La Orden de San Juan de Dios propugna una visión del paciente con todas sus circunstancias
Hospital San Juan Grande - San Juan de Dios
Ha lanzado la campaña ‘La mirada de San Juan de Dios’, a modo de llamada de atención sobre la necesidad de repensar el modelo asistencial actual

La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios gestiona uno de los principales grupos sanitarios y socio-sanitarios del país, con una oferta asistencial que supera las 12.000 camas y/o plazas y que presta atención a más de tres millones de personas cada año, en ámbitos tan diversos como el hospitalario, la salud mental, la discapacidad, la atención a las personas mayores, la docencia e investigación y la atención social.
En la provincia de Cádiz, la Orden Hospitalaria desarrolla su misión, desde hace ya 98 años, en el centro asistencial San Juan Grande, integrado por un Hospital, un Centro de Mayores, un Centro de Atención Infantil Temprana y su Obra Social, que tiene como principal escaparate el Economato Hermano Adrián, a través del que se presta ayuda alimentaria a más de 300 familias cada mes.
La experiencia acumulada a través de los 80 centros que la Orden de San Juan de Dios tiene en funcionamiento en la actualidad en España han motivado la puesta en marcha de la campaña ‘La mirada de San Juan de Dios’, cuya principal finalidad es llamar la atención sobre el hecho de que el actual modelo de atención sanitaria ha quedado caduco, dado que no tiene presente importantes necesidades de una sociedad que ha cambiado radicalmente en los últimos años.
El envejecimiento de la población, los problemas crecientes relacionados con el bienestar emocional y la salud mental, las dificultades de acceso a la vivienda y el sinhogarismo (que afecta cada vez a un mayor número de personas con perfiles que escapan al imaginario colectivo), la discapacidad en las distintas etapas de la vida o la atención a una infancia y adolescencia que en poco se parece a la de generaciones pasadas, dibujan una sociedad muy distinta a aquella para la que el sistema socio-sanitario vigente en la actualidad fue diseñado.
“Todas estas situaciones, advierte el director general de San Juan de Dios España, Juan José Afonso, no son excluyentes y, a diario, en nuestros centros, vemos cómo muchas de ellas coexisten en una misma persona, generando y agravando su vulnerabilidad, con un claro impacto en su salud y merma de la calidad de vida. Mayores que presentan una discapacidad, personas sin hogar con problemas de salud mental, migrantes que dependen de su integración en nuestra sociedad… situaciones que exceden la asistencia sanitaria, sin ser ajenos a esta necesidad y que exigen que demos un paso más, hacia la atención centrada, no ya en el paciente, sino en la persona”.
Por otra parte, existe una serie de espacios no cubiertos actualmente por el sistema, espacios en tierra de nadie, que antes eran cubiertos en el ámbito familiar pero que con el ritmo actual de vida y de obligaciones laborales han quedado desiertos.
“Un ejemplo de ello, -continúa el director general de la Orden de San Juan de Dios- sería el de un paciente mayor ingresado de urgencia por un proceso agudo pero que, cuando recibe el alta porque dicho proceso ha sido resuelto, sigue presentando un alto grado de dependencia que requiere atención durante casi 24 horas al día. Es habitual en estos casos que las familias soliciten el ingreso en una residencia. ¿Qué sucede en ese intervalo de tiempo entre el hospital y la residencia? Es un espacio actualmente no cubierto, un espacio que sólo quienes tienen más recursos pueden afrontar. En San Juan de Dios, gracias a nuestra amplia red de dispositivos sociales y sanitarios, estamos preparados para dar cobertura a dicha situación, garantizando la asistencia durante todo el proceso, y en ese sentido estamos abiertos a extender nuestra colaboración con la Administración y responder así a una necesidad hoy todavía no resuelta”, apunta Afonso.
Para ello, es fundamental la coordinación entre niveles asistenciales como el hospitalario y la Atención Primaria, pero también con otro tipo de dispositivos con una clara vocación social en lo que podría denominarse una “plataforma de continuidad socio-asistencial”.
Debemos replantearnos el modelo para que sea la persona la que esté en el centro”
“Que una persona llegue o no a fin de mes, que un mayor carezca de quien le acompañe y ayude, que una persona con discapacidad envejezca, que un niño sufra acoso escolar o una exposición a determinados contenidos a través de dispositivos digitales… todo eso… que escapa a lo estrictamente sanitario y es indetectable mediante un análisis de sangre o una resonancia, no debe sernos ajeno y, de hecho, es de sentido común que lo tengamos en cuenta, que veamos a la persona en su conjunto y de forma coordinada entre profesionales, para darle la mejor solución posible y adelantarnos, en la medida en que se pueda, a un deterioro ante el que después puede ser demasiado tarde”, añade Afonso.
“Llevamos años hablando de poner al paciente en el centro del sistema y de trabajar para garantizar la continuidad asistencial, sin embargo, este enfoque resulta hoy insuficiente y debemos replantearnos el modelo para que sea la persona la que esté en el centro y evolucionemos hacia la continuidad, por supuesto, pero la continuidad socio-asistencial, atendiendo a la persona y sus determinantes sociales en conjunto”, concluye el director general de la Orden de San Juan de Dios.
Acceso a la campaña ‘La mirada de San Juan de Dios’:
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