España se enfrenta al riesgo de quedarse sin whisky, ron y ginebra por la crisis del transporte

Desde Espirituosos España descartan que este fenómeno esté conectado con un incremento del consumo de alcohol por la relajación de las limitaciones tras la pandemia

La ginebra es la bebida espirituosa preferida por los españoles
La ginebra es la bebida espirituosa preferida por los españoles
R. D.

26 de octubre 2021 - 08:40

Las consecuencias del colapso en el transporte internacional y el brexit que estos días atrás se conocieron en Reino Unido, con colas en las gasolineras por ejemplo para poder rellenar el depósito de los vehículos, puede empezar a tener consecuencias ya en España.

Fabricantes de bebidas espirituosas -con más de 15 grados de alcohol- ya afrontan "graves" problemas en España para abastecer a sus clientes de algunas de sus referencias debido al colapso del sistema de transporte internacional, lo que también pone en riesgo las exportaciones del sector.

Así lo advierte en una entrevista con Efe el director ejecutivo de la patronal Espirituosos de España (FEBE), Bosco Torremocha, quien descarta tajantemente que este fenómeno esté conectado con un incremento del consumo de alcohol por la relajación de las limitaciones tras la pandemia.

"Nosotros no prevemos recuperar los niveles de ventas de 2019 hasta finales del año que viene o principios de 2023", incide Torremocha, quien niega que estas roturas de "stock" que algunas empresas del sector están sufriendo tengan algo que ver con la reciente reapertura del ocio nocturno.

"La lectura de que hay un aumento brutal del consumo es falsa. No se está produciendo, lo que hay es un desabastecimiento de los mercados y que afecta a determinadas categorías y a determinadas marcas, porque esta crisis del comercio internacional no toca por igual al 100 % del sector", detalla.

Los datos de los que dispone la patronal apuntan a un cierre de 2021 mejor que el de 2020 -cuando sus ingresos cayeron en torno a un 30 %-, pero todavía entre un 12 y un 15 % por debajo de sus cifras de facturación de 2019; el pasado año, se consumieron 141 millones de litros, cuando lo habitual era superar los 200.

El director de FEBE considera inadecuada cualquier comparación con 2020, un ejercicio en el que la hostelería cerró sus puertas durante meses, en el que el ocio nocturno prácticamente desapareció y en el que el turismo se vio profundamente dañado.

Además, alerta de que si la situación se prolonga, algunas compañías incluso verán comprometida su supervivencia: "Una rotura de 'stock' es un drama para una empresa, aunque si dura dos semanas es menos trágico que si son tres meses. Pero si se alarga y no puedes atender pedidos, no tienes facturación y por tanto no tienes liquidez...".

Preguntado por sus estimaciones de cara a Navidad, declina hacer cualquier tipo de previsión: "No puedo pensar en la campaña de cara a fin de año, como representante del sector estoy centrado ahora mismo en el día de mañana, en cómo resolver esta crisis cuanto antes", insiste.

El problema también afecta a las exportaciones de los fabricantes españoles de espirituosos, que venden al exterior en torno al 40 % de su producción.

Atasco en aduanas, Brexit y subida de las materias primas

Torremocha habla de un "cóctel" en el que se entremezclan los costes del transporte marítimo (los llamados fletes, que se han disparado), el encarecimiento de las materias primas (no sólo ingredientes, también vidrio, cartón o corcho) y el atasco en Aduanas (en parte por el Brexit) como causantes de esta crisis, de carácter global.

"La cuestión no es sólo el incremento de los costes, sino que aun pagando no tienes la certeza de cuándo te lo van a servir", recalca.

En este sentido, recuerda que la subida de los precios de la energía también penaliza a los fabricantes, ya que en el proceso de destilación utilizan sobre todo gas natural.

Torremocha recuerda que la situación de muchas empresas -en España hay cerca de 3.800 centros de producción de espirituosos- ya era delicada por el impacto de la pandemia en sus cuentas, pero también por los efectos colaterales que dejó la crisis financiera de 2008.

"El consumo bajó mucho durante aquella crisis e intentábamos todavía recuperarnos. En el lustro que va de 2014 al 2019 estábamos en ello, pero sin llegar a los niveles de ventas anteriores, posiblemente por un cambio de hábitos del consumidor", apunta.

Un sector del ocio nocturno "especialmente castigado" y el envejecimiento de la población son dos de los factores citados por el director de FEBE, quien reclama más atención a las administraciones: "Igual que se está intentando abordar la crisis energética, pedimos que atienda a los serios problemas que tenemos en materia de comercio internacional y Aduanas".

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