Grazalema, a rebosar con los bandoleros
Turismo
El municipio planta el cartel de lleno en los alojamientos el fin de semana por su recreación. Llegaron este fin de semana más de 60 autobuses de distintas provincias
Los bandoleros triunfan en Grazalema: las mejores imágenes de la popular recreación de la Sierra de Cádiz
Grazalema se afianza como un destino de interior de primer orden al ofrecer alicientes complementarios a su rico entorno natural, que es capaz de movilizar a miles de personas. La recreación de los bandoleros así lo atestiguó este fin de semana. El municipio colgó el cartel de lleno en casas rurales y alojamientos hoteleros al acoger a numerosas personas que disfrutaron de la recreación histórica que rememora la vida del bandolero José María Hinojosa ‘El Tempranillo’, a su paso por este pueblo de la Sierra en 1832, su casamiento con María Jerónima Francés, que falleció en el parto y el bautizo de su hijo en la parroquia grazalemeña de la Encarnación.
El tirón de los bandoleros se ha impuesto como base del calendario turístico de la localidad en el arranque del otoño, que supone cada año y van ya 15 ediciones, un revulsivo para los negocios de la zona. Tanto es así, que este fin de semana no ha habido prácticamente una cama libre en la localidad grazalemeña para seguir este evento que se ha hecho un hueco de peso en la oferta turística de las recreaciones de la Sierra. “Está prácticamente lleno, no hay libre una casa, la gente ha alquilado con mucho tiempo, con antelación. Incluso, los hay que realizan reservas de alojamientos de un año para otro”, confesó el alcalde de la localidad, Carlos Javier García. El regidor explicó que gracias a esta recreación “hemos conseguido generar un producto turístico y económico a través de la Historia. Esto es, que un hecho histórico ha conseguido hacer un acto de participación masiva y que supone una enorme inyección para el pueblo. Así que ciertamente quienes vienen y lo conocen por primera vez se sorprenden”, añadió.
Y como muestra un botón. Por ejemplo, 62 autobuses contabilizó el Ayuntamiento hasta el mediodía de este domingo, que habían llegado hasta la localidad serrana ( 9 el viernes, 31 el sábado y 22 antes del mediodía del domingo). O tan sólo durante la jornada del sábado, la Policía local había contado casi un millar de coches en tránsito mientras que el autobús lanzadera había transportado esa misma jornada a 400 usuarios, un servicio puesto para que los visitantes dejaran sus vehículos en las bolsas de aparcamientos dispuestas.
Este tipo de eventos como el de Grazalema, que arrancó el viernes con el pregón de Víctor Janeiro y Beatriz Trapote vestidos de época, irradia, también, a otros pueblos cercanos. “Al final es un movimiento que se nota en el entorno más cercano como, por ejemplo, en El Bosque. Hay personas que se desplazan y duerme n en otros pueblos”, reflexionó el regidor grazalemeño.
La puesta en escena de los bandoleros y migueletes tiene detrás todo un ejército de voluntarios y colectivos que sin ellos sería difícil poner en pie este imponente escenario que se recrea, cuyo montaje requiere un mes de trabajo y que tiene como punto álgido la plaza de Los Asomaderos, de la localidad, donde se construye, incluso, una iglesia y una cárcel. La participación ciudadana es y ha sido la piedra angular de esta oferta turística. Aquí se vuelca todo el pueblo agrupado en asociaciones, colectivos y hermandades, que trabajan para hacer realidad esta experiencia lúdica. Por ejemplo, este año se levantaron 34 escenas que contaron con la implicación de más de un centenar de vecinos que han dado vida a las mismas ataviados con ropas de la época. Y otros de los atractivos, además de las recreaciones, fue la posibilidad de degustar la gastronomía local en la veintena de casas bandoleras que se levantan y que gestionan estos colectivos, cuyos beneficios repercuten a lo largo del año en las acciones que realizan.
La ya famosa recreación histórica ‘Sangre y amor en la Sierra’ llamó la atención no solo en la provincia gaditana y en las limítrofes como Málaga o Sevilla. Acudieron excursiones de vecinos de pueblos de otras regiones de España, que viajaron en autobuses para no perderse este evento. Y este movimiento crea movimiento. El público compra y consume. Y los negocios de Grazalema como bares, tiendas de alimentos o alojamientos refuerzan su plantilla local.
Una de las claves del éxito de esta propuesta, además del entorno y las escenificaciones de los bandoleros está, a juicio, del regidor grazalemeño, en “la ubicación de la misma en el calendario. Creemos que es una época en la que la gente demanda los destinos de interior y entendemos que es una fiesta bien ubicada en el calendario del inicio otoñal. Y buena parte del éxito viene ser en esta fecha”, subrayó.
Para entender el volumen de afluencia de público, Grazalema echó mano, incluso, de agentes de otras policías locales, por ejemplo, de Arcos y El Bosque, para reforzar su plantilla y que esta recreación, que cuenta con ayuda de la Diputación, se desarrollara con normalidad. También, la institución municipal diseñó siete bolsas de aparcamiento en los exteriores del núcleo urbano para no estrangular la travesía del pueblo, que es su columna vertebral. Así que se fomentó la movilidad de los visitantes a través de un autobús lanzadera para llevarlos hasta el corazón de la Grazalema de 1832.
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