Las exclusivas de 'El Hormiguero': ¿busca 'La Revuelta' la bronca que necesitaban?
Por supuesto que es difícil digerir que debido a una cláusula firmada por el invitado previsto no puedas contar con él. Le pasó al equipo de La Revuelta con Jorge Martín y en pleno cabreo David Brocano decidió cancelar el programa, contando lo sucedido en sus carnes y añadiendo unas imágenes documentales de la berrea del ciervo. Si había reflejos para poner esos fragmentos de naturaleza (buitres, ciervos, serpientes que estarían previstos desde algún enfado anterior) también se podría haber improvisado otra alternativa interesante para los espectadores de La 1. Había posibilidades cuando La Revuelta no se ofrece en directo, sino que se graba por la tarde. No es profesional buscar invitados por las redes cuando falla el invitado, como sucedió días atrás, ni tampoco es profesional escenificar un cabreo con acusaciones contra la competencia y dejar en blanco el hueco de la parrilla.
Broncano ha querido llevar a otra dimensión su enfrentamiento con Pablo Motos, bajar la pelea al fango (muy triste metáfora en estos tiempos), para que las redes se enciendan aún más contra el programa de Antena 3, al que no se le perdona ningún desliz y al que ahora se tilda de mafioso tras una larga trayectoria con condenas de ser un espacio facha y machirulo, "que blanquea fascistas", dijo la actriz Mónica López, premiada con un reciente Ondas junto a La Revuelta, a las pocas semanas de su estreno. En el fondo late el conflicto político desde el Gobierno, y sus medios afines, contra este espacio crítico de Antena 3, la cadena más vista. Broncano se convierte en imagen de oposición y su existencia con éxitos de audiencia y ruido viral justifica el control de Pedro Sánchez y sus socios sobre RTVE, mediante el reciente decreto-ley. Autocancelarse, como ha hecho Broncano este jueves, es avivar el conflicto, que es lo que necesita Broncano y el nuevo presidente de RTVE, el que le puso ahí, José Pablo López.
La supervivencia veterana de El Hormiguero no es casualidad y puede permitirse, por veteranía y experiencia, una línea de trabajo basada en personajes que acuden mediante acuerdos de primicia. Así funcionan las revistas y los programas del corazón. La exclusividad garantiza lectores, espectadores. Es prestigio y, sí, fastidia a la competencia, dentro de unas reglas de juego. La Revuelta, jugando a ese maniqueísmo que le funciona entre gente impresionable, ha preferido ahora el atajo de la denuncia y la queja, con ese cariz de presentarse como unos chavales que casi trabajan por amor al arte (cuando el presupuesto diario es de 80.000 euros) y vienen unos señores poderosos a quitarles el pan. No es serio, ni profesional, desde un punto de vista adulto.
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