Una superviviente del atentado de El Descanso: "Es horrible que no se haya hecho justicia"
40 años después de la primera acción yihadista en España, sigue sin saberse quién lo hizo.
La masacre de El Descanso cumple 40 años

Hay quien dice que el del restaurante El Descanso en Madrid es el atentado del olvido, pero para las víctimas no, aunque hayan tenido que asumirlo y vivir con ese recuerdo. Porque 40 años después de la primera acción yihadista en España, sigue sin saberse quién lo hizo. "Es horrible que no se haya hecho justicia", lamenta Carolina, que sobrevivió a la masacre.
Carolina es nombre ficticio de esta mujer, que prefiere mantener el anonimato, aunque ha accedido a hablar con EFE de aquel día y de cómo se siente cuatro décadas después de que una bomba estallara en torno a las 22:30 horas en un restaurante ubicado en el kilómetro 14.200 de la entonces N-II, muy cercano a la base estadounidense de Torrejón de Ardoz y muy frecuentado por militares norteamericanos. Será este sábado cuando se cumpla el aniversario. El 12 de abril de 1985 era viernes. Fue casual que fueran a ese restaurante, en aquella época muy famoso. Fue su amiga la que lo eligió porque lo conocía. Sin móviles entonces, tardaron en contactar, pero al final lograron quedar ambas y sus respectivas parejas.Era una noche de viernes normal, la noche de dos parejas que salen juntas a cenar y que, además, aprovecharían la ocasión para celebrar que Carolina cumplía 30 años unos días después y que su marido había ganado una importante oposición. Estuvieron un poco en la barra y a continuación explotó la bomba, rememora esta superviviente.
"No sabía cuántos kilos de escombro tenía encima"
Los primeros minutos fueron un caos. "No podía moverme, estaba bastante dolorida y solo pensaba en que todos estuviéramos sanos", relata Carolina, que como otras víctimas quedó atrapada en el derrumbe de la explosión. "No sabía cuántos kilos de escombro tenía encima. Escuché que iban a meter una excavadora y yo pensaba: 'están locos, ¿como van a meter ahora una excavadora'?", recuerda Carolina. Pero pese a los medios con los que los servicios de emergencia contaban entonces, "lo hicieron bastante bien", aunque a ella tardaron dos horas en sacarla. Lo sabe porque, como le dijeron después, llegó al hospital ya pasada la medianoche. Fueron dos horas que a ella "curiosamente" se le hicieron "cortas" porque la mente "es muy sabia". Solo quería ver a su marido. Cree que en algún momento perdió la consciencia, aunque supo que la llevaban en una ambulancia, pero "no sabía dónde". Ingresó en el hospital Ramón y Cajal.
Cuando alguien le preguntó si avisaban a su familia, lo primero que pensó es que estaban en la Sierra y que era mejor no preocuparles, pero inmediatamente después dio su número. Más tarde, le pidió a una persona que buscara a sus familiares en la sala de espera de Urgencias y pudo ver a sus padres y a su hermana. "Me quedé sorda, muy sorda, pero no me di cuenta de que lo estaba hasta pasado un tiempo", dice. Su marido murió en la explosión. Fue su padre quien le comunicó la noticia. Tras 30 días en el hospital, Carolina intentó recomponerse y se dedicó a trabajar, que era "lo que más me llenaba", reconoce. "Me centré mucho en mi trabajo", en el sector de la banca internacional.
"He luchado para que no se olvidara este atentado"
Asegura Carolina que no ha tenido más remedio que asumirlo y aprender "a vivir con ello", pero con la edad lo lleva "peor". Además, ya ha dejado de trabajar y tiene más tiempo para pensar. Sufre las secuelas de la explosión. "Tengo la espalda destruida", comenta. Afortunadamente, está bien psicológicamente, pero como casi todas las víctimas necesitó años de terapia. De todos modos, "una cosa como esta es inolvidable, insuperable. El cerebro es sabio y lo asumes, pero no lo olvidas aunque no lo tengas permanentemente en la cabeza". Recalca que, desde las asociaciones de víctimas en las que ha participado, ha luchado durante mucho tiempo para que el atentado de El Descanso no cayera en el olvido. "Con escasos resultados", lamenta.
Carolina recuerda en su entrevista con EFE que en los atentados del 11M supo "desde el minuto cero que no era ETA" y pensó en "los islamistas", tanto por el modus operandi como por las propias declaraciones del entorno de la banda: "Si en algo no engañan los terroristas, es en las autorías", apostilla.
Que en este 40 aniversario de atentado de El Descanso se hayan volcado tanto los medios de comunicación con investigaciones propias, las plataformas de documentales y las editoriales llega a "cabrear" un poco a Carolina, porque piensa que "se podía haber movido esto mucho antes". Y lo dice porque no se ha juzgado nunca a nadie por este atentado, no se ha esclarecido su autoría y no ha habido justicia para las víctimas, que suman alrededor de 300 entre heridos y familiares de los fallecidos. "Lo más importante que tiene un ser humano es la vida. Y resulta que el Estado, que tiene que protegernos y hacer justicia para que los que han segado esas vidas paguen por ello, no ha hecho justicia", enfatiza esta superviviente.
Carolina se pregunta si es que la vida de 18 personas no tiene el valor suficiente como para haber hecho una "investigación seria" y no la que se refleja en un sumario "bastante cortito", sin poner en duda, no obstante, la profesionalidad de las fuerzas de seguridad y de los servicios de inteligencia.
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