El Tiempo
El paso de la borrasca Aitor traerá cambios a Cádiz: esta es la previsión del tiempo para el fin de semana

La mayor cara de sorpresa de su vida de Alberto Chicote con su pesadilla peruana

Impacto

'Pesadilla en la cocina' atendió este martes a un local de Majadahonda de raciones abundantes y extraños shows, con un propietario indolente

Las galletas que cambiaron la vida de Alberto Chicote

Alberto Chicote se niega a comer lo que le sirven en 'Pesadilla en la cocina' en su regreso de hoy

Alberto Chicote no sale de su sorpresa al contemplar a los dos espontáneos cabezudos en el restaurante Tradiciones Peruanas
Santi Rojas

26 de septiembre 2024 - 15:01

Tradiciones Peruanas, un restaurante en la localidad madrileña de Majadahonda, fue el local que remozó el equipo de Pesadilla en la cocina en este martes en La Sexta. Alberto Chicote no tuvo que sufrir con el paladar porque la comida está cocinada adecuadamente, con platos como el ceviche, la causa limeña acevichada (el plato de patata, pero con leche de tigre) y la sopa típica, el chupe. Pero todo en cantidades exorbitantes, para varias personas, lo que hacía perder dinero a su propietario, un indolente Jorge que aprendió rápidamente con el paso del programa.

Chicote, y los espectadores, tuvieron que asistir a peleas continuas entre la familia, entre camareras y cocineros, todos parientes, con sorpresa de la abuela, la madre de Jorge, con sus teijdos de lana y alpaca que vende en un rincón del local.

La mala relación del matrimonio que regenta Tradiciones Peruanas, Jorge y Lis, arrastra el ambiente de todo lo demás. Lis trabaja por la mañana en un hospital y a continuación acude al restaurante, una vida estresada mientras su marido, como dueño va a su aire. Lo más preocupante, el préstamo a interés de usura que firmaron y que les asfixia en su trabajo.

El coach de Pesadilla en la cocina, tuvo que ponerse manos a la obra para exigir a los cocineros que limpiaran mejor todos los utensilios con los que trabajan, darle un buen raspado a los quemadores y un mayor cuidado en la conservación de los alimentos.

Entre el desastre de organización con las comandas, típico de los sitios que pasan por Pesadilla, la limpieza y la mala relación entre los integrantes del equipo, al chef no se le podía quedar otra cara de sorpresa cuando en pleno servicio, cuando una comensal celebraba su mayoría de edad, aparecía el dueño y un compañero tipos disfrazados, cabezudos de gomaespuma, a ritmo de reguetón bailando con la clientela, con la música a todo pasto, a modo de Daddy Yankee y Bad Bunny. Fue el momento clave de esta pesadilla en Majadahonda. Chicote no daba crédito.

La sorpresa se repitió al día siguiente, tras un servicio general desastroso. De nuevo Chicote no salía de su asombro.

Tuvo que ponerse serio, pero el anfitrión del programa debió de reconocer que debía aceptar estos aires de fiestas que ya son habiutales en dicho restaurante. "El espectáculo debe continuar", insistía la cuñada de Jorge. Tradiciones Peruanas sigue abierto tras haber aprovechado el auxilio de este formato de La Sexta.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último