Un deleite para los sentidos
Tradicional y cosmopolita, Sanlúcar atrapa a los visitantes con su maravilloso entorno, sus bellas edificaciones y su reconocida y genuina gastronomía
Orgullosa de su pasado, tradicional y cosmopolita a la vez, Sanlúcar atrapa con su maravilloso entorno, sus bellas edificaciones y su reconocida y genuina gastronomía. Todo un deleite para los sentidos.
Adentrarse en las calles de esta ciudad es hacerlo para disfrutar de la historia y la leyenda que emana de cada uno de sus rincones. Sanlúcar fue el lugar desde que partieron las célebres expediciones de Cristóbal Colón hacia el Nuevo Mundo. Contemplar la desembocadura del río Guadalquivir y sentir la brisa marina en el rostro es una experiencia que transporta a tiempos de descubrimientos y aventuras.
Para dejarse llevar por ese viaje en el tiempo que es visitar Sanlúcar, es imprescindible acercarse al Palacio de Orleáns-Borbón, antigua residencia real del siglo XIX, que sirvió como lugar de descanso y de recreo a los duques de Montpensier y sus descendientes;su Plaza del Cabildo, corazón de la vida social y cultural de la ciudad; el Castillo de Santiago, de época medieval y con unas impresionantes vistas panorámicas de la ciudad y del río Guadalquivir; el Palacio de los Duques de Medina Sidonia, declarado Bien de Interés Cultural en 1978 y Las Covachas, antiguos soportales góticos construidos en el siglo XV, que son una de las construcciones más icónicas del municipio.
Este recorrido por el rico patrimonio de Sanlúcar estaría incompleto si se obviara una visita a sus bodegas, porque esta hermosa localidad es ante todo un paraíso vinícola, donde se produce la famosa y apreciada manzanilla, cuyo origen se remonta a 1821, cuando la familia Barbadillo se instaló aquí y la embotelló por primera vez.
Desde entonces, Bodegas Barbadillo no ha dejado de evolucionar, buscando siempre vinos que sorprendan y dejen huella.
Por ese motivo, para adentrarse en este mundo, para conocer esta parte inseparable de las raíces y la cultura de esta tierra no hay mejor idea que visitar su Museo de la Manzanilla y sus bodegas insignias: la Catedral ‘La Arboledilla’ y San Guillermo, lugares emblemáticos que albergan historia, aromas, sabores, solera y emociones.
Gastronomía
Tras esta ineludible visita, lo mejor es pararse a disfrutar de otro de sus grandes patrimonios: su gastronomía, basada en una materia prima única, con productos tan destacados, como el langostino, que forma con la manzanilla un maridaje más que perfecto.
Para disfrutar de esta experiencia al máximo no hay más que ir a Bajo de Guía, a Casa Bigote, y degustar sus imprescindibles langostinos o al Mirador de Doñana, un lugar de referencia en Sanlúcar y parte de su historia, que trabaja cada día con el mejor producto que llega de proveedores de las costas, La Janda y la huerta gaditana, siempre con la mayor calidad posible. En la Plaza del Cabildo, se sitúa Casa Balbino, muy conocida por sus tortillitas de camarones y su multitud de tapas típicamente gaditanas, y el restaurante Barbiana, donde saborear unas tapas aliñás, consideradas por muchos las mejores de la provincia.
En el Barrio Alto, muy cerca de la Cuesta Belén, se puede disfrutar con la apreciada gastronomía del restaurante El Espejo, en un entorno único: las antiguas caballerizas de una casa palacio.
Y en su Barrio Bajo, hay una parada obligatoria: Er Guerrita, una vieja taberna ubicada en este lugar desde 1978. Aquí se dan cita parroquianos locales y visitantes de todo el mundo en busca de buen ambiente, honesta comida de proximidad y la mejor selección de vinos del Marco de Jerez. El buen ambiente deviene de la perfecta coexistencia del cliente habitual con el forastero. La comida de proximidad da sentido a una cocina que tiene en el trabajo sencillo de un buen producto local su razón de ser.
Finalmente, la mejor selección de vinos de la región es el resultado de una apuesta de 15 años, en el que los vinos de Jerez y Sanlúcar han sido decididamente reivindicados desde la sala de catas de la trastienda. En definitiva, una tasca donde disfrutar de los vinos de la casa y de unos platos completamente caseros, regentada magníficamente por Armando Guerra, conocido enólogo sanluqueño.
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