierda que lleva hasta la laguna del Tarelo, donde es posible observar aves acuáticas, como patos reales, fochas y porrones. Especial relevancia tiene los camaleones que pueblan el pinar.
Existen numerosos vestigios arqueológicos, ya que este lugar se encuentra relacionado con las primeras civilizaciones que se asentaron en la desembocadura del Guadalquivir, como el santuario Lux Dubiae de origen turdetano dedicado a la diosa Venus.
La ruta permite asistir al encuentro entre los dominios del mar y la tierra, aquellos en las que la industria salinera ha prosperado y contemplar dunas fósiles, apreciar las sutilezas de una vegetación que tiñe de matices verdes este itinerario. Especial relevancia posee la laguna de Tarelo por ser refugio de muchas aves, como malvasías, porrones o somormujos, y vegetación diversa, aunque destacan los grandes pinos y sabinas.
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