Morante elige a Martín Lagares para homenajear al maestro Manzanares
Toros
El busto en bronce del alicantino de joven es obra del artista onubense por encargo del sevillano
Huelva/José María Dolls Abellán (Manzanares padre) cumple precisamente hoy cincuenta años de alternativa. Toda una fecha ilustre para el planeta taurino.
Dentro de apenas dos días, un alicantino, un sevillano y un onubense conformarán una cita con la historia taurina de la localidad mediterránea. Uno, Manzanares, pondrá la historia; otro, Morante, el homenaje y el mecenazgo; a Martín Lagares, este onubense de La Palma, le corresponde perpetuar para siempre la imagen del diestro alicantino en bronce como regalo a la ciudad mediterránea.
Es una bonita historia de arte, porque eso es precisamente lo que los tres protagonistas de este triángulo conmemorativo encierran como propio. Manzanares y Morante en los ruedos: Martín Lagares en la intimidad de ese taller de La Palma donde ha ido gestando la obra que perpetuará a orillas del Mediterráneo la figura del ídolo alicantino.
No es esta la primera obra que el escultor onubense realiza por encargo del torero de la Puebla. Otro diestro por el que sintió amistad y admiración Morante fue el portugués de color Ricardo Chibanga. En el pueblo portugués de Golegã está el busto que Martín Lagares concretó del mozambiqueño por encargo del torero sevillano.
“No soy aficionado, no tengo tradición taurina y excepto esta relación profesional y de amistad con José Antonio Morante no tengo más en mi vida. Pero el mundo de la tauromaquia es de una plasticidad atrayente sobre todo en ese concepto de fuerza e impresión que quiero darle a mi obra”.
Una obra en la que el artista palmerino ha recreado la figura de un Manzanares joven por expreso deseo de Morante del que Lagares subraya “el buen gusto estético que posee. es interesante en esa aportación más en el plano artístico lo cierto es que me he sentido muy cómodo y con libertad para expresar mi trabajo del que desde luego estoy contento con el resultado final”, comenta el artista.
En apenas un mes y medio el proyecto pasó de ser barro a perpetuarse en bronce dejando entrever con milimétrica filigrana la chaquetilla de luces y a un Manzanares plenamente reconocible en una estampa ciertamente bella y benlliuresca con la que el escultor valenciano dotaba a sus obras y muy especialmente a las relacionadas con la tauromaquia, un mundo “al que hay que acercarse siempre con mucho respeto para aprovechar ese potencial de fuerza y expresión que tiene para cualquier manifestación artística”.
La relación taurina de Manzanares con Huelva
Distintas y dispares fueron las tardes y actuaciones que José María Manzanares repartió en las quince actuaciones que entre la Monumental y el reconstruido coso de La Merced concretó en Huelva. De ellas puede deducirse que Manzanares fue un torero que triunfó y dejo grata tarjeta de visita entre la afición de esta tierra. Más si al alicantino lo ata la historia de forma más rotunda a la Huelva taurina es por esa efeméride que un día 2 de agosto de 1986 protagoniza como padrino en la alternativa de un torero que por aquel entonces comenzaba a ilusionar a la Huelva taurina: Emilio Silvera. El maestro de Alicante y un poderoso Paco Ojeda como testigo protagonizan junto a él una de las fechas más señaladas entre la afición onubense.
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