Aznar afirma que el aborto "no es ni puede ser nunca un derecho"

Asegura que él no cambió la ley por respeto al "consenso" alcanzado en 1985.

Otr Press

03 de junio 2009 - 18:24

Madrid/El ex presidente del Gobierno, José María Aznar, criticó la "verborrea iletrada" y el "disparate académico" de algunos miembros del Gobierno por defender la nueva legislación sobre interrupción voluntaria del embarazo. Asimismo, recalcó que "el aborto no es ni puede ser nunca un derecho" porque "lo que es un derecho, es el derecho a la vida". En esta misma línea, recordó que él no cambió la ley actual por respeto al "consenso" alcanzado en 1985 y censuró que "desde el poder se pretenda convertir en derecho acabar con una vida humana".

En el ciclo de conferencias 'Las bases éticas de la democracia en occidente' organizado por la Universidad San Pablo CEU, el presidente de la Fundación FAES y ex presidente del Gobierno, José María Aznar, arremetió contra el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero porque "manifiesta dificultades graves para distinguir lo que es humano de lo que no es, tanto en la versión iletrada como en la versión de la cátedra", enfatizando que ésta última es "especialmente preocupante".

Asimismo, Aznar añadió que "no es propio del Estado fijar nuevas y degradantes definiciones de lo que es el ser humano", ni tampoco "entorpecer el proceso educativo que los padres desarrollan con sus hijos". "Pretender avanzar en el camino que lleva a destruir el derecho a la vida y pervertirlo en un falso derecho a acabar con la vida es, simple y llanamente, retroceder en el camino de la civilización", agregó.

El presidente de FAES señaló también que "el aborto no es ni puede ser nunca un derecho" porque " lo que es un derecho es el derecho a la vida". En este sentido, censuró el anteproyecto de ley del Gobierno debido a que incluye que las jóvenes con edades comprendidas entre 16 y 18 años puedan abortar sin permiso de los padres. "Yo soy de los que piensan que un buen padre o una madre es el que está al lado de su hija para ayudarla y apoyarla precisamente en los momentos difíciles", dijo.

También aconsejó "sospechar de un Gobierno que unos días desprecia y otros ataca a la familia, como cuando se atreve a afirmar que una madre o un padre que se preocupa por su hija de 16 años embarazada está interfiriendo", en alusión a las palabras del presidente Rodríguez Zapatero. Para Aznar, esta afirmación supone "un despropósito incompatible con un mínimo sentido ético y con el más elemental sentido común" porque para poder sentir una decisión como propia es indispensable adoptarla habiendo podido consultarla con aquellas personas cuyo criterio nos importa.

El ex presidente del Gobierno advirtió de que "cuando el poder hace de la infancia un instrumento, cuando asume como principio que en caso de duda es preferible que las instituciones se equivoquen contra la vida y no a favor de la vida, cuando considera parte de su competencia la erosión de los lazos familiares, cuando todo eso ocurre, es que el poder ha perdido el norte en una sociedad de ciudadanos libres, en una sociedad plural a cuyo servicio debería estar".

En esta misma línea, afirmó que "los totalitarismos se esfuerzan por sustituir los nombres por los números o por cualquier término que aleje a las personas de su condición humana". "La quiebra deliberada de los lazos familiares no equivale al borrado de los nombres, pero desde luego, sí equivale al borrado de los apellidos y es el anticipo de algo mucho peor", sentenció.

A la pregunta de por qué el PP no reformó la ley del aborto mientras él estaba al frente de la Presidencia del Gobierno, José María Aznar contestó que nadie "es perfecto en la vida" y que "cuando se tienen responsabilidades se hace lo que se puede", pero que nunca podrá mirar con "simpatía o aprecio" el aborto. "Otra cosa distinta es que como gobernante yo respete lo que puede ser una legislación de consenso entre españoles", señaló en referencia a la ley de 1985.

Además, recordó él votó en contra de aquella legislación porque no le gusta, pero optó por respetar el "consenso básico" que existió entonces y sigue existiendo. No obstante, reiteró que esta ley no ha convertido el aborto en un derecho, sino que sigue siendo "un delito con alguna excepción". Por eso, señaló que el Gobierno quiera romper ese acuerdo "utilizando argumentos delirantes académicos o iletrados" y que se haga "por conveniencias o tácticas electorales y políticas".

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