¿Qué ha pasado con Anita Williams y el gaditano Manu? Montoya se fue
La pareja del utrerano prefirió marcharse con su tentador aunque no tuvo el final esperado
Montoya, España camisa rota, se marcha de la isla "partío como una regañá"
Anita Williams, así es su nueva vida sin Montoya y sin Manuel
Lo de Montoya con Anita Williams no tenía remedio ni solución porque ninguno de los dos estaba por la labor de abrirse con sinceridad al otro y, pelillos y depilaciones a la piscina, dejar todo atrás y tomarse La isla de las tentaciones como un paréntesis estelar. Entraron en bucle y no había forma de desastacar aquello, como casi les reciminó la conductora, Sandra Barneda. Aquello estaba roto, "roto, roto", como jaleaba el utrerano, y en la hoguera final en cuanto aparecía el mínimo rasgo de arrepentimiento y acercamiento, volvía la mula al trigo de la queja de Montoya.
Se acabó. Y Anita fue firme, harta ya de la serenata dominicana, de darle una oportunidad a su tentador, el gaditano Manu, en lugar de a su novio Montoya. Por el camino de las antorchas siguió quejándose canturreando como el borracho de Pedro Navaja diciendo adiós a todo. Anita llegó a acercarse al sendero para una última porfía. Un drama de Tennesse Williams, querernos para ná. De esto van a vivir felices los tres en los próximos meses.
La barcelonesa aguardó al gaditano. En un penúltimo gesto de desgarro, prefirió darse una oportunidad con quien se lo había pasado tan bien en la isla, en lugar del conquistador con quien había llegado a tierras dominicanas. Se agradeció una mijita de serenidad, la verdad, lo decimos en nombre de todos los espectadores.
Pero lo que no esperaba Anita era la templanza de Manu en ese momento. "Me ha dado la patá antes de tiempo". El tentador prefería marcharse del trance final en solitario. "No es un adiós, es un hasta pronto", aclaró Manu sin convencer del todo entre silencios. Williams se rompía por dentro. Es decir, cada uno del trío embarcó por su cuenta de regreso a España. Manu asegura que el va a tirar para Barcelona en cuanto pudiera para seguir conociendo a Anita, con la que ya ha tenido aproximaciones, ejem. La isla de las tentaciones hace honor a su leyenda. Todos los implicados amargados aunque con ganas de quererse un poco más y todos agraviados en las imágenes y en las palabras mutuas.
Anita se ha quedado sola y eso tiene varias interpretaciones. Sus detractores lo celebran como castigo, sus seguidores entienden que ha sido valiente aunque Manu no le corresponda del todo. Los que ven el programa como un documental de Félix Rodríguez de la Fuente, ve que nadie llega a ninguna parte cuando se exponen a tanto. En este espacio de Telecinco no hay mirillas, sino ventanales para curiosear en el morbo de cómo las parejas se rompen. Lo marcharse cada uno por su lado en este caso parecía inevitable.
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