Jesulín de Ubrique: "Estuve trabajando en un restaurante de Arcos tres días a la semana"
Entrevista
El diestro es uno de los participantes de 'MasterChef Celebrity' y asegura que se preparó a conciencia para no hacer un mal papel en este programa fgallardo
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Jesús Janeiro, Jesulín de Ubrique, es de los que siempre se toman en serio las cosas, aunque a veces los demás no se lo tomen en serio. En MasterChef Celebrity está dejando su sello de ambición y exigencia aunque a veces parezca que le dan igual las cosas. No es así. Jesulín está llamado a llegar lejos en la cocina tal como se intuye en esta conversación en el pasado FesTVal de Vitoria.
-¿Le ha costado mucho participar en MasterChef?
-Si algo me ha costado de MasterChef es que mi hijo cumplió un añito cuando estaba en el programa. Eso me lo perdí, pero todo lo demás ha merecido la pena.
-¿Le gustan los 'realities'?
-No soy una persona de realities. Hice antes El Desafío porque me gustaba el formato, pero yo no me veía haciendo MasterChef porque no soy una persona que le guste la cocina ni me suponía mucho interés. Hay realities en los que no me veo.
-¿Y cómo se animó?
-Me lo comentó Toñi Moreno y todo es cuestión de ponerse. Yo me decía, si he hecho películas de Torrente cómo no voy a hacer MasterChef. Así que mostré el interés para estar. Hice el casting y me mandaron a mi casa. Me llamaron al mes cuando ya lo tenía olvidado.
-¿Todo bien?
-Ha sido una experiencia bonita y yo estaba dispuesto a todo. Pero ha sido aún más duro de lo que se ve. Ha sido una experiencia al límite.
-¿Ha derramado lágrimas?
-Yo no he vertido ni una lágrima. A mí me debe una apuesta el jurado: a cartera abierta, en el mejor restaurante que yo quiera. Les aposté que no me harían llorar en este programa. Y no he llorado ("Y sin embargo yo soy Candy, Candy", agrega Jorge Cadaval al escuchar esta respuesta).
-Se prepararía algo para ponerse ante el juicio de Jordi o de Pepe.
-Todos los demás participantes iban preparados así que yo también. Me he tomado en serio MasterChef. Como los demás. La cocina es difícil y sin prepararte era imposible aguantar en este programa. Entre el casting y grabar el primer programa tenía mes y medio para aprender. Estuve trabajando en el restaurante de un amigo en Arcos de la Frontera durante tres días a la semana, sin horas, como ayudante de cocina. Es verdad que cuando llegas al programa las elaboraciones son diferentes, son otra historia. Conforme la temporada va avanzando la cocina se va complicando. Pero yo me preparé para llegar allí y aguantar.
-¿Cuánto le pagaban en el restaurante de Arcos?
-No sé cuánto me pagaban, pero guardo las nóminas en el móvil. En mi casa empecé a hacer de comer pero no era suficiente. Ahora ya no me muero de hambre, pero yo creo que todos los hemos ido tuvimos que aprender algo antes porque en MasterChef todo son dificultades. Tú vas con la idea de que controlas, pero qué va. Había técnicas que había aprendido pero te pones en el programa y no tenía cojones de hacerlo, no sabía cómo meterle mano a ciertas cosas.
-Y está el reloj...
-Cocinar además con un tiempo limitado es explosivo. Si sabes poco y además tienes que hacerlo a contrarreloj. Y hay otra: haces un plato con toda la ilusión que crees que te ha salido bien y el jurado te lo tira abajo.
-Su peor momento.
-Hay una cosa que me ponía de los nervios y era que tú estabas cocinando tan tranquilo y se te acercaban los jueces con el invitado a distraerte, a reírse, te hacían perder la concentración y a mí me rompían los nervios.
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