Ha ganado el flamenco: las bulerías de Blanca Paloma nos representarán en Eurovisión 2023
Pasaporte al Reino Unido
La brillante interpretación de la nana 'Eaea' le da el pasaporte a la ilicitana para viajar a Liverpool. Agoney, segundo y Vicco, tercera
Una vieja y un viejo van pa Albacete y al Festival de Eurovisión
El equipo de Blanca Paloma enseña a tocar las palmas por bulerías a toda España
Llama el flamenco a las puertas del Festival de Eurovisión. Otra vez. Con autoridad y con el público entregado. Por bulerías. Ole Jerez. En la voz de una joven de Elche con familia de Lora del Río que le inyectó ese poder hipnótico de la voz con quejío. Vuela ya alto Blanca Paloma. Del Chanelazo al Palomazo.
Y sin eurodramas ni dudas sobre el veredicto Eaea se impuso esta pasada medianoche sin dudas. A distancia del resto, que era muy bueno. El flamenco no estaba en Eurovisión desde 1983 con Remedios Amaya. Y Lola Flores, en La clave, pese a aquel último puesto, ya pronosticó que España debía mandar a Europa un tema “muy español”. Y ahí está.
A compás y por derecho. 169 puntos, primera para el jurado con 94 votos. A partir de ahí ya iba a ser difícil que le quitaran el micrófono de bronce a Blanca Paloma.
Qué gran noche. Noche final de Benidorm Fest, de calibrar cómo había talento, intención e innovación en la música española para presentar una canción con garantías, dentro de una apreciable diversidad, para hacer un papel destacado en el Festival de Eurovisión. Ya se consiguió el primer año, con el SloMo de Chanel, de donde se afianzaron otros nombres como Rigoberta Bandini o Varry Brava. Y se ha confirmado en este segundo (cuando en principio, por tanto nombre poco conocido se desconfiaba del plantel).
Han sido ocho finalistas que hubieran tenido opciones de estar en el festival en cualquier otra ocasión. Pero entre ellos sólo pudo ganar una. Y se va a Liverpool enseñando lo más sentido del folclore español. Marca España con palmas.
Noche de bulerías que resuenan en la luna. Y también demonios que se redimían desde los infiernos. Madres que regalan alas, abuelas orgullosas. Replicantes optimistas. Inviernos de desamor. Una noche entera. Nochentera. Vicco venció para el jurado demoscópico y finalmente fue tercera.
El ‘diablo’ de Agoney fue segundo con 145 puntos. La animada Nochentera, tercera, 129 y cuartos, Megara, con 106. Alice Wonder quedó quinta, 89; Karmento, sexta, 80;José Otero, séptimo, 75; y Fusa Nocta, pese a estar mejor que en la semifinal, última con 71. Mi familia había sido la favorita a priori, pero el escenario de Benidorm lo cambia todo. Y en principio no se atisban los enfados tanxugueiros del pasado año. Estaba claro quién era la favorita.
Desde antes de empezar la gala en La 1 el público, los eurofans, coreaban el nombre de Blanca Paloma. Eaea partía de favorita desde el primer ensayo de semifinales.
¿Había ganas de enviar flamenco a Eurovisión? Ganas y oportunidad. Y más allá del compás una buena remesa de éxitos para este año.
Arrancaba la gala con el tema Eres de Manuel Carrasco de una noche que volvió a convertir Benidorm en epicentro de delirios eurovisivos. También intervino la malagueña Ana Mena y Mónica Naranjo, la presentadora, se desató con el Sobreviviré.
Decíamos talento, innovación y... emoción. Al margen del resultado de la competición, Karmento, José Otero y Alice Wonder se llevaron en volandas al público con sentidas interpretaciones que literalmente crearon magia. De eso se trata la música, en definitiva.
Y de evolución. La de Fusa Nocta que se recuperó de su dificultoso primer pase. Megara dio un espectáculo electrizante con Arcadia y consiguió prender el escenario de Benidorm Fest para que Agoney, uno de los nombres en liza, terminara de arrasarlo. Pero volaba alta Blanca Paloma. Fue una catarsis colectiva acompañada de las palmas del respetable y una ovación final que gritaba ganadora desde todos los rincones del recinto festivalero. El Eaea se siguió jaleando hasta la madrugada.
Flamenco añejo que suena tan actual en todas las aristas de la privilegiada voz de la ilicitana que hacen pensar que puede ser posible, después de tantísimo tiempo, traerse el micrófono de cristal a España haciendo lo que mejor sabemos hacer, emocionar. Una noche de diversidad. Y de variedad musical donde el ritmo de Jerez está llamado a deslumbrar al continente en la muy noble y beatle ciudad de Liverpool.
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