Dr. Ángel Carrero: “Nuestras clínicas son espacios seguros y saludables con estrictos protocolos de asepsia y protección”
Colegio Oficial de Dentistas de Cádiz
“Es clave que todos mantengamos una salud oral óptima, porque también contribuirá a disminuir los riesgos de complicaciones del COVID-19”, apunta el Presidente del Colegio Oficial de Dentistas de Cádiz.
Las clínicas dentales son establecimientos seguros en lo referente a la pandemia de COVID-19?
Por suerte los dentistas estamos muy acostumbrados a trabajar con las máximas protecciones desde hace décadas. Tenemos “rodaje y experiencia” en la prevención de las enfermedades infectocontagiosas, antes y después del coronavirus. Siempre estamos muy vigilantes frente a la hepatitis, el SIDA y otras enfermedades transmisibles, porque los dentistas somos los primeros interesados en evitar contagios, tanto a nuestros pacientes como a todo el equipo humano profesional de la consulta. Hemos aprendido a incorporar a nuestras consultas, absolutamente todos los métodos de protección frente a virus y bacterias. El uso de guantes, protección ocular, mascarilla, desinfección y esterilización del instrumental y manejo de la desinfección de todo el equipamiento nos ha permitido trabajar siempre con máxima seguridad para evitar contagios. Por la cercanía física que mantenemos durante los tratamientos con nuestros pacientes, somos los primeros interesados en que nuestras consultas sean espacios seguros para todos, profesionales y pacientes.
¿Siguen algún protocolo de seguridad específico?
Tanto el Consejo General de Dentistas de España como después el Ministerio de Sanidad de forma complementaria, han emitido protocolos e informes de seguridad muy precisos con recomendaciones muy claras para todo el proceso clínico: desde antes que el paciente llegue a la consulta, los consejos que debemos facilitarle por teléfono, cómo hay que reorganizar el consultorio, las recomendaciones para dispensar los tratamientos, lo que hay que hacer entre paciente y paciente y todas las medidas de protección que deben adoptarse.Todos los protocolos de desinfección y esterilización tanto del instrumental como de las superficies, así como la utilización de material protector para el facultativo y personal auxiliar, ya formaban parte de nuestra actividad laboral habitual antes de la pandemia. De hecho, solo hemos tenido que adaptarnos a algunos cambios, como realizar un triaje telefónico, ofrecer gel hidroalcohólico, material de protección, espaciar las citas para que no coincidan en la sala de espera, etc.Los pacientes pueden estar tranquilos de que adoptamos absolutamente todas las medidas disponibles para minimizar los riesgos. El salir de casa para ir a la compra o subirnos en un transporte público, probablemente conlleve más riesgos que ir en estos momentos a una clínica dental. Los pacientes verán que hemos reestructurado nuestra forma de trabajar, que se ha despejado la sala de espera, que las citas entre pacientes son más espaciadas para evitar coincidencias, que se toman todas las medidas de protección (guantes, mascarilla, batas desechables etc.). Y lo más importante, que cuando ellos no están, se continúa trabajando en higiene y desinfección de todo el gabinete para evitar la posible transmisión. Nuestras clínicas son espacios “seguros y saludables” con estrictos protocolos de asepsia y protección.
¿Qué importancia reviste la salud bucodental en estos momentos de pandemia?
Si siempre es importante mantener una buena salud oral para evitar complicaciones en la salud general, en estos momentos es imprescindible. Como hemos podido comprobar durante la pandemia, los pacientes con patologías previas, además de nuestros adultos mayores, han sido los más afectados. Se sabe que una mala salud oral repercute en el agravamiento de enfermedades previas como las cardiovasculares, respiratorias, renales o la diabetes entre otras. Por eso, es clave que todos mantengamos una salud oral óptima, porque también será una forma de contribuir a disminuir los riesgos de complicaciones del COVID-19.
En otro orden de cosas, a primeros de mes, una conocida cadena de clínicas dentales anunciaba que se acogía a un concurso de acreedores dejando en una complicada situación de incertidumbre a sus numerosos pacientes. ¿Desconocía la organización colegial de dentistas de España su situación?
Los colegios profesionales tienen potestad para revisar las buenas prácticas de los colegiados, pero ninguna capacidad sobre los centros o establecimientos sanitarios, o empresas de prestación de servicios odontológicos. La organización colegial solo puede actuar frente a colegiados por posibles actos deontológicamente reprochables. No entramos en valoraciones sobre modelos de negocio, nuestra función es defender una odontología ética, basada en la evidencia científica y en proporcionar la mejor asistencia al paciente. Nuestras recomendaciones a los pacientes siempre son las mismas, que a la hora de elegir clínica recuerden la importancia y prevalencia de recibir un buen diagnóstico y un tratamiento idóneo para cada caso, por encima del precio o la publicidad que nos oferten.
¿Por qué vuelven a repetirse episodios de este tipo cada pocos años?
Porque no hay cambios legislativos. Nuestra organización colegial siempre ha defendido la necesidad de una mejora en la regulación del sector, proponiendo -por ejemplo- reformas en la Ley de Sociedades Profesionales y la creación de una ley que regule la publicidad sanitaria. Esta ley de Sociedades Profesionales prevé que los Colegios Profesionales puedan sancionar deontológicamente a aquellas compañías que lleven a cabo actividades para las que se requiere la colegiación obligatoria, al tiempo que contempla medidas para asegurar que el control empresarial de las empresas del sector queda en manos de profesionales colegiados. La finalidad de modificar esta ley es su correcta aplicación sin resquicios. En cuanto a la publicidad sanitaria, el Consejo General de Dentistas lleva años insistiendo en la necesidad de aprobar una ley de publicidad sanitaria con el fin de regular la propaganda comercial y los mensajes publicitarios en este ámbito, no solo por estar en juego los intereses económicos de los consumidores, sino también y, principalmente, su derecho a la salud. El objetivo de esta ley es garantizar que todas las comunicaciones comerciales relacionadas con la salud sean exactas y verídicas para garantizar la seguridad del paciente. Es decir, que la publicidad sanitaria sea exclusivamente informativa y no incite al consumo. Ofrecemos servicios sanitarios a pacientes, no meros productos de consumo a clientes.
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