Las familias del colegio Albarracín de El Bosque siguen con la reivindicación de la cubierta

Educación

Exigen la la reparación urgente del acristalamiento del lucernario del centro ante “el peligro que corre la comunidad educativa” por las filtraciones de agua cuando llueve

Familias de El Bosque piden a la Junta el arreglo del colegio Albarracín

Una de las pancartas que los escolares portaron. / D.C.

Ustea-Cádiz apoya la movilización de las familias del colegio público Albarracín de El Bosque, que exigen a la Junta de Andalucía la reparación urgente del acristalamiento del lucernario del centro. La unión sindical anuncia que presentará el caso en la próxima reunión de la Comisión de Prevención de Riesgos Laborales, ante “el peligro que corre la comunidad educativa” por las deficiencias de esta cubierta y las filtraciones de agua cuando llueve.

El alumnado del CEIP Albarracín de El Bosque tardó la mañana del miércoles un poco más en entrar a sus aulas, pues se concentró en la puerta del centro junto a sus familias, mientras el profesorado les esperaba en el patio. Pancartas, dibujos, paraguas, pitos y, hasta trompetas, acompañaron en su protesta.

Dice Ustea a través de un comunicado que “quince años ya son demasiados esperando que se cambie la montera que cubre el colegio, con varias licitaciones de reparación que se quedaron en papel mojado. Por ello temen que esta sea una más de ellas y que los graves desperfectos del lucernario, sigan poniendo en peligro a toda la comunidad educativa. En febrero de 2024 un informe del Ayuntamiento deja clara la situación de peligro que se está viviendo en el CEIP Albarracín: filtraciones que son verdaderas cascadas, humedades y grietas causadas por el agua, aulas inundadas por charcos, piso resbaladizo, infraestructura eléctrica afectada por las filtraciones, por lo que no se cumplen las condiciones adecuadas de seguridad, habitabilidad y salubridad, sobre todo los días de lluvia, que son muchos en esta zona tan próxima a Grazalema, donde más llueve de España. De ahí que muchas familias no lleven a sus hijos e hijas en esos días, en los que el colegio se convierte en un verdadero peligro”.

Además, añade la representación sindical que “a ello se suma el agravante de que la montera es de vidrio, y sus cristales están agrietados o perforados en muchos casos, por lo que pueden romperse y caer en cualquier momento, y también el calor que transmite en los meses más calurosos, cuando el peligro del agua se mitiga, pero comienza el de las altas temperaturas al convertirse en un inmenso invernadero que un toldo intenta apaciguar”.

La AMPA de este centro ha decidido continuar con sus movilizaciones mientras las obras no se lleven a cabo.

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