Los psicólogos avisan sobre qué hay detrás de la necesidad de tener una casa ordenada
La necesidad de mantener el hogar en orden puede estar relacionado con varios aspectos psicológicos
Un neurólogo recomienda añadir esto al café para cuidar el cerebro
La vuelta a casa después de un largo día de trabajo puede ser la entrada a un oasis de paz, o a un infierno. El estrés que se dejaba atrás en el trabajo, puede continuar en casa. ¿El motivo? El aluvión de cosas que hacer en el hogar y un desorden tal que no se sabe por dónde empezar.
Al margen de esto, sacar tiempo para mantener el orden en casa puede repercutir directamente en el estado de ánimo. No es lo mismo mirar a cualquier rincón de casa y ver todo cuidadosamente puesto en su sitio, a estar rodeado de prendas por el suelo, objetos sacados de su lugar. Según la psicología, todo esto afecta a la paz mental de una persona.
Un espacio organizado puede ayudar a la sensación de control, a la clarividencia con la que se piensa y a reducir el estrés al mínimo. De otra manera, el agobio puede atrapar. Precisamente, tras el intento persistente de ordenar, hay una correlación psicológica de querer controlar más la vida, según expertos en psicología.
¿Ordenar la casa ayuda a rebajar el estrés? Será un grano de arena, pero no definitivo para acabar con ese problema. Aún así, que se apueste por reducir al mínimo cualquier elemento de caos (véase desorden) hará mucho en que se minimice ese estrés que afecta tanto a la salud.
En un estudio realizado por IKEA, sobre la psicología en los hogares, se incluye un decálogo con los puntos que más influyen en la felicidad de una casa. El primer apartado habla, precisamente, sobre el orden. Aquí los expertos concluyeron que, en efecto, un mantenimiento diario ayuda al bienestar: ordenar, limpiar cocina y hacer camas. En la mayoría de casos estudiados, las limpiezas profundas se dejan para el fin de semana.
Con esto, también se concluye que tener la casa ordenada al detalle no puede convertirse en una obsesión entre semana cuando se está atareado con variadas obligaciones. Hay tantos contextos como familias. Cada una de ellas tendrá que calibrar cómo adaptar sus situaciones personales para tener su casa a punto, sin que ello suponga una carga mental más.
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