Comer en el Carnaval de Cádiz: el peligro de consumir alimentos sin licencia a pie de calle

El carácter callejero de la fiesta invita a improvisar y tomar algo sobre la marcha

Dónde comer gratis este Carnaval de Cádiz 2023

Un negocio sin ley

Un hombre abriendo ostiones en la calle de La Palma durante unos carnavales
Un hombre abriendo ostiones en la calle de La Palma durante unos carnavales / Germán Mesa
R.D.

21 de febrero 2023 - 14:31

Una de las fuerzas del Carnaval de Cádiz, de lo que más enamora, es que se improvisa. Salir a escuchar chirigotas ilegales es sinónimo de perderse por las calles y dejar el reloj a un lado. Eso de olvidarse de que el tiempo existe lleva a que cuando ruge el estómago, prácticamente se consuma lo primero que aparece por la vista.

Aquí es cuando viene el peligro. En el centro de Cádiz, en horas de máxima afluencia, a cada paso que se da surge un establecimiento que ofrece bebida y bocadillo. Las opciones se amplían cuando en las esquinas aparecen los clásicos vendedores ambulante de erizos, ostiones e incluso de carnes a la plancha, hechas al momento.

Aquí es cuando llega el problema. Muchos de estos alimentos son vendidos más allá de los controles sanitarios. La cuestión es que se trata de productos delicados cuya comercialización no puede tomarse a la ligera. Muchos turistas acaban cayendo en la tentación de tener una experiencia gastronómica de postal, ignorantes de que están jugándose acabar afectados por un virus estomacal.

Consejos para evitar sustos gastrointestinales en Carnaval

Nada más que en el primer fin de semana de Carnaval, el Ayuntamiento de Cádiz ha incautado 300 kilos de ostiones, erizos, camarones y mojama que se estaban vendiendo sin licencia. Las autoridades intervienen en estos casos al tratarse de personas intentando vender unos productos sin la licencia oportuna de venta y, además, comercializar artículos sin cumplir las condiciones higiénico-sanitarias.

Normalmente, estos vendedores improvisan con una silla de playa y una mesa de plástico donde ponen erizos, ostiones y todo tipo de alimentos. El atractivo de probar un producto del mar tan singular hace que muchos turistas se envalentonen y no duden un segundo en llevarse este marisco en un plato de plástico.

Un producto tan delicado como el marisco debe estar permanentemente refrigerado. Esta condición no se cumple en el caso de los artículos comercializados en la calle. El consumo a pie de calle de productos como ostiones pueden causar importantes dolencias gastrointestinales y así arruinar el día de Carnaval. Esto es también aplicable a la venta de cárnicos. Muchos vendedores ambulantes intentan vender carnes a la brasa, hechas con una cocina improvisada en mitad de la calle, vulnerando buena parte de la normativa sanitaria. En este caso, el agravante es hacer fuegos y encender planchas en espacios atestados de gente.

Por tanto, las autoridades sanitarias recomiendan no ingerir alimentos comercializados sin licencia en mitad de la calle para evitar problemas de salud.

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