'¡Salta!', Manel Fuentes se precipita al vacío con los concursantes

Antena 3 estrena esta noche ¡Salta!, también con Manel Fuentes, que hasta el sábado pasado estaba en la noche de los sábados con Atrapa un millón. El comunicador barcelonés está grabando en estos momentos la nueva temporada de Tu cara me suena, con Bertín y Ana Guerra.

El nuevo concurso aterriza a las diez dea noche. Es una adaptación del formato neerlandés The Jump. ¡Salta! aúna un desafío físico de vértigo, con caídas virtuales que llamarán la atención de los espectadores, y un juego de preguntas engañosas ante las cuales los concursantes se disputan por un premio de 50.000 euros. Para alcanzar ese dinero deben atravesar un puente suspendido de 40 metros y seguir adelanrte respecto a los rivales.

The Jump es un programa de Talpa Studios que se ha estrenado en Países Bajos y Hungría. La versión española está producida por Buendía Estudios y se grabó en Ámsterdam, donde se desplazó un equipo de más de cien personas desde España. Carlos Recio, subdirector de programas de Entretenimiento de Atresmedia, destacó que en Países Bajos han reconocido que del resto de versiones que se han grabado allí, la mejor es la española.

Los concursantes han de rebasar diez rondas a lo largo del recorrido del puente y deben responder a afirmaciones de cultura general y saltar sobre la opción correcta. Cualquier fallo (y es posible por las dudas que despiertan esos enigmas)lleva al concursante a precipitarse al vacío. En las últimas cuatro preguntas es cuestión de tener fortuna con los conocimientos, pero también intuición y sangre fría. ¡Salta! echa a andar.

“El programa te atrapa no solo por saber si ganan, sino por cada decisión en cada nivel”, adelanta Fuentes. "Hay gente con bagajes culturales muy distintos y todos pueden tener su oportunidad. No siempre el más listo va a ganar, la intuición juega un papel clave", invita el presentador sobre el nuevo formato.

El concursoarranca con un juego rápido que determina quién será el “controlador”, una figura clave que decide el orden de participación de los concursantes. Esta dinámica introduce un elemento táctico: el controlador puede arriesgarse a cruzar el puente él mismo o enviar a sus rivales, con el riesgo de que alguien más le arrebate la victoria si acierta todas las rondas.