Medicina Interna

El área de Medicina Interna ofrece una atención global de la enfermedad, de forma continuada desde la consulta hasta la hospitalización, con el soporte experto del personal de enfermería, esencial en pacientes con diversas comorbilidades y tratamientos complejos.

El abordaje del área es global y coordina la intervención de las especialidades que se precisen para llegar a diagnósticos y tratamientos adecuados. En enfermedades o procesos que afectan a diversos órganos o sistemas, o en pacientes pluripatológicos, muy habituales por el envejecimiento progresivo de la población y el aumento de la esperanza de vida, se hace especialmente necesaria la visión integradora del médico internista.

Entre los casos habituales del servicio está el Síndrome Constitucional caracterizado por la sensación de cansancio, pérdida de apetito y reducción del peso del enfermo. Además se tratan adenopatías, enfermedades infecciosas, autoinmunes sistémicas o cuadros febriles sin un claro foco infeccioso.

En manos de los internistas quedan también la enfermedad tromboembólica venosa y la valoración y manejo integral del riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, hipercolesterolemia, diabetes o síndrome metabólico), crucial en el desarrollo de patologías de alta incidencia como el ictus o el infarto de miocardio, en las que el internista tiene amplia experiencia.

En las Consultas Externas, los médicos aportan su capacidad de estudio y tratamiento de enfermedades complejas sin necesidad de hospitalización y sin demoras significativas para pruebas complementarias, si es preciso con apoyo del Hospital de Día médico y con una consulta de Geriatría para responder a las patologías específicas de este grupo de edad y sus familias.