La herencia genética influye en los efectos adversos de los fármacos
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Un estudio indica que las poblaciones de origen americano y europeo tienen un mayor riesgo de sufrir toxicidad, mientras que las asiáticas y las oceánicas muestran un riesgo más bajo
A pesar de que los sapiens compartimos más del 99,9% de nuestro genoma, cada individuo es único. Las diferencias genéticas se reflejan de muchas formas: desde el color de los ojos o el cabello, hasta la predisposición a padecer enfermedades o cómo reaccionamos a los fármacos que consumimos. Por ejemplo, personas con deficiencia del gen G6PD pueden sufrir fatiga o dolores abdominales, entre otros si toman aspirina. De hecho, las reacciones adversas a los medicamentos (RAM) son una de las principales causas de enfermedad y mortalidad en todo el mundo.
Ahora, un estudio liderado por el Instituto de Biología Evolutiva (IBE), un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), ha revelado en la revista iScience de Cell Press datos clave sobre la influencia de la herencia genética en la toxicidad de los fármacos. Mediante inteligencia artificial, el equipo ha analizado 1.136 variantes genéticas ligadas a la toxicidad de algunos grupos de fármacos en 3.714 individuos de todo el mundo.
Los resultados indican que las poblaciones de origen americano y europeo tienen un mayor riesgo de sufrir esta toxicidad, mientras que los individuos con ascendencia del este de Asia, y en menor medida, las poblaciones oceánicas, muestran un riesgo más bajo. El estudio apunta al potencial de la información genética de individuos y poblaciones como un recurso clave en el diseño de estrategias de medicina personalizada.
Para llevar a cabo su análisis, el equipo ha estudiado los genes con funciones clave para la absorción y transporte de los fármacos en el cuerpo. En particular, han utilizado herramientas de inteligencia artificial que se sirven de algoritmos de aprendizaje automático para realizar un análisis genómico a gran escala de 1.136 variantes farmacogenómicas en 3.714 individuos de los cinco continentes.
“Con este estudio masivo, hemos podido observar con datos de escala mundial que las variantes genéticas entre individuos y entre las poblaciones mundiales pueden aumentar el riesgo de sufrir los efectos adversos de los fármacos”, comenta Òscar Lao, investigador principal del grupo de Algoritmos para la genómica de poblaciones del IBE que ha liderado el estudio.
farmacogenómica
La investigación podría tener un fuerte impacto en el ámbito de la farmacogenómica: un campo creciente de la medicina, en el que se estudian los efectos de los medicamentos según la genética de los individuos y con aplicaciones en el campo de la medicina personalizada.
El equipo analizó la frecuencia de alelos (formas alternativas de un gen) implicados en la aparición de efectos adversos con seis grupos de fármacos distintos. Los resultados indican que las poblaciones americanas y europeas tienen mayor riesgo de toxicidad con los fármacos cardiovasculares y antimicrobianos. Las poblaciones americanas también muestran mayor riesgo en los medicamentos antidepresivos y analgésicos, mientras que para las europeas son más tóxicos los tratamientos inmunosupresores y los anticancerosos. Por otra parte, las poblaciones oceánicas y asiáticas mostraron un menor riesgo en todos los grupos de fármacos, a excepción de algunos individuos de Asia central que presentan un riesgo elevado para los analgésicos.
“El hecho de que observemos diferencias entre poblaciones sugiere que sería interesante incluir la ancestría genética del individuo a la hora de realizar tratamientos más personalizados”, indica Lao. En el futuro, podrían desarrollarse pruebas genéticas sencillas que, combinadas con la inteligencia artificial, permitieran identificar a los pacientes vulnerables a efectos secundarios graves de algunos medicamentos. En última instancia, podría plantearse incluir un perfil farmacogenético y de ancestría de cada paciente, como parte de nuestro historial clínico. Por último, el investigador principal apunta que “nuestros resultados apuntan al potencial de la información genética en el ámbito de poblaciones humanas para personalizar sus tratamientos, potenciar sus beneficios y minimizar sus riesgos y efectos secundarios”.
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