La flota de las especias ya echa de menos a Magallanes
Diario de una gran hazaña | Capítulo 53 (25 de junio de 1521)
Las dos naos de la expedición a las Molucas logran aprovisionarse en la isla de Palawan, donde la capacidad de mando de Carvalho queda cada vez más en entredicho
El nuevo capitán general aplaza llegar a la Especiería y prefiere poner rumbo a Brunéi es busca de oro y joyas
Con una fiesta a bordo de la Trinidad y otra a bordo de la Victoria. Así acogieron los españoles de la expedición a las Molucas el descubrimiento de Palawan, una isla paradisiaca ubicada en el mar de Joló y que desde hace unos días se ha convertido ya en la mejor despensa que pudiera imaginarse la flota.
La llegada a Palawan se ha producido en un momento clave, porque no eran pocos los expedicionarios que temían que el mar por el que navegaban se convirtiera en otro Océano Pacífico y que el hambre que venían soportando desde hace algunas semanas se fuera multiplicando con el paso de los días. Pero cuando la desesperación estaba generalizándose se toparon de repente con esta isla de la que tanto le habían hablado a los españoles primero en Mindanao y luego en Cagayan. Fue en esta última isla, de pequeñas dimensiones, ubicada en medio del Mar de Joló y llena de presidiarios y deportados procedentes de la cercana Borneo, donde le dieron las indicaciones precisas a los españoles para llegar a Palawan, con rumbo noroeste. Y hace pocas fechas llegaron a este nuevo destino.
Palawan se ha mostrado como una isla muy acogedora, con muy buen clima, una población nativa bastante cercana y, lo que más necesitaba esta expedición a las Molucas, con mucha comida, en especial unas cantidades grandísimas de arroz y también una pesca que ha sorprendido a todos por su abundancia.
Los 115 hombres que aún forman parte de esta expedición a las Molucas, y entre los que se encuentran aún varios heridos por la batalla de Mactán y la emboscada de Cebú de hace casi dos meses, han iniciado una serie de relaciones comerciales con la población nativa de Palawan, recabando víveres muy diversos y algunas piezas de oro a cambio de regalarles peines, espejos, anzuelos y otros productos que hasta ahora les eran desconocidos a estos indígenas.
Pero, aunque ha sido satisfactoria, la estancia en Palawan ha dejado cierto mal ambiente en la expedición española. Y es que la figura de Joao Lopes Carvalho, capitán general de la flota desde la desaparición de Magallanes, Duarte Barbosa y Juan Rodríguez Serrano, está cada vez más en entredicho.
En Palawan ha habido muchos detalles de Carvalho que no han gustado al resto de la expedición. Por un lado prohibió expresamente a los miembros de la flota mantener relaciones sexuales con las nativas de la isla, aunque hay quienes aseguran que él sí las ha tenido con varias de las hijas del jefe indígena. Y también ha exigido Carvalho que parte de las piezas de oro que han adquirido los marineros españoles les sean dadas a él con la excusa de convertirla en una donación para el rey de España una vez que vuelvan a casa.
Gestos como éstos han hecho que una parte importante de la expedición empiece a echar de menos a Magallanes, al que consideran un militar de más rectitud que Carvalho, además de que parecía tener más claro el rumbo para llegar a las Molucas.
Esta clarividencia no la tiene Lopes Carvalho, que piensa que la llegada a la Especiería aún puede esperar unas semanas. Antes quiere hacer escala en Brunéi, posiblemente en busca de más oro y joyas. Y la partida será en las próximas horas.
En la expedición española hay quien piensa ya en Gonzalo Gómez de Espinosa, el segundo de la flota y capitán de la Victoria, como la mejor alternativa para relevar a Carvalho, si es que la situación se complica mucho más.
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