El genio del cuero

Premio Nacional de Artesanía

El maestro artesano ubriqueño, José Luis Bazán, afincado en Benaocaz, recibe del Ministerio de Industria este galardón por su apreciado trabajo de creación, con exclusivas piezas demandadas internacionalmente y por las marcas del lujo

El maestro artesano del cuero, José Luis Bazán, con una de sus creaciones.
El maestro artesano del cuero, José Luis Bazán, con una de sus creaciones. / Susanna Pozzoli

El mejor artesano de España de 2021 tiene mucho respeto a su oficio. Desde su taller ubicado en el corazón del barrio nazarí de Benaocaz, el ubriqueño José Luis Bazán, le insufla vida al cuero, trabajándolo de mil maneras en una suerte de ecuación infinita donde baila con este noble material. Tanto es así que el Ministerio de Industria le ha concedido el Premio Nacional de Artesanía en esta edición por su trayectoria vital salpicada de exclusivas piezas que se venden en galerías internacionales y que demandan las grandes marcas del lujo.

Tras el reconocimiento, este creador de origen ubriqueño, que a los 14 años entró a trabajar en un taller para embeberse del saber de sus mayores, descifra la interrogante que el profano se hace con los términos artículo de piel o de cuero. “Me gusta decir cuero. La palabra piel está mal utilizada por desconocimiento, piel es lo que tenemos nosotros. El cuero es la piel de animal que se curte a base de químicos o de elementos vegetales. Yo prácticamente utilizo pieles de curtición 100% vegetal”, aclara en su taller.

Una periodista francesa fascinada por la obra de Pepe Bazán, como muchos lo conocen, lo llamó ‘el alquimista del cuero’ y él se siente cómodo con esa definición. “Mi especialidad es dar forma al cuero sin que haya ningún elemento dentro. No forro nada, es todo cuero lo que hay, utilizando técnicas que han desarrollado otros artesanos con los que aprendí y técnicas que he desarrollado yo mismo (como la oxidación de materiales). Por dar forma al cuero y hacer piezas muy complicadas con estas técnicas se me definió así y lo adopté. Una gran parte de mi trabajo es la investigación en el cuero, ver hasta qué limites puedo llegar a la hora de trabajarlo, saber que puede ser súper blando o tan duro como una piedra. Llega un momento en que no puedes doblarlo, sólo partirlo. Si conoces la composición del cuero puedes conocer hasta dónde se puede llegar, cómo funcionan los tintes...”, explica.

Esculturas de piel, que aúnan tradición y modernidad.
Esculturas de piel, que aúnan tradición y modernidad. / joseluisbazan.com

Viendo sus piezas al observador le transmite que este maestro ha elevado el cuero a la categoría de arte. Realiza cuencos, platos, lámparas exclusivas y otros muchos objetos que se cotizan al alza. Interrogado por la persistencia en sus obras de cuencos de distintos tamaños y formas, dice que les fascina “por las muchas utilidades que tiene desde la Prehistoria. “Es el todo y la nada, el lleno y el vacío. Es un concepto que me gusta. Mis piezas son como mis niños, son únicas. No creo en hacer una pieza mil veces, prefiero hacer una sola y bien. Necesito un tiempo para cada una porque forman parte de un proceso. Todo en nuestras vidas son enseñanzas, conocimientos. Vivimos deprisa, acelerados, lo queremos todo ya y rápido, si puede ser. Pero todo tiene un proceso”, alega.

Y ese proceso del que habla Bazán pasa por la huella vital que va calando desde que a los 12 años salía del colegio para correr al taller de una familia de repujadores en Ubrique, pasando por vender, en un momento de su vida, su artesanía en playas y mercadillos, hasta llegar sus diseños a lugares tan alejados como Estados Unidos o Bangkok, por poner algunos ejemplos. Hoy en día trabaja con grandes marcas del lujo en el desarrollo de ideas y en producciones pequeñas.

En este punto, José Luis Bazán reivindica la identidad del artesano del cuero en las piezas que se realizan para grandes firmas. Él consiguió que Loewe y su gurú el director creativo Jonathan Anderson colocará su nombre en las piezas que ha creado para esta firma del lujo. “Tengo mucho respeto por la palabra artesano. Reivindico el conocimiento de los oficios. Por ejemplo, la clase media no llegó hasta que lo hicieron los gremios”, añade este maestro, que sustenta su trabajo en un continuo aprendizaje de técnicas para llevarlas a sus obras. Tanto es así que, durante la entrega del Premio Nacional de Artesanía, hace unos días en Madrid, hizo un guiño en su discurso, solicitando a los responsables públicos “que no olviden a los artesanos, que en España se están perdiendo. En Europa cuando empezó a perderse los oficios, se metieron a estos maestros en las Universidades para que se transmita el conocimiento”, dice.

José Luis Bazán, que fue uno los impulsores junto a otros de la Federación Andaluza de Artesanos y de la primera ley andaluza de la artesanía que se erigió en toda España, pone su saber al servicio de otros en cursos de formación. Hubo una etapa en que lo hacía con grupos más concurridos, pero ahora hace estos cursos muy personalizados y cuenta con plataforma en Domestika. “Los que realizo en mi taller son como máximo de dos personas y me gusta conocer la procedencia del taller del que vienen”, sugiere, en su espacio de trabajo de Benaocaz, al que define como su templo, lugar que lo define.

El mejor artesano de este año en España, que abrió su primer taller a los 18 años, ha tenido buenos maestros a lo largo de su vida, algunos ubriqueños y otros de afuera. “La vida te pone en muchos sitios y de ella se va uno empapando”, confiesa José Luis Bazán, quien ha legado, junto a su mujer, su pasión a su hijo.

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