Cuenta atrás para Broncano

OPINIÓN

El presentador asumirá el reto de conducir 'La Resistencia' en la televisión pública

El último reportaje del malagueño Juan Antonio Tirado

David Broncano asumirá en las próximas semanas el mayor reto de su carrera profesional.
David Broncano asumirá en las próximas semanas el mayor reto de su carrera profesional. / RTVE
Antonio Sempere

10 de agosto 2024 - 13:55

Ahora es de todos, decían sus incondicionales a boca llena el día que cerró la persiana La Resistencia. Es verdad. David Broncano ha pasado de prestar sus servicios a una plataforma de pago a la televisión pública. Allí ha sido fichado con un único fin: destronar al rey Pablo Motos como líder de audiencia en la complicadísima franja del acceso al prime time, esto es, la que se sitúa entre las 21:30 y las 23:00 horas. Porque resulta que España es diferente. En nuestro país el prime time (las horas de más consumo televisivo, aquella en la que las tarifas publicitarias son más elevadas) se retrasa hasta las once de la noche, que es el momento donde más espectadores se congregan frente a la pantalla.

David Broncano arriba a principios de septiembre a competir contra Pablo Motos, y de paso también se las tendrá que ver con El intermedio en la Sexta, First Dates en Cuatro y Carlos Latre en su nuevo programa de Telecinco. Demasiada batalla para un soldado cuyos mayores cómplices se encuentran en un público de perfil joven que no consume televisión lineal (esto es, televisión que se ve a la hora en que se emite).

Lo más siniestro de toda esta operación es que la segunda edición del Telediario, el que presenta Marta Carazo, verá reducida su duración para facilitar el triunfo de David Broncano. Menuda responsabilidad. Es decir, que los casi cuatro mil trabajadores de la mayor empresa informativa de nuestro país, limitarán su rendimiento para que Su Majestad Broncano sea capaz de subir unos dígitos las cuotas de pantalla, que andan muy castigadas últimamente en La 1. 

Si el asunto no fuera tan serio, sería una buena excusa para echar una carcajada y distender tensiones durante la ola de calor. Temamos la peor conclusión.

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