Desarrollo turístico y oportunidad para diversificar otros sectores económicos
El Aeropuerto de Málaga es un completo centro de servicios volcado en optimizar la experiencia de los pasajeros y las compañías aéreas que operan en él
En sus más de 105 años de historia, el Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol ha sido y es un importante elemento catalizador de la transformación económica y social que ha vivido no sólo la provincia, sino toda Andalucía. Si sus orígenes fueron los de una infraestructura orientada exclusivamente a canalizar el tráfico aéreo, en la actualidad es un completo centro de servicios volcado en optimizar la experiencia de los pasajeros y las compañías aéreas que operan en él. Con más de 23 millones de pasajeros anuales, el aeropuerto ofrece hoy conexiones con cerca de 140 ciudades de más una treintena países a través de una media anual de 250 rutas operadas por más de 50 aerolíneas. Estas cifras dan una idea del impacto, directo e indirecto, que tiene en términos de generación de empleo y actividad económica para el territorio al que sirve.
Para gestionar la frenética actividad diaria, con una media de cerca de 500 vuelos al día, en las instalaciones aeroportuarias malagueñas trabajan alrededor de 10.000 personas, medio millar de ellas pertenecientes a Aena y el resto, empleados de unas 500 empresas como compañías aéreas y agentes ‘handling’, de seguridad, limpieza, construcción, transportes y restauración, además de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Todos ellos trabajando con un objetivo común: facilitar el tráfico aéreo.
El transporte aéreo no sólo ha permitido el desarrollo turístico, como generador de valor, riqueza y rentas para los ciudadanos, sino que supone una gran oportunidad para diversificar otros sectores económicos que demandan alta competitividad internacional así como disponibilidad de funcionar a lo largo de todo el año, objetivo alcanzado gracias a la desestacionalización.
Conectividad
En esta temporada de invierno, que se extiende hasta el último fin de semana de marzo de 2025, las aerolíneas han programado para la infraestructura malagueña, entre llegadas y salidas, 9,7 millones de asientos y 54.800 vuelos.
La robustez de los dos principales mercados del aeropuerto malagueño, el europeo (172 rutas) y el nacional (25 rutas), sostiene estas cifras de progresión, que se refuerzan con los crecimientos previstos en otras de sus áreas de actuación, como el continente africano (3,1% más de asientos), Oriente Medio y Norteamérica (20% más de plazas en conexiones con Canadá), y con la consolidación de Reino Unido como el destino más conectado con la infraestructura malagueña, acaparando 44 rutas.
Detrás de esta realidad no sólo está la recuperación de rutas emblemáticas estivales, como la de Nueva York (segunda conexión con Norteamérica), sino también la apertura al mercado asiático, con rutas a Turquía (2 vuelos diarios con Estambul durante todo el año), Qatar (que este invierno ha ampliado a todo el año su ruta estival a Doha desde Málaga, con tres vuelos semanales), Arabia Saudita, Barhain, Emiratos Árabes y Kuwait.
Esta conectividad del aeropuerto malagueño con el resto del mundo se deriva no sólo de los vuelos directos sino de las múltiples posibilidades que generan. Con una escala de poco más de dos horas, Málaga tiene garantizado el acceso a casi la totalidad del mundo. El valor de esta conectividad se incrementa con la desestacionalización progresiva que se va observando en los últimos dos años.
Desestacionalización
En 2025, el Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol seguirá trabajando, junto con las instituciones competentes, en la desestacionalización del destino Málaga-Costa del Sol. De hecho, la desestacionalización perseguida ya se aprecia en los más de dos millones de viajeros al mes desde abril y hasta octubre (ambos incluidos) que las estadísticas reflejan desde 2023; un reparto más equilibrado de la actividad a lo largo de todo el año, que permite poner en valor los diferentes productos turísticos y contribuye a un desarrollo del territorio más ordenado y sostenible ambiental, económica y socialmente.
Sinergias
Este equilibrado tándem no sólo beneficia al aeropuerto sino también al territorio y a todo el tejido productivo, ya que una conectividad vigorosa todo el año llama a las empresas internacionales a asentarse en el territorio.
El momento dulce que vive la provincia de Málaga como polo de atracción de estas empresas, muchas de ellas tecnológicas, también se nota en la infraestructura, hasta hace poco etiquetada como únicamente turística. Es el turismo el que ha propiciado una oferta de vuelos que está abriendo muchas puertas. De hecho, en la actualidad, en torno al 11% de los pasajeros de la infraestructura malagueña son de negocios. Gracias a la amplia conectividad, las empresas malagueñas se han internacionalizado, atrayendo talento de otros territorios y aumentando su capacidad e influencia en el mundo. Esta sinergia perfecta entre los sectores tecnológico y turístico se apoya en la conectividad aportada por el aeropuerto malagueño.
En la actualidad, el Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol, como el transporte aéreo y el turismo, en general, se encuentra en un gran momento gracias a un muy buen trabajo conjunto, base del progreso de los territorios. Más de 105 años después, la infraestructura malagueña, al igual que el resto de los aeropuertos y helipuertos de la red de Aena, afronta el futuro comprometido con las personas, el medio ambiente, la innovación y la búsqueda permanente de la excelencia del servicio a la sociedad.
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