Llega la hora de Juan Sebastián Elcano

Diario de una gran hazaña | Capítulo 58 (7 de septiembre de 1521)

La flota de las especias cambia de mando y confía el éxito de la misión a un triunvirato con Martín Méndez, Espinosa y un marino de Guetaria que ha demostrando su valía como navegante

La expedición sigue en tierra porque la reparación de las naos se está complicando

La escasez de materiales está complicando la reparación de los desperfectos surgidos en la ‘Trinidad’ y en la ‘Victoria’ (en la foto).
La escasez de materiales está complicando la reparación de los desperfectos surgidos en la ‘Trinidad’ y en la ‘Victoria’ (en la foto). / Juan Carlos Muñoz

La flota de las especias cambia de mando. La etapa de Joao Lopes Carvalho como capitán general ya forma parte del pasado, algo que por otra parte no ha extrañado a nadie a la vista de los desvaríos que venía protagonizando desde que asumiera el control de la expedición tras la huida precipitada y obligada de Cebú el pasado 1 de mayo. En estos cuatro meses, Carvalho no sólo ha llevado a la Trinidad y a la Victoria por una ruta errática por el mar de Joló, sino que además se empecinó en rendir visita a Brunéi cuando nadie le había invitado, una estancia que para colmo terminó deparando la pérdida de varios efectivos de la flota española. Y, por si fuera poco, no son pocos los marineros que le han acusado incluso de cometer "actos propios de piratería" a lo largo de este verano de 1521 en el que ha tenido el control de la flota.

El cambio, por tanto, estaba cantado y se ha producido ahora, aprovechando el parón obligado en Bataraza, donde continúan los trabajos de reparación de las dos naves supervivientes.

Y tras analizar las diferentes alternativas que se planteaban, se ha decidido que en esta nueva etapa que se abre las decisiones las adopte un triunvirato conformado por el escribano Martín Méndez, que seguirá al cargo de la tesorería de la expedición, Gonzalo Gómez de Espinosa, que deja el mando de la Victoria para tomar las riendas de la Trinidad, y Juan Sebastián Elcano, que por primera vez será el comandante de una nave, en este caso la Victoria.

La trayectoria de este marino nacido en la localidad vasca de Guetaria es digna de alabar pues cuando la flota zarpó de Sanlúcar hace ahora casi dos años él era nada más que el maestre de la nao Concepción. Con el tiempo ha ido subiendo posiciones debido a la pérdida de muchos miembros de la oficialidad pero también por sus amplios conocimientos para la navegación, algo que ha demostrado ya en varias ocasiones y que le ha valido el respeto del resto de la expedición.

En estos dos años Elcano apenas ha sido protagonista en un par de acontecimientos. El primero fue en el motín que se inició en la Semana Santa de 1520 en la Patagonia. Elcano participó en esa revuelta contra Magallanes, fue detenido pero luego quedaría absuelto junto a otros 40 hombres tras asegurar en el juicio que actuó en todo momento cumpliendo las órdenes dictadas por su mando superior, como era su obligación.

Y posteriormente también asumió un papel protagonista cuando, junto a Espinosa y otros cinco hombres, fue secuestrado en Brunéi por el rajá Siripada. Aquello fue el origen de un enfrentamiento con el ejército local que desembocó en la huida precipitada por parte de los españoles de este exótico enclave.

El nuevo triunvirato que ya ha asumido el mando tiene las ideas muy claras: ahora hay que poner rumbo a las Molucas, sin más rodeos, cargar las dos naves con todas las especias que quepan e iniciar cuanto antes el camino de regreso a España. Se acabó eso de evangelizar cada poblado que se vea e ir visitando ciudades porque sí. Sólo atracarán allí donde sea necesario por motivos de manutención y/o reparaciones.

En esta última fase, la de reparaciones, es en la que se encuentra ahora la flota, que tuvo que tocar tierra hace ya algunas semanas para solucionar los daños ocasionados en el casco de la Trinidad tras chocar con una roca sumergida. Estos trabajos se están alargando por la falta del material necesario para hacer estas reformas y también por lo complicado que resulta hacerse con la madera de los árboles en los bosques cercanos. Además, se ha aprovechado este parón obligatorio para realizar igualmente unas cuantas mejoras en la Victoria.

Cuando las dos naos estén a punto, posiblemente antes de que acabe este mes, la flota reanudará la búsqueda de la Especiería.

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