La invisibilidad del programa 'Culturas 2'

Me duele que el programa Culturas 2 sea invisible. Sólo por eso lo denuncio desde este artículo. No se trata de hacer leña del árbol caído sino de todo lo contrario. Valga mi enésima reivindicación de este oasis televisivo como un lamento, como quejío, como una constatación escalofriante.

El 27 de marzo el espacio presentado por Tania Sarrias obtuvo un 0,2% de audiencia, lo que en términos estadísticos nos hace pensar que lo vieron un máximo de 2.000 espectadores en toda España. Para más inri, esa jornada el programa se dedicó de forma monográfica a conmemorar el Día Mundial del Teatro, como correspondía a la fecha marcada en el calendario.

Por supuesto que podríamos analizar si la manera de celebrar el teatro fue la más adecuada, y si el menú, más que discutible, elegido por los responsables de Culturas 2, fue o no suculento. Pero eso sería salirnos por la tangente y no entrar en materia. En este caso hay que cuestionar la mayor, sin entrar en detalles ni en la letra pequeña.

La mayor es que Culturas 2, que flirtea con una audiencia furtiva desde que fue desterrado poco antes de las doce de la mañana de los días laborables, sufrió un eclipse total el 27 de marzo. Y podrá sufrir otros. Un 0,2% es técnicamente hablando un cero, porque la horquilla entre los cero y los dos mil espectadores es inapreciable. Mientras los responsables de la casa y de la cosa alardean de cumplir los objetivos de la televisión pública, y de apoyar incondicionalmente todas las artes, las cifras cantan por soleares. La cultura, una vez más, se convierte en una palabra hueca, vacía y oportunista, que contrasta con la realidad. Esa realidad contundente y obscena. ¿La cultura en televisión? Bien gracias, y el mundo sigue girando.