Feria del Carmen y la Sal (su evolución)
En el siglo XVIII, la Feria se llevaba a cabo mediante la iniciativa vecinal, abarcando feria de ganado de día y velada, a través de casetas y juegos mecánicos de cavallos y figuras en movimientos, durante las noches.
El Ayuntamiento, de manera oficial, lleva a cabo las tradicionales fiestas para el solaz de los vecinos desde 1820. El primer informe con el que contamos es de 1821.
Se allanan los terrenos delante de la Iglesia del Carmen para celebrar las fiestas, permaneciendo en el lugar hasta 1833, y al año siguiente se trasladada a la plaza de la reina Isabel II (del rey). Vuelve al Carmen en 1857, durante un año, regresando a la plaza de la Constitución (rey). La alameda y la calle General Valdés adquieren protagonismo, aunque los cacharritos y casetas se encuentran en la plaza Rey y calle Constitución (Real).
En los primeros años del siglo XX, la alameda se exhibe socialmente mediante la existencia de tres casetas (municipal, armada y casino), mientras que el real de la velada se extendió hasta la plaza de la Iglesia.
Ante la necesidad de contar con mayores espacios, se usan las plazas de las Vacas, Font de Mora, los terrenos conocidos como “de los toros”, situados próximo al hoy mercado de abastos, la del Piojito (Rodríguez Arias), así como el manchón de Madariaga, con feria de ganado incluida. Regresa al centro (1948), hasta la inauguración del Parque Almirante Laulhé (1953). Se traslada en a la Magdalena (1983) y, regreso al parque (2022). La presente edición recuerda a los años 60 y 70 pasados. Las veladas se alumbraron con velas, gas y máximas horas de luna en sus plazas y solo la acera de los pares de la calle Real, adornadas con farolillos de papel de colores, gallardetes, banderines en altas berlingas; con el sistema eléctrico fue suspendida en 1944, por restricciones en el país.
De las atracciones inocentes del Hombre Pájaro, el Tiro del Cañón, las Vistas por Telescopio (completamente moral), el carro de las patás, el cochecito Lerén, Látigo, los Cocheschoques, las Cunitas, el Tiro al Blanco, etc., hemos pasado a lo que se conoce como la calle del Infierno con ruido incluido.
La Feria contó con cabalgatas de Gigantes y Cabezudos y la quema de la Caballa con reparto de frito isleño; desfilaron hasta ocho carrozas en el festejo en el que colaboraban Bazán, Naval San Carlos, Armada y, desde hace un siglo, comercios e industriales deseando dar vida a la Feria de Día en el centro. Aún hoy, es imposible por las altas temperaturas, excepto el Día dedicado a la mujer. Se inician las celebraciones en barriadas con motivo de la Velada; la Glorieta fue la primera en 1914.
En la década de los diez del siglo pasado, las casetas ubicadas junto a las viviendas eran lugares insalubres por suciedades y poca higiene, lo que impidió a los vecinos asomarse a las ventanas y balcones. Con el propósito de fomentar el comercio local, en el año 1919, no fueron autorizadas casetas forasteras.
El Centro Cultural, el Mercantil y el casinillo de doña Nuncia organizaban bailes para disfrute de sus socios y familiares. En el parque a los caseteros cañaíllas se les reducían los arbitrios al 10% para fomentar instalaciones locales. En los 70 se establecen las hermandades; Misericordia fue la primera en 1973, aunque otros intentos anteriores fracasaron.
Las entidades particulares, entre las cuales se encuentran los grupos de Bazán y de San Carlos, la del Comercio y un sinfín de ellas todas con cantinas, hacen que falte espacio montando casetas en la zona más alta del parque e incluso en las calles adyacentes.
En 1963, se inicia la idea del traslado a la Magdalena, que llegó a ser conocida como la Feria de la Bahía, para posteriormente ser declarada Feria de Interés Turístico de Andalucía.
En la década de 1920, la caseta municipal no volvió a tener un papel relevante hasta 1953 en el parque. Posteriormente, se ampliaba con la piscina municipal en 1969, ante los éxitos obtenidos por actuaciones de cantantes de primer nivel nacional y afamados conjuntos, lo que le permite afrontar con sus ingresos, en parte, con el presupuesto de la Feria. Se ofrecen grupos rocieros y flamencos de Andalucía e Isleños en la Magdalena.
Desde la celebración de los Juegos Florales con reina y damas, hemos heredado la proclamación de salinera mayor y salineras a partir del año 1979. En total 619 mujeres nos han representado, ofreciendo a la patrona productos de la tierra y navegando con Ella, así como teniendo presencia en la Feria Taurina, concursos de patios, etcétera.
La imagen del convento deja de mostrarse en la calle en sus fiestas y su falta la ocupa la de la barriada de la Coronación. La marítima es de 1963, durando aproximadamente una década; a partir de 1992, los pescadores de Gallineras recuperan la navegación por el caño, así como en aguas de la bahía los vecinos de la Casería.
La historia de la Velada del Carmen, actualmente Feria del Carmen y la Sal, ha sido publicada recientemente por El Güichi de Carlos.
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