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El otoño y, posteriormente, el invierno además de venir acompañados de la caída de las hojas y la bajada de temperaturas, aparecen con fuerza en las consultas médicas las infecciones respiratorias y de entre ellas destacan el catarro común o el resfriado, que se convierten en una preocupación, especialmente para aquellas familias con hijos. Y es que la congestión, el malestar y las interminables noches sin dormir afectan tanto a los más pequeños como a sus padres.
Además, los adultos suelen padecerlo dos o tres veces al año, mientras que bebés y niños pequeños pueden resfriarse con más frecuencia.
El virus entra en el cuerpo a través de la boca, los ojos o la nariz, de tal manera que puede contagiarse por gotitas en el aire cuando alguien que está enfermo tose, estornuda o habla, contacto directo con una persona acatarrada, compartir objetos con el virus, como platos, toallas, juguetes o teléfonos y tocarse los ojos, la nariz o la boca después de haber estado en contacto con él.
Tan conocidos como molestos, sus síntomas incluyen la congestión o taponamiento nasal, la excesiva secreción de mucosidad por la nariz, los estornudos, el dolor de garganta y el malestar general.
Sobre la mucosidad de la nariz, puede empezar siendo transparente y volverse más espesa y de color amarillo o verde.
Por otro lado, el plazo de recuperación de un catarro se sitúa entre los siete a los diez días, aunque los síntomas en personas fumadoras pueden durar más tiempo.
En la mayoría de los casos, no requiere atención médica, aunque si los síntomas no mejoran, o si empeoran, es recomendable consultar con el médico.
Sobre los remedios que tanto conocemos, la prestigiosa Clínica Mayo asegura que “nada puede curar un resfriado. Pero algunos remedios pueden ayudar a aliviar sus síntomas y evitar sentirse tan mal”. Así, entre ellos, destaca mantenerse hidratado. El agua, los zumos, el consomé o el agua tibia con limón y miel ayudan a aflojar la congestión y previenen la deshidratación. Hay que evitar el alcohol, el café y los refrescos con cafeína, que pueden empeorar la deshidratación y también recomienda descansar.
Para aliviar el dolor de garganta, la institución con sede en Minnesota apunta que una gárgara de agua salada (1/4 a 1/2 cucharadita de sal disuelta en un vaso de 0,2 litros de agua tibia) puede aliviar temporalmente una garganta dolorida o irritada. También, la Clínica Mayo señala que se puede probar con trocitos de hielo, atomizadores para el dolor de garganta, pastillas o caramelos duros. En este caso hay que tener precaución con los niños porque se pueden atragantar.
Para combatir el taponamiento y la congestión, recomienda los atomizadores y las gotas nasales de solución salina de venta libre, mientras que, para los bebes, señala que es conveniente aplicar varias gotas de solución salina en una fosa nasal y luego succionar suavemente esta con una pera o jeringa de goma.
Otro de los remedios para combatir los síntomas del catarro es tomar sorbos de líquidos calientes, como sopa de pollo, té o jugo de manzana caliente. Esto se utiliza en muchas culturas y podría tener un efecto calmante y aliviar la congestión, al aumentar el flujo de mucosidad, apuntan desde la institución norteamericana, que también apunta que la miel puede ayudar a la tos en adultos y niños mayores de un año.
Lo mejor es cuidar de ti mismo. Descansa, toma líquidos, mantén el aire húmedo y recuerda lavarte las manos con frecuencia”
Por otro lado, el uso de un vaporizador o un humidificador de vapor frío pueden agregar humedad al hogar, lo que podría ayudar a aflojar la congestión. En cuanto a los medicamentos para el resfriado y la tos, la Clínica Mayo aconseja solo utilizar los de venta libre. Pero destacan que estos “no evitarán un resfriado ni reducirán su duración, y la mayoría de ellos tienen algunos efectos secundarios” y alerta sobre que “los expertos coinciden en que no deben administrarse a niños pequeños. Su uso excesivo o su mala utilización puede provocar daños graves. Habla con el médico de tu hijo antes de darle cualquier medicamento”.
Asimismo, pone especial énfasis en no tomar antibióticos. “Estos medicamentos atacan las bacterias, pero no actúan contra los virus del resfriado. No mejorarás más rápido, y el uso inadecuado de estos contribuye a tener problemas graves de crecimiento de bacterias resistentes a los antibióticos”.
Por último, el reputado centro hospitalario afirma: “Aunque por lo general son leves, los resfriados pueden hacerte sentir muy mal. Probar el último remedio resulta tentador, pero lo mejor que puedes hacer es cuidar de ti mismo. Descansa, toma líquidos y mantén el aire húmedo a tu alrededor. Recuerda lavarte las manos con frecuencia”.
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