El parqué
Jaime Sicilia
Quinta sesión en verde
A primeros de este año, Empantallados.com daba a conocer los resultados de su barómetro sobre el impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en el mundo educativo, un quinto estudio de esta plataforma, realizado, al igual que los anteriores, en colaboración con GAD3, la consultora de investigación social y comunicación.
Basado en una encuesta a una muestra representativa de padres y madres en España con hijos menores de 18 años, a adolescentes entre 14 y 17 años y a profesores de enseñanza no universitaria, sus datos se sintetizaron en 10 claves fundamentales.
El estudio constata un alto interés por la IA de padres, profesores y alumnos. A pesar de ser una tecnología disponible desde hace poco tiempo, ya la han utilizado el 69 % de los padres y madres, el 73 % de los profesores y el 82 % de los alumnos. Y quieren seguir aprendiendo más sobre IA. Así lo dicen el 78 % de los padres, el 82 % de los profesores y el 63 % de los alumnos.
Se trata de un interés transversal. En todos los grupos, el uso de la IA en alguna ocasión se sitúa por encima del 50 %. Es del 60 % entre los padres que no han completado estudios universitarios y del 76 % entre quienes sí lo han hecho.
Más del 70 % de los entrevistados han oído hablar de IA en redes sociales o a través de Google (73 % de padres, 76 % de profesores y 71% de alumnos). Los medios de comunicación han sido la segunda fuente de información para el 74 % de los padres, el 86 % de los profesores y el 54 % de los alumnos.
Este estudio también recoge que la mayoría de entrevistados afirma haberle preguntado algo a un chatbot, específicamente a ChatGPT: 71 % de padres, 86 % de profesores y 91% de alumnos. También más de la mitad ha interactuado alguna vez con asistentes de voz virtuales, como Siri o Alexa: 69 % de padres, 49 % de profesores y 63 % de alumnos. En menor medida han utilizado herramientas de edición y creación de imágenes mediante IA: 39 % de padres, 45 % de profesores y 48 % de alumnos.
La mayor parte de las familias que ha utilizado IA ha recurrido a ChatGPT para buscar información (69 %). Y prácticamente una de cada dos (47 %) para obtener nuevas ideas.
La objetividad y el acierto de esta nueva tecnología no llega al notable, en opinión de los padres. Aunque son los profesores quienes menos confían en este recurso como fuente de información, con un aprobado bajo, rozando el suspenso.
Junto al rol educativo, otra variable sobre la fiabilidad de la IA es la edad. Los adultos son los que menos se fían de ChatGPT como fuente de información (50 % en el caso de los padres y 37 % en el de los profesores). Un resultado que presenta matices: los padres y madres más jóvenes elevan la confianza en este chatbot hasta el 61 %. Por su parte, los menores de edad (56 %) son también conscientes de los problemas de fiabilidad de la IA y de que, a veces, puede proporcionar información errónea.
La mayor parte de familias (83 %) y profesores (90 %) manifiesta preocupación por las políticas de privacidad y el uso de los datos personales por parte de las herramientas de IA. En la misma proporción, señala la necesidad de marcos legales actualizados que den seguridad al tratamiento de la información en estas aplicaciones. En cambio, este tema sólo preocupa a uno de cada dos menores entrevistados (48 %).
Como sucede con el resto de las tecnologías digitales, los menores de edad parecen aceptarla más fácilmente que los adultos. La mayoría considera que sabe más de la IA que sus padres y profesores. Aunque estos manifiestan interés por la IA, se muestran divididos sobre su conveniencia para sus hijos: 43 % lo recomendaría y 57 %, no. Estos datos reflejan actitudes y percepciones distintas respecto a una novedad cuyos límites aún están por descubrir.
Probablemente porque la IA es muy nueva y aún no se conoce bien, no se observa una reflexión amplia sobre la conveniencia de limitar su uso a los menores. A pesar de ello, los adultos consideran que esta tecnología será importante para sus hijos. El 61 % de los padres piensa que tendrá un efecto positivo, el 54 %, en el caso de los profesores.
Los datos anteriores introducen un bloque amplio por el que se interesó el estudio: el impacto de la IA en el proceso educativo. Y exponen un primer patrón sobre el valor de la IA en el ámbito escolar: desconocimiento por parte de las familias que, no obstante, le dan un voto de confianza, y mayor desconfianza por parte de los profesores.
En general, el 57 % de los padres valora de forma positiva el impacto de la IA en la educación que reciben sus hijos. Y el 60 % estaría a favor de incluirla en el currículo académico; prácticamente la misma proporción que los profesores (56 %). Sin embargo, sólo el 39 % de los docentes valora de forma positiva su impacto educativo.
Acerca de qué uso puede ser más beneficioso para los menores, la mayoría de padres y profesores (77 % y 70 %, respectivamente) señala aspectos prácticos de las tareas escolares, como la búsqueda de nueva información y la capacidad de la IA de explicar contenidos trabajados en clase (67 % de padres y 57 % de profesores).
La IA puede ser una herramienta escolar útil, pero presenta retos en aspectos más de fondo, como el desarrollo de competencias clave para los alumnos. Aunque la mayoría de las familias y de los profesores considera que puede ayudar en aspectos prácticos, son más escépticos respecto al desarrollo de la autonomía y la creatividad.
Más allá de la percepción sobre el impacto en el proceso educativo del alumnado, el estudio revela que la IA abre interesantes posibilidades de apoyo a la tarea del profesor en el aula.
El 73 % de los profesores ha utilizado herramientas de IA en alguna ocasión, siendo más común entre los menores de 40 años. Principalmente, para generar nuevas ideas para sus clases (64 %) y para complementar contenidos (50 %). Por etapas, destaca el uso que los profesores de FP hacen de ChatGPT para complementar contenidos: el 71 % lo ha utilizado.
Respecto al impacto de la IA en la actividad del profesorado, la eficiencia y la autonomía son las más competencias más destacadas por los profesores. La creatividad, la que menos.
Los datos del estudio permiten concluir que, con sus distintos matices, familias, profesores y alumnos ven en la IA una herramienta con potencial para el sector educativo, llamada a transformar procesos y formas de educar. Aprender a utilizarla bien y educar en su uso responsable ha de ser, por tanto, una prioridad. Los alumnos se autoevalúan con un conocimiento superior a 5 sobre 10 en el uso de herramientas de IA, incluyendo asistentes virtuales como Siri (7,2), chatbots (6,5) y herramientas de edición y creación de imágenes (5,5).
Estas cifras implican un conocimiento medio-avanzado por parte de los menores. En otras palabras: ya saben bastante de IA. Destaca por tanto la necesidad de formar a las familias y al profesorado en este campo, para que a su vez ellos puedan ofrecer a los alumnos una ayuda educativa clara, acompañándolos en el aprendizaje de la IA y en el uso responsable de esta nueva forma de inteligencia.
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