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El uso del cigarrillo electrónico crece especialmente entre la población joven

tabaco

Las autoridades estadounidenses creen que es ya la forma más común de tabaco entre los jóvenes

Un estudio español indica que un 25% de sus usuarios nunca habían fumado

Una joven 'vapea' con un cigarrillo electrónico en una tienda especializada. / Paqui Segarra
Ramiro Navarro

10 de diciembre 2016 - 02:34

Tras el boom de su aparición, la visibilidad social de los cigarrillos electrónicos o vapeadores ha ido oscilando. Algunas voces del ámbito clínico, especialmente en Reino Unido, plantean desde hace un tiempo la utilidad de estos vapeadores o cigarrillos electrónicos en programas de deshabituación tabáquica. Paralelamente, los expertos en neumología han recordado siempre que ninguno de estos productos es inocuo que lo más saludable es no fumar y ponían su utilización en cuarentena.

"Esos productos son ahora la forma más común de tabaco entre jóvenes en Estados Unidos, sobrepasando los productos convencionales de tabaco, incluyendo, cigarrillos, cigarros, tabaco de mascar y narguiles", afirmó recientemente en un informe el doctor Vivek H. Murthy, jefe operativo del Cuerpo de Servicio de Salud Pública de Estados Unidos (PHSCC) y por lo tanto el principal portavoz en asuntos de salud pública en el gobierno yanqui. Según sus datos, el uso de los cigarrillos electrónicos entre estudiantes de secundaria incrementó en un 900% entre 2011 y 2015.

En España no hay estudios amplios de seguimiento. Recientemente se ha publicado en Gaceta Sanitaria un estudio sobre Prevalencia y perfil de uso del cigarrillo electrónico en España realizado en 2014. Teniendod en cuenta las volubles tendencias sociales en este aspecto, es posible que los datos estén ya algo anticuados, pero son una buena guía para interpretar la realidad. Estudios anteriores muestran un rápido aumento del uso del cigarrillo electrónico entre los jóvenes, además de un alto porcentaje de uso dual del cigarrillo electrónico con otros productos de tabaco, particularmente con el cigarrillo convencional. No obstante, en España, solo se dispone de información sobre el uso del cigarrillo electrónico en la ciudad de Barcelona.

Su conclusión más importante es que el uso de cigarrillos electrónicos en España es más frecuente entre las personas más jóvenes y las personas fumadoras de tabaco, por lo que debería reforzarse la regulación de estos dispositivos, particularmente su acceso a menores, para evitar una posible puerta de entrada en las personas que nunca han fumado productos con nicotina.

El estudio alude a su uso en población nunca fumadora, en particular entre la gente más joven, lo que fomenta una nueva puerta de entrada a la dependencia de la nicotina, así como un uso dual con otros productos de tabaco. "En nuestro estudio observamos que la prevalencia de personas nunca fumadoras era mayor entre usuarios actuales (28%) de cigarrillo electrónico y entre los experimentadores (25,6%) en comparación con los que lo utilizaron en el pasado, y además estas personas nunca fumadoras pertenecían al grupo de menor edad (18-45 años)", explican los autores en su estudio. Tales cifras apoyan la hipótesis de que los cigarrillos electrónicos pueden representar una puerta de entrada a la adicción a la nicotina, y por lo tanto también muy probablemente a ser fumadores de tabaco tradicional. Pese a la precaución necesaria para interpretar estos estudios, los autores creen que "debería aumentar la regulación de estos dispositivos (publicidad, uso en espacios públicos y acceso a menores), como recomienda la Organización Mundial de Salud, con el fin de prevenir que los cigarrillos electrónicos sean una nueva puerta de entrada a la adicción a la nicotina, especialmente entre los jóvenes nunca fumadores".

Inocuidad y percepción social

Por otro lado, el estudio coordinado por Cristina Lidón-Moyano, de la Universitat Internacional de Catalunya, alude a la creencia de que los cigarrillos electrónicos son menos perjudiciales para la salud que los convencionales. Además, el 29,9% de la población general opina que estos dispositivos son útiles para dejar de fumar y el 50,6% opina que son útiles para reducir el consumo de cigarrillos convencionales. En este sentido, uno de los principales mensajes utilizados para captar clientes es la utilidad de estos dispositivos para dejar de fumar o su menor nocividad en comparación con los cigarrillos convencionales. "No obstante, se requiere más investigación para demostrar la verdadera utilidad de estos dispositivos para dejar de fumar o reducir el consumo de tabaco", señalan en su trabajo.

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