La tragedia de la modelo de 17 años Emily Longley y sus consecuencias
Suceso
AMC Crime estrena un documental sobre el suceso que envolvió a esta joven británica asesinada por su pareja en 2011
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Emily Longley era una joven que soñaba con ser modelo. Tenía 17 años, nacida en Inglaterra, cuya familia había emigrado de Nueva Zelanda y ella regresó al Reino Unido para labrarse su futuro. Perdió la vida en circunstancias trágicas que conmocionaron a la opinión pública. Su muerte, acaecida en mayo de 2011, centra un documental que estrena AMC Crime, cadena del grupo AMC en plataformas como Vodafone TV u Orange TV, que se ofrece este sábado a las 16.15.
El asesinato de Longley no solo puso fin a una carrera prometedora, sino que también puso de relieve en su país de procedencia y en Gran Bretaña las devastadoras consecuencias del comportamiento posesivo en las relaciones sentimentales. Se había criado en un cálido entorno familiar y, con llena de buena voluntad, quiso encaminar su futuro al modelaje, comenzando en una agencia neozelandesa, en la localidad donde residía, en Auckland. Volvió a Europa para instalarse en Bournemouth y formarse académicamente mientras se afianzaba en el mundo de la pasarela. En estas circunstancias conoció a quien sería su verdugo, Elliot Turner, joven de 20 años, hijo de un joyero notable.
La relación se inció en diciembre de 2010 y de ser un romance juvenil comenzó a derivar en una relación tóxica y peligrosa. Turner era un tipo de comportamiento agresivo, obseso por el control de su pareja, sin importarle ser observado así por su entorno. Los conocidos de la pareja relataron episodios de violencia verbal y física, con continuas amenazas de él. Pese a todas las alarmas sobre la actitud de Elliot Turner, nadie próximo hizo nada por la joen Emily. El atroz novio había hablado abiertamente de que iba a asesinarla. En circunstancias tan críticas se habrían tomado medidas. La preocupación social reflexionó que una victima así no había recibido ayuda alguna cuando estalló el desenlace.
El 7 de mayo de 2011, Emily Longley fue encontrada sin vida en la cama de la casa de los padres de Elliot Turner en una mansión en Bournemouth. La noche anterior, la pareja había tenido una discusión, con Turner desatado por el alcohol y quien acusaba a su novia de serle infiel. La estranguló en un furibundo ataque.
La reacción del asesino fue encubrir el crimen atestiguando que su pareja había tomado drogas, lo que rechazó de inmediato las investigaciones aunque la adinerada familia se había movilizado para proteger al hijo con falsas pruebas.
Elliot Turner fue acusado de asesinato y sus padres, Leigh y Anita, fueron acusados de obstaculizar a la justicia destruyendo pruebas y encubriendo el crimen. El juicio en el Tribunal de Winchester estuvo en primer plano durante el mes que duró la vista. Finalmente los amigos de la pareja confirmaron el comportamiento violento del hombre. Elliot Turner fue declarado en 2012 culpable de asesinato y sentenciado a cadena perpetua, con un mínimo de 16 años en prisión. Su "arrogancia" y "falta de remordimiento" eran escalofriantes, según subrayó la jueza del casos. También fueron condenados los padres.
La familia de Emily Longley ha bregado durante todos estos años para alertar de los casos de malos tratos en el Reino Unido y en Nueva Zelanda. Señalan como ejemplo que el aviso desde los amigos habría evitado la tragedia y su labor se orienta a mentalizar a la sociedad de la reacción pronta y adecuada, a través de entrevistas y documentales. Organizaciones como Shine, agencia de prevención de la violencia familiar en Nueva Zelanda, han utilizado el caso de Emily para ilustrar los "signos clásicos" de un homicidio en familia, instando a la sociedad a intervenir antes de que sea demasiado tarde, como relata el documental que estrena AMC Crime este sábado 15.
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