Cuando no pudimos comernos las uvas: 35 años del error de Marisa Naranjo

En el paso a 1990 TVE envió a una locutora de continuidad a una habitación ante la Puerta del Sol donde se produjo una de las grandes pifias de la historia de la televisión en nuestro país

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Marisa Naranjo en 2017 cuando dio las preuvas para Neox
Marisa Naranjo en 2017 cuando dio las preuvas para Neox
Francisco Andrés Gallardo - Jefe de sección de Vitally

30 de diciembre 2024 - 12:42

Han pasado 35 años del momento de tomarnos las uvas en serio. En TVE. Tras atragantarse más de media España con las campanadas que daban paso a 1990, la cadena publica tuvo que enviar a parejas que las dieran en directo, con retorno de sonido adecuada. Lo sucedido el 31 de diciembre de 1989 fue un drama nacional y obligó a una solución definitiva de enviar in situ un equipo amplio. La locutora  de continuidad Marisa Naranjo, con voz en off, omitió todas las campanadas porque no oía bien el reloj de la Puerta del Sol creyendo que eran los cuartos. Por aquel entonces los únicos andaluces que en 1989 se tomaron las uvas correctamente ante el televisor fueron los que estaban frente a la joven Canal Sur, en la plaza de las Tendillas cordobesa, con Juan Bustos.

El error de Marisa Naranjo (marcada ya de por vida a esta pifia), forma parte de la historia de la televisión en España. "Éstos son los cuatro cuartos... Notarán que el sonido es totalmente diferente, los cuartos a las campanadas... Aquí comienzan las doce campanadas...". Y sólo hubo silencio entre las tracas que inundaban la Puerta del Sol. La audiencia no avezada aún entre los sones del reloj madrileño siguió al dedillo las instrucciones de la despistada locutora, que apenas oía algo. Naranjo se desquitó en 2011 en las preuvas de Neox.

Pero hace 35 años remató la infortunada faena diciendo: "Han terminado (sic) 1989. Espero y deseo que hayan tomado las uvas sin precipitación y de acuerdo a como hayan sonado". Fue su disculpa cuando comenzó a imaginarse la que se le venía encima. No había redes, pero el rapapolvo en los medios escritos fue general. Las uvas de la ira. Las boquitas de los contribuyentes se desplegaron por las cartas al director y las llamadas a la radio, en una indignación que duró semanas y que hubiera sido fácilmente evitable, tal como insistieron al entonces director general, Luis Solana, si se hubiera enviada a la Puerta del Sol a un equipo para la retransmisión en directo.

Los únicos espectadores que pudieron ver las campanadas sin error fueron los pocos que seguían Antena 3 en Madrid y Barcelona, cadena que emitía en pruebas, y con la conducción de la recordada Mayra Gómez Kemp.

Las meteduras de pata ante el reloj de la Puerta del Sol se fueron sucediendo, pero no en TVE, donde con Martes y Trece en la Nochevieja siguiente desplegó el equipo necesario para ennmedar el error. Al año siguiente se aunaron las campanadas de la televisión con la radio con una voz de RNE, Javier Sardá, cinco años antes de Crónicas marcianas, acompañado de su ficticio señor Casamajó. Para despedir el 92 apareció el difunto Joaquín Prat en solitario; y a continuación otra pareja humorista, Cruz y Raya, que consolidó el modelo en directo. Pero los más expertos al cabo de los años fueron Ramón García (debutó en 1995 y con su capa ha contado las uvas en TVE en 14 ocasiones, más otras 2 en Antena 3) y Anne Igartiburu, que alcanzó 16 campanadas seguidas en La 1, más 2 en la ETB vasca.

Otros errores en el crucial momento de las uvas se vivieron en Antena 3: con Irma Soriano (en 1994, no oía nada en el balcón) o José María Carrascal, que invitó a vivir el año 1963 en lugar de 1993.

en Telecinco, con la espontánea Carmen Sevilla y José María Íñigo. "Feliz 1964, 1964", repetía ella tras haber proclamado, con poca fortuna, "esto es Bosnia", entre los petardazos.

Tras lo de Marisa Naranjo el mayor error de las campanadas se vivió en Canal Sur desde Almería en 2014. La publicidad en el control de continuidad de la cadena autonómica saltó antes de lo previsto, interrumpiendo en dos ocasiones la narración del chef Enrique Sánchez y Ana Ruiz. Se repitió desde la capital almeriense en la siguiente nochevieja con Manolo Casal y Modesto Barragán, los 'carboneros' que pidieron disculpas unos días después a la pifia.

Hasta el error de Marisa Naranjo de hace 35 años el televisivo momento cumbre del 1 de enero se abordaba de manera rácana por parte de TVE, con una unidad móvil y un narrador que no estaba en las condiciones más idóneas para oír el reloj en una plaza a rebosar de gente ruidosa, en el ombligo del mapa de carreteras.

La locutora se quejó de que estaba encerrada en un cuarto, con un pequeño monitor, de los de antes, y donde era imposible entonarse con los cuartos y el carillón. Naranjo, busto parlante (como se las denominaba de forma machista) de continuidad fue reclutada a desgana. Daniel Vindel, otro rostro de la TVE en blanco y negro (Cesta y puntos, Torneo), había sido su antecesor y no gustó aquella intervención del 88 al 89 por su exceso de verborrea, lamentaron los directivos. Entre uno, por su monólogo parlanchín (lo que le pasaba a Carmen Sevilla y lo que le sucedió a Imanol Arias en 2012); y la otra, por no enterarse, TVE cambió el concepto de dar el paso a un nuevo año. Se instalaron las parejas y hasta aquí hemos llegado, con David Broncano y LalaChus, ante los líderes desde hace tres años, Cristina Pedroche y Alberto Chicote.

Todo esto queda ya muy distante a lo sucedido hace 35 años, cuando Naranjo tuvo que guiarse por su desafortunada intuición para orientar a muchos espectadores que ya están versados en carillón, cuartos y campanadas.

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