La APBA progresa en todos los frentes de la sostenibilidad gracias a su Estrategia Verde

Que la sostenibilidad es una cuestión poliédrica queda fuera de discusión. Y que ha de ser un eje central de trabajo de las organizaciones, también. Así lo entendió hace años la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA), que, gracias a su ambiciosa Estrategia Verde 2021-2026, avanza en todos los frentes de la sostenibilidad: desde la biodiversidad, con proyectos como la monitorización del ruido portuario y su impacto en los cetáceos del Estrecho o el fondeo de arrecifes artificiales para predecir la invasión de especies exóticas, hasta la integración puerto-ciudad y recuperación del patrimonio portuario, con actuaciones tan emblemáticas para la ciudadanía como la remodelación del Fuerte de Isla Verde o la rehabilitación del edificio anexo al Faro de Tarifa.

En cuanto a la primera de las iniciativas, en el Estrecho de Gibraltar se pueden observar hasta siete especies de cetáceos. Por otro lado, es una de las zonas con mayor tráfico de buques del mundo (más de 100.000 al año), y la APBA es el cuarto puerto de Europa y el primero de España en volumen de mercancías. Todo ello tiene su impacto en el comportamiento de los delfines y ballenas.

Medir el ruido submarino gracias a la IA

La APBA ha invertido en el desarrollo de una herramienta de simulación de ruido marino y de estimación del impacto de este sobre los cetáceos, elaborada por la francesa Sinay, especializada en el diseño de soluciones digitales de IA en sostenibilidad. Así, se efectúa una monitorización y evaluación continuas del ruido submarino generado por buques y trabajos portuarios, se sigue a las poblaciones de cetáceos del Estrecho, creando después la solución digital mapas de riesgo acústico y métricas del impacto de la actividad portuaria sobre la biodiversidad marina.

Lucha contra especies invasoras

Otra iniciativa disruptiva en el campo de la sostenibilidad es el fondeo de seis arrecifes artificiales en el Puerto de Tarifa para detectar lo antes posible la llegada de especies invasoras y así poder dar una respuesta durante las primeras fases de la invasión, dentro del proyecto GIBMAR-BB, con el que la APBA colabora y en el que participan la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la UCA y la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía. Ya se había instalado otra media docena fuera del puerto. La idea es usar la información obtenida con fines docentes y divulgativos y para el futuro desarrollo de protocolos de prevención y control de organismos acuáticos ajenos al Estrecho.

Integración puerto-ciudad y recuperación del patrimonio portuario

Ya dentro del ámbito de la integración puerto-ciudad, se lleva a cabo la recuperación del histórico Fuerte de la Isla Verde, cuya tercera fase se centra en rehabilitar las estructuras defensivas de la batería norte, la puesta en valor del pozo de Umm Hakim y la reconstrucción de una de las cuatro garitas. También se adecuará el interior del fuerte y se convertirán en museo el recinto y los dos blocaos de la II Guerra Mundial. En el espacio expositivo, se integrarán elementos originales o réplicas para recrear la historia viva del fuerte. Además, se construye un edificio con una sala inmersiva. El complejo abrirá en 2025.

Un centro de interpretación en el edificio anexo al Faro de Tarifa

Una última intervención muy destacada ha sido la rehabilitación del edificio anexo al Faro de Tarifa, ubicado en la Isla de las Palomas, contemplada tanto en la Estrategia Verde y alineada con la Agenda 2030 de la ONU y la Agenda 2030 de la Asociación Internacional de Ciudades Portuarias (AIVP).

El faro, construido sobre una antigua torre almenara de 1588 y reformado en 1813, fue el primero en iluminar las aguas del Estrecho, es el más meridional de Europa y es Bien de Interés Cultural (BIC), además de hallarse en el Parque Natural del Estrecho de Gibraltar. La transformación del edificio en un centro de interpretación representa un esfuerzo significativo para crear nuevos espacios públicos y culturales. Desde su apertura en 2023, más de 11.000 personas han visitado el edificio, lo que ha servido para fomentar el sentido de pertenencia de los residentes y promover el turismo sostenible y la preservación del patrimonio, además de ser un ejemplo de cooperación institucional.