Los senderos de Barbate
Barbate
El Parque Natural de la Breña y Marismas de Barbate alberga pinares, acantilados o marismas entre sus ecosistemas
Desde el entorno de Barbate a Caños de Meca y tierra adentro, hasta Vejer de la Frontera, se extiende uno de los parques naturales menos extensos de la Comunidad Autónoma con unas 5.000 hectáreas, el Parque Natural de la Breña y Marismas del Barbate.
Acantilados, pinares, marismas o sistemas dunares se mezclan en un paisaje en el que destaca el impresionante Tajo de Barbate que, con más de 100 metros de altura, constituye el acantilado más notorio del Atlántico andaluz.
Este maravilloso entorno natural lo recorren el sendero del acantilado y el del Jarillo- Torre meca. Son dos rutas que están habilitadas para hacerlas a pie, no es viable hacerlas en bicicleta o coche. Es la manera idónea para conocer los diferentes ecosistemas que se pueden encontrar.
El sendero del acantilado une la Playa de la Yerbabuena, en Barbate, con Los Caños de Meca atravesando el Parque Natural de un extremo a otro. Su trazado apenas presenta dificultad ya que transcurre en todo momento bordeando el "Tajo de Barbate", un espectacular acantilado casi vertical. Al tratarse de un recorrido lineal, se puede desarrollar el sendero en cualquiera de sus dos sentidos, iniciando la andadura indistintamente en Barbate o en Caños de Meca. También es posible combinarlo con el recorrido del sendero Torre del Tajo.
Si bien la playa de la Yerbabuena se generó de manera natural, la construcción del espigón que cierra el puerto de Barbate ha acelerado el proceso de deposición de la arena arrastrada por las corrientes de deriva. En consecuencia, año tras año, se constata el crecimiento del frente litoral. De entre las especies más atractivas que pueblan la playa podemos destacar el barrón o la azucena de mar, plantas muy frecuentes en el litoral gaditano. Esta última, además, presenta grandes flores de indudable belleza.
El sendero asciende a lo largo de unos 3.000 metros, aproximadamente hasta la mitad de su trazado, en donde se encuentra la Torre del Tajo que se eleva majestuosa en su cima, a más de cien metros de altitud. Una vez pasado este punto, el sendero desciende gradualmente hasta alcanzar Caños de Meca.
Durante la mayor parte del ascenso se puede admirar el impresionante escarpe modelado por el agua. Los materiales que constituyen la mayor parte del acantilado están compuestos por series calcareníticas pertenecientes al mio-plioceno, presentando, además, paquetes de margas arenosas. El contacto entre estos dos materiales, uno de ellos permeable y otro impermeable, da lugar a la formación de importantes acuíferos que se evidencian a lo largo del acantilado donde las múltiples surgencias de agua han hecho aparecer la toponimia de caños.
La existencia de alguna vegetación y de numerosos salientes y hoquedades, unido a la inaccesibilidad del terreno, ha favorecido la implantación en el tajo de una espectacular pajarera utilizada, fundamentalmente, por garcillas bueyeras, gaviotas patiamarillas, garcetas y, en menor cantidad, palomas bravías, grajillas y estorninos negros.
Junto a la Torre del Tajo está situado un mirador que permite al senderista a divisar el espectacular paisaje que el paso del tiempo ha dibujado sobre la costa gaditana. Si se otea hacia el sur podrá divisar la ensenada de Barbate que muere en el Cabo de Gracia. Coronándola, detrás, las sierras del Retín, Plata y San Bartolomé y, si el día está claro, se puede observar incluso el inicio del continente africano.
Una vez pasado el ecuador del itinerario, a medida que comienza el descenso hacia Caños de Meca, se observan algunas interesantes variaciones en el bosque. A la izquierda se desarrolla una espesa banda de vegetación caracterizada por la presencia de pinos carrascos, lentiscos, zarzas, madroños, hiedras o, incluso, durillos. La mayor parte de estas especies poseen requerimientos hídricos superiores a los de las que componen el resto del pinar y resulta un tanto sorprendente hallarlas aquí. Una vez en la playa de Caños de Meca, se puede recorrer la base del extremo occidental del acantilado, donde se amontonan enormes bloques de calcarenita desprendidos del acantilado y que, lentamente, van siendo disgregados por la acción del viento y las olas.
El sendero Jarillo- Torre de Meca también puede hacerse en cualquiera de las dos direcciones, porque se trata también de un trayecto lineal. Este sendero parte del área recreativa de El Jarillo y discurre por una senda entre pinares de pino piñonero. El camino lleva a los senderistas al área recreativa de Majales del Sol, donde se puede observar un arboretum de eucalipto , una colección de diez especies de utilizadas para experimentar. Abandonando el carril principal y siguiendo las indicaciones se llega al final del recorrido, la Torre de Meca y el mirador de Tragalfar, desde donde se puede disfrutar de unas vistas panorámicas del Tómbolo de Trafalgar y Los Caños de Meca.
Uno de los principales atractivos del sendero y que destaca es el buen estado de conservación del pinar y la abundancia de vegetación del sotobosque, en donde proliferan numerosas especies de pájaros. Entre los retamares también se puede hallar el escaso camaleón común, uno de nuestros reptiles más amenazados y estrictamente protegido por la ley.
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