La Sierra se queda sin el grupo de rescate de montaña de los Bomberos

Conflicto laboral

Sus miembros se dan de baja al no tener una mejora salarial. El Consorcio dice que el servicio lo hará el personal de los parques al estar capacitado para cualquier intervención

Efectivos del Grupo de Rescate de Montaña, realizando una práctica, con un herido.
Efectivos del Grupo de Rescate de Montaña, realizando una práctica, con un herido. / CBPC

La Sierra no cuenta, a día de hoy, con el Grupo de Rescate de Montaña, del Consorcio de Bomberos de la Provincial de Cádiz (CBPC), al darse de baja de este servicio la mayoría de efectivos que forman parte del mismo por no obtener un acuerdo con la dirección del organismo ante la demanda laboral que plantean.

Diez de los 12 bomberos de este Grupo de Rescate de Montaña (GRM), con sede en Ubrique, han formalizado su salida tras no tener del Consorcio Provincial una respuesta a su petición de mejora salarial ya que llevan, según explican, más de tres años planteando la situación que se está dando en dicho servicio especializado, que no es otro que el horizonte de jubilaciones y la falta de incentivos para animar a otros efectivos jóvenes a entrar en este colectivo profesional.

A grandes rasgos, los bomberos especializados del Grupo de Rescate de Montaña, que opera principalmente en la Sierra, piden que, de las dos prácticas que se hacen mensualmente en la montaña, se remunere una de ellas para atraer a nuevos miembros y consolidar en el tiempo el relevo en este servicio especializado, que lleva en su haber más de 500 personas rescatadas, muchas de ellas turistas que se pierden o tienen accidentes cuando practican senderismo en la Sierra.

“Después de multitud de reuniones, gestiones, aplazamientos y prórrogas para buscar una solución a esta situación y en vista de que, desde el Consorcio de Bomberos no vemos una clara voluntad de solucionar el problema ni interés por mantener este grupo de rescate, hemos decidido dejar de formar parte desde finales del pasado mes de enero”, explican los efectivos afectados, en redes sociales, a petición de los muchos montañeros y senderistas que han lamentado esta situación y piden que el GRM no desaparezca.

Ante la disolución de este Grupo de Rescate, el Consorcio de Bomberos anuncia que los servicios que se den en las montañas serranas lo cubra el personal de los propios parques que están “capacitados para actuar en cualquier intervención, incluidos los rescates”. Y las reacciones no se han hecho esperar. Los miembros que han salido del GRM, la mayoría montañeros por vocación, que seguirán haciendo su labor en los parques a los que pertenezcan, ven esta decisión una “temeridad” ya que los bomberos urbanos “no tienen equipos específicos de montaña e irán con los de intervención en accidentes, que no abrigan y con botas que no están diseñadas para la montaña”. Se dará la paradoja, según dicen los afectados, que en estos rescates de montaña “habrá ex miembros del Grupo de Rescate y otros compañeros sin experiencia. Habrá guardias en las que si hay un ex componente del GRM de vacaciones, el resto irá sin experiencia. En los rescates intervenían entre 6 y 10 bomberos, ahora el número se puede bajar a tres”, explican fuentes conocedoras del conflicto.

Ante este tema, el presidente del CBPC, Francisco Vaca, envió este miércoles una carta a alcaldes de la zona definiendo la situación actual, donde se ha intentado “buscar soluciones consensuadas e inmediatas con el Grupo y los sindicatos” sin éxito.

“Cualquier valoración salarial necesita de negociación social y de cobertura legal”, responde el presidente del Consorcio. Vaca dice que, en 2001, se dotó a este Grupo de Montaña de un reglamento para su operatividad. “Dicha normativa se basaba en una labor altruista y voluntaria mientras el Consorcio proporcionaba materiales y formación”.

Así las cosas, añade Vaca, que “el tiempo usado en las prácticas se consideró tiempo de trabajo, disfrutando estos mismos efectivos de libranzas en las jornadas habituales en el parque de bombero y se les compensaba económicamente si hacían intervenciones fuera de su horario, sobre todo, en pruebas deportivas”. El presidente del CBPC apunta a que, no obstante, en octubre de este año se ha de negociar un nuevo acuerdo regulador y se está trabajando en una Relación de Puestos de Trabajo para la regularización de estos grupos ya que es “interés del Consorcio de mantenerlos”.

El Grupo de Rescate de Montaña (GRM) se formó en el año 2000 y a lo largo de este tiempo ha participado en unos 400 rescates en la Sierra gaditana, garantizando la seguridad de más de medio millar de personas, muchos de ellas turistas, que han sufrido accidentes haciendo senderismo en algún punto de las montañas de la comarca y del Parque Natural de la Sierra de Grazalema. En algunos de los casos, incluso, estos bomberos han salvado literalmente la vida a los accidentados o personas que se han perdido. Uno de los episodios más impactante a nivel mediático fue en 2018 cuando dos espeleólogos, uno de ellos herido, quedaron atrapados 24 horas casi a 300 metros de la salida de la Garganta Verde y se movilizó un amplio dispositivo. Finalmente, los miembros del GRM dieron con su paradero en condiciones climatológicas adversas, arriesgando su integridad física.

El presidente del Consorcio lamenta que “de nada han servido las argumentaciones dadas, ni el estudio de mejora no económica que pudiera ser aplicable en este periodo de tiempo como las basadas en las de libranza” para que los bomberos hayan presentado su renuncia. “Una decisión que no llegamos a entender cuando las soluciones legales están a la vuelta de la esquina”.

Los afectados responden que el Consorcio ha tenido tres años para solucionar esto y no ha hecho nada. “Se les planteó este problema de las jubilaciones y de la falta de incentivos para movilizar a otros a entrar en el grupo”, apostillan. Y añaden que es legal ese complemento que demandan de pagar una de las dos prácticas en la montaña.

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