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Una dieta saludable como estilo de vida

Salud Mental

Las carnes magras, como las de pollo o pavo, los pescados grasos, como el salmón, además del pescado azul pequeño, son alimentos que repercutirán positivamente en nuestro cerebro

Las frutas y ls verduras son muy beneficiosas.
Redacción

21 de marzo 2024 - 08:00

Nuestros hábitos alimenticios afectarán a nuestra salud cerebral, para bien o para mal. La dieta mediterránea, por ejemplo, en la que encontramos alimentos como el aceite de oliva, el pimiento o el tomate, repercute positivamente en el aspecto cognitivo y previene al alzhéimer, como han concluido algunos expertos.

Los alimentos que repercutirán positivamente en nuestro cerebro son, por un lado, las carnes magras, como las de pollo o pavo, y por otro, los pescados grasos como el salmón, además del pescado azul pequeño.

La fruta y verdura también serían unas opciones muy interesantes. En cuanto a las bebidas, conviene destacar al café, pues gracias a su contenido en polifenoles, ayuda a prevenir las enfermedades degenerativas.

El café

Debido a los polifenoles que contiene, ayuda a prevenir las enfermedades degenerativas

Como indica un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, habría que añadir a esta lista los frutos secos, pues los investigadores analizaron durante dos años la dieta de más de 6.000 personas y llegaron a la conclusión de que la salud cognitiva de los que añadieron a ella tres o más raciones semanales de 30 gramos de frutos secos había mejorado, comparándolos con los que no tomaron nada de estos alimentos.

La sal, un enemigo común

En marzo de este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un informe sobre la reducción de la ingesta de sal que demostraba el largo camino que queda aun por recorrer para lograr la meta mundial de reducir la ingesta de sodio en un 30% para 2025. El sodio, pese a ser un nutriente esencial, incrementa el riesgo de cardiopatías, como los accidentes cerebrovasculares, y de muerte prematura cuando se toma en exceso. La fuente principal de sodio es la sal de mesa (cloruro de sodio), pero otros condimentos, como el glutamato de sodio, también lo contienen. El informe apunta que solo el 5% de los estados miembros de la OMS han desarrollado políticas obligatorias e integrales de reducción de sodio y que el 73% de los Estados Miembros de la OMS no aplican plenamente dichas políticas.

En España, de media, cada individuo consume 10,8 gramos de sal al día, más del doble de lo recomendado por la OMS, que sugiere ingerir, como máximo, cinco gramos de sal (una cucharilla de café), una dosis que equivale a 2 gramos de sodio diarios.

Prevención

La menor ingesta de sodio es una estrategia clave para prevenir la carga de enfermedad cardiovascular

Una revisión de estudios publicada en Journal of the American College of Cardiology apuntaba que la reducción del consumo de sal en la población es una de las estrategias más rentables, factibles y asequibles para prevenir las enfermedades cardiovasculares, que son asimismo la principal causa de muerte y discapacidad en todo el mundo.

El trabajo subrayaba concretamente que el riesgo de enfermedad cardiovascular aumentó hasta un 6% por cada aumento de un gramo en la ingesta de sodio en la dieta. Entre sus recomendaciones principales estaba fomentar una dieta baja en sodio y brindar educación sobre la ingesta reducida de sodio. Expertos e instituciones animan a adoptar hábitos saludables como estrategias para contrarrestar este problema, como cocinar sin sal o examinar el etiquetado de los procesados para evitar productos con alto contenido de sal.

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