Las mascarillas en clase pueden tener las horas contadas

La variante del coronavirus conocida como ómicron comienza a dar un respiro en el país español. Pese a la fuerte subida durante las navidades, la tasa de incidencia está bajando tan rápido como subió, con casi mil puntos menos de incidencia. Por ello, el Gobierno se encuentra en este momento rebajando las medidas generales para el territorio nacional, como la eliminación del uso de mascarilla en exteriores.

En este contexto, la Asociación Española de Pediatría se ha pronunciado al respecto, mostrándose partidaria de eliminar las mascarillas de las aulas escolares. Para ello ha realizado una propuesta para conseguir retirarla de forma paulatina que daría comienzo a finales de este mes en los cursos de primero y segundo de primaria. Los resultados del progreso servirían para 15 días después proseguir con tercero y cuarto y así de manera progresiva hacia cursos superiores.

Las mascarillas dificultan la enseñanza

La propuesta elaborada por la entidad muestra cómo los pediatras han comparado los contagios del último curso de infantil, sin obligatoriedad de portar mascarilla, con las acontecidas en primero de primaria, edad a partir de la que es obligatorio llevar mascarilla. Los resultados arrojan que los niveles de infección no cuentan con apenas diferencia y, por ello, el organismo plantea que en el tercer trimestre la eliminación de las mascarillas llegue hasta los alumnos de primaria.

Una de las razones que esgrime la Asociación Española de Pediatría para implantar esta medida tiene su base en lo dificultoso que resulta la enseñanza con mascarillas, especialmente en aquellos estudiantes que ya cuentan con dificultades en el aprendizaje.

Enrique Bassat, epidemiólogo y miembro de la entidad, confirma que esta propuesta serviría para ir instalando la normalidad en las aulas y, al mismo tiempo, serviría de ensayo para la retirada de mascarillas en sitios cerrados. Al tratarse los más jóvenes de un colectivo poco vulnerable frente al contagio, la subida de la incidencia en este grupo no equivaldría a una subida de casos graves, por lo que sería el primer paso para poder eliminar las mascarillas de forma general con menos riesgos.

“Tenemos una variante del virus diferente, que es muy contagiosa y va a causar muchísimos casos y, por tanto, tenemos que convivir con ella. Y esto se enmarca en un cambio de paradigma más amplio, en el que hemos pasado de una situación en la que intentábamos contabilizar e impedir cada infección, a otra en la que nos dan un poco igual las infecciones que pueda haber, siempre y cuando no tengan trascendencia clínica”, aclara Bassat, al mismo tiempo que ratifica la “poca trascendencia clínica” de los casos de ómicron.

A todo ello habría que sumarle la gran cifra e personas vacunadas en el territorio español que certifica que nos encontramos en el momento de la pandemia del coronavirus de empezar a tomar medidas menos restrictivas, las cuales podrían empezar por las aulas escolares.