La salud mental en adolescentes, ¿un tema tabú?

Según el Ministerio de Salud Pública, se calcula que más del 13% de los adolescentes de 10 a 19 años padece un trastorno mental diagnosticado. Cada año mueren 45.800 adolescentes por suicidio siendo la quinta causa de muerte más frecuente en los jóvenes.

Ansiedad y depresión son los principales problemas que padecen los adolescentes, pero no son los únicos. Está también, el trastorno de la conducta, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno obsesivo compulsivo, etc.

La pandemia de COVID-19 tuvo impacto bastante significativo en la salud mental de este grupo de la población, causándoles un aumento de estrés y ansiedad. El problema está en que no cuentan con ayuda suficiente y cualificada. Según el Ministerio de Sanidad: “Si pensamos en la ayuda que se les puede brindar, los datos no son mejores, el número de psiquiatras especializados en el tratamiento de niños y adolescentes es inferior al 0,1 por 100.000 en la mayoría de los países”.

Factores que afectan y el papel de los padres

El cerebro del adolescente está en fase de cambio y ni tienen un solo problema de salud mental, ni se debe a una sola causa. Veamos qué factores pueden estar repercutiendo en su calidad emocional: Cambios hormonales y biológicos, presión académica, problemas familiares, presión social y pares, exposición a la violencia o trauma, problemas de autoimagen, factores genéticos y predisposición familiar, problemas de identidad, acceso limitado a recursos de apoyo o la tecnología y redes sociales.

En cuanto al papel que juegan los padres en esta problemática, los mismos deben saber identificar cuáles son los factores que te van a indicar si el adolescente está teniendo problemas, debes tener un comportamiento adecuado para que el menor sienta el acercamiento emocional y pueda abrirse a contar lo que le pasa. Recordemos que la adolescencia es una etapa complicada en el que el cerebro adolescente sufre muchos cambios y en la que las relaciones sociales, la aceptación del entorno y el rechazo son temas que les preocupan mucho.

Es tarea de los padres escuchar sin interrumpir, ofrecer una empatía sincera, ayudarlos a calmarse, ofrecer ayuda para resolver el problema, dividir el problema en dos partes, entre otros. Hay que partir de la base de que el menor tiene una actitud negativa consigo mismo y también la va a tener con la persona que intente ayudarle, por lo que en muchos casos también hay que tener paciencia.Si tienes dudas, estas son algunas señales que podrían indicar problemas de salud mental:

Cambios drásticos en el estado de ánimo: Si el adolescente experimenta cambios extremos en su estado de ánimo, como pasar de la euforia a la tristeza sin razón aparente.

Aislamiento social: Si se retira de amigos y familiares, evita actividades sociales que solía disfrutar o muestra una disminución en la interacción social.

Cambios en el rendimiento académico: Una disminución en el rendimiento escolar, falta de interés en actividades académicas o una disminución repentina en las calificaciones pueden ser señales de problemas de salud mental.

Problemas de sueño: Insomnio o dormir demasiado pueden ser síntomas de problemas emocionales o de salud mental.

Cambios en los hábitos alimenticios: Pérdida o aumento significativo de peso, o cambios en los hábitos alimenticios pueden indicar trastornos alimentarios o problemas emocionales.

Expresión de pensamientos negativos: Si el adolescente habla frecuentemente sobre sentirse atrapado, sin esperanza o abrumado por la vida.

Irritabilidad y cambios en el comportamiento: Explosiones de ira, agresión o cambios repentinos en el comportamiento pueden ser signos de problemas emocionales.

Problemas físicos inexplicables: Dolores de cabeza, dolores estomacales u otros problemas físicos persistentes sin causa médica aparente pueden estar relacionados con el estrés o la ansiedad.

Abuso de sustancias: El uso de drogas o alcohol puede ser un intento de afrontar problemas emocionales.

Pérdida de interés en actividades placenteras: Si el adolescente deja de participar en actividades que solía disfrutar.