Los temporeros de la Sierra en el tajo francés
Emigración agrícola
Alcalá del Valle sigue siendo el pueblo que envía más trabajadores a Francia con entre 700 y 800 al año. El cultivo de melones serranos frena esta emigración en Puerto Serrano
Alcalá del Valle, yo soy aquel emigrante...
Midi-Pyrénées, Les Barthes, departamento 821..., Francia. Son las señas de la “segunda residencia” temporal de un grupo de jornaleros de Alcalá del Valle, que acaban de aterrizar allí para recolectar manzanas que llegarán en los próximos meses a las mesas del país vecino y quién sabe si de otros puntos de Europa. Estos emigrantes temporales estarán en este tajo francés hasta noviembre cuando se dé por concluida esta campaña agrícola y regresen a sus hogares. Francisco Ponce, natural de este pueblo de la Sierra de Cádiz, se conoce con los ojos cerrados ese camino de ida y vuelta desde Alcalá del Valle hasta la finca francesa, a donde regresa cada año como encargado de la cuadrilla que lleva para coger manzanas.
“Llegamos el día 14 de agosto en el autobús que el patrón pone. Traemos hasta la cocinera, que es de Ronda, que nos guisará estos días, que paga también el dueño de la finca. Este año venimos unos 40 trabajadores, esto parece la ONU. Vienen unos 11 ó 12 de mi pueblo, Alcalá del Valle, y de otros puntos como Ronda, Algodonales, Morón, Lebrija, Isla Mayor, Campillos, Martín de la Jara, Pedrera…”, enumera este alcalareño que sabe bien lo que es la emigración. El hombre lleva 45 años con la maleta a cuestas, desde 1978, cuando inició el primer viaje con los suyos. Desde entonces no ha parado de subir a Francia para las campañas agrícolas. “La gente que traía ya se ha jubilado. Mira si llevo años, que antes era el ‘niño’ en los campos y ahora soy el abuelo”, explica desde Francia, durante la parada del bocadillo-almuerzo, que se realiza sobre las doce y media de la mañana. A decenas de kilómetros de esta finca enmarcada en la región Midi-Pyrénées, cuya capital es Toulouse, su hermano Vitoriano, que heredó el nombre de su padre, también emigrante en otras épocas, anda trabajando los campos en Perpiñán junto a otro medio centenar de temporeros de Alcalá del Valle, que llevan desde abril en la recogida de los melocotones.
Y es que las condiciones salariales siguen siendo el atractivo para muchas personas que se deciden por iniciar estos viajes de ida y vuelta ante la falta de porvenir en sus pueblos. Este año, la hora se pagará a 11 euros y pico. “Si te pasas de las 35 horas trabajando, se te pone un 25% de salario más y tienes otro 10% más por vacaciones…”, añaden los temporeros que están en estos momentos en los campos de Francia. La cuadrilla que va, por ejemplo, con Ponce ya se ha acomodado en las dos viviendas que el patrón ha dispuesto. Los matrimonios o parejas van a un lado y el resto de temporeros a otro.
Entre 700 y 800 personas de Alcalá del Valle participan este año en alguna de las campañas agrícolas en Francia en la recogida de frutales y en la vendimia. Sus vecinos están acostumbrados a coger las maletas porque lo han hecho desde los años 50 del siglo pasado. No hay familia que no haya tenido a alguno de sus miembros en la emigración. “Somos generaciones enteras de alcalareños los que hemos sacado el pueblo adelante. En Alcalá del Valle no verás casas viejas. Todas son nuevas porque lo que ganamos se invierte allí. Nos tienen un poco olvidados, hablo en general, a los que venimos a Francia a trabajar y volvemos a casa llevando dinero y también llevando cultura. No somos analfabetos. Aquí, además de trabajar, convivimos, aprendemos costumbres y aportamos las nuestras”, reivindican los temporeros serranos desde los campos franceses a Diario de Cádiz.
Al hilo de todo ello, el alcalde de Alcalá del Valle, Rafael Aguilera (IU), explica que en los últimos años se están reorganizando las campañas agrícolas, desplazando a más mano de obra en las recogidas de frutales que son más meses que en la vendimia, que dura sobre un mes, y que arranca ahora en septiembre. “Estos trabajadores son gente valiente, que se desplaza para sostener las economías locales. Sus ganancias repercuten en todo, mueven la cadena económica de nuestros pueblos, beneficiando a otros negocios de aquí como tiendas y establecimientos”, destaca el regidor serrano.
Pedro Jiménez Fernández es abogado en Alcalá del Valle y se ha especializado en Seguridad Social ante la demanda de vecinos emigrantes que al finalizar su vida laboral en el régimen agrario se encontraban problemas con sus pensiones. Estos veían cómo había distintas interpretaciones legales y veían que la Seguridad Social española les descontaba muchos periodos de tiempo trabajados en Francia. “Los escollos están en los llamados periodos superpuestos”, dice el letrado, que acompaña a temporeros a normalizar sus pensiones tras estar años trabajando como emigrantes en distintos países. “Muchos vecinos han estado 20 ó 30 años trabajando fuera y disfrutan de su jubilación en el pueblo y se encuentran con esos problemas”, apostilla el abogado. La cuestión de esta diferencia está en la interpretación que la Seguridad Social hace con respecto a lo que se conoce como ‘periodos superpuestos’, es decir, cuando el temporero no deja de pagar el conocido sello agrario porque darse de baja y reincorporarse es complejo y se va al extranjero a trabajar unos meses, lo que implica doble cotización.
El cultivo del melón serrano reduce la emigración temporal en Puerto Serrano
Puerto Serrano sigue mandando temporeros agrícolas a otros puntos de España y el exterior, aunque en la época de primavera y verano este tipo de emigración de ida y vuelta se ha frenado considerablemente desde hace unos años por la aparición del cultivo del melón en la Sierra. Desde hace cuatro o cinco años, el número de puestos de trabajo en los melones “se ha duplicado. Eso ha hecho que casi toda la mano de obra temporera de nuestro pueblo, que se iba fuera en los meses que coincide con la cosecha de los melones se quede en el pueblo”, explica el alcalde de Puerto Serrano, Daniel Pérez (IU), que matiza que los habitantes del pueblo siguen acudiendo a las campañas de la flor cortada, las zanahorias o las aceitunas.
Y es que una empresa francesa lleva unos años sembrando melones para su exportación a Europa, en zonas como los Llanos de Villamartín, que demanda mano de obra durante la campaña y la posterior manipulación del producto para su comercialización, que se realiza en unas naves de Puerto Serrano. Una campaña que va desde la primavera y hasta septiembre. Algo que ha generado mano de obra en la zona, reduciendo la salida de jornaleros policheros a otras zonas como la vendimia a Francia o la fresa a Huelva. Y eso, por ejemplo, se ha constatado en el voto por correo de vecinos de este pueblo en las últimas elecciones que han coincidido en Huelva, que ha sido mucho menor que en otras épocas pasadas cuando los propios partidos, incluso, se acercaban a estos puntos para celebrar sus campañas electorales con mítines.
“Notamos que ha habido un salto cualitativo desde hace unos cinco años con la renovación de las naves que hay en Puerto Serrano, con la ayuda del ayuntamiento, para la manipulación del melón de cara a su comercialización. La empresa de los melones ha ampliado la producción, extendiendo su superficie de cultivo, que ha generado más jornales en el campo y por tanto, en la planta de manipulación de este producto que tenemos en el municipio”, afirma el regidor polichero.
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