Pánico y ansiedad en el Cercanías a la vuelta del Cádiz - Betis: "Podría haber pasado una desgracia"

Transporte público

En el tren de las 21.20 dirección Jerez se vivieron momentos de verdadera tensión por hacinamiento y averías en las vías

Los usuarios cargan contra Renfe por las "condiciones infrahumanas" y tratarlos como "animales"

Renfe convoca una huelga que afectará a los trenes de Cádiz

Pánico y ansiedad en el Cercanías a la vuelta del Cádiz - Betis: "Podría haber pasado una desgracia" / M.G.S.
Manuel Galvín Serrano

20 de octubre 2022 - 12:44

Pocos imaginaban que tras una feliz jornada de fútbol entre Cádiz y Betis, volver a casa iba a ser toda una odisea, casi un ejercicio de supervivencia. Antes que el Cercanías Renfe entrara en el andén a las 21.20 para llevar a cientos de aficionados a sus respectivas localidades, ya se podía intuir que no iba a ser fácil ese trayecto. La parada estaba hasta arriba de personas, sobrevolaba la sospecha de que un tren estándar de cinco vagones no iba a ser suficiente.

Así fue. Muchos aficionados se quedaron mirando estupefactos cómo perdían la oportunidad de regresar a su hogar ante la cantidad de gente que se agolpaba en los vagones. Los más esperanzados empujaban, al estilo metro de Tokyo, a los de adentro para ganarse una minúscula porción de suelo donde apoyar los pies. Los que quedaron en tierra, no sabían aún que quedarse esperando una hora más iba a ser mejor solución.

Una vez dentro, entre risas, la gente bromeaba sobre qué difícil iba a ser el paso del revisor. Otros cantaban para combatir esa sensación nerviosa que sube por el estómago cuando hay verdadera incomodidad. Mejor cantar para olvidar. El tren aún estaba en el tramo entre el Estadio y Cortadura. "Si para en la próxima no sé quién va a subir, esto es imposible", rumiaba un aficionado del Cádiz, con sudores en la frente.

Más de 30 minutos para llegar a San Fernando Bahía Sur

Lo peor estaba por llegar. La verdadera odisea comenzó cuando el tren partió hacia Bahía Sur. Después de pasar el Ventorrillo de El Chato, la velocidad del vehículo aminoró. El calor ya era insoportable, los cristales se empañaban, apenas se vislumbraba el exterior. El tren frenó, ahí las cientos de personas hacinadas mostraron los primeros signos de nerviosismo. El escenario se estaba preparando para una avería incómoda e inoportuna.

El Cercanías quedó parado poco antes de Río Arillo más de diez minutos. De ahí hasta Bahía Sur intercaló paradas con avances a una velocidad mínima. Quizá un corredor experimentado podría haber superado sin problemas los vagones. Todo ello sin ventilación. Con gente que se mostraba cada vez más ansiosa, sudorosa y con cierto pánico ante la imposibilidad de moverse ni de hacer nada.

Algunos solicitaban irracionalmente que se abrieran las puertas, pese a estar en mitad de la nada, fruto del desconcierto que se vivía dentro. Otros que se pusiera el aire acondicionado. Algunas gotas caían de las barras de agarre y de los cristales, consecuencia de la condensación ante tantas personas. "Esto es inhumano", "Grábame, si me da un ataque de ansiedad, súbelo a Twitter", "No puedo más", eran algunas de las frases que se escuchaban.

Poco antes de llegar a Bahía Sur por fin Renfe comunicó por qué tanto parón y ese ritmo lento. La estación tenía problemas con las señalizaciones, dijeron por megafonía. Las protestas se sucedieron. Más enfado, menos calma. Pero ya quedaba poco.

El Cercanías llegó a Bahía Sur a las 21.55, cuando debió hacerlo a las 21.29. En total, 32 minutos de verdadero agobio,que hizo que muchas personas estuvieran cerca de sufrir desmayos e incluso algo más. Por suerte, no hubo heridos ni un incidente mayor fruto del estrés, como cargas o peleas entre pasajeros. Una vez que se llegó a Bahía Sur, la situación se normalizó, pues muchas personas salieron de los vagones.

Los testimonios en redes: "Podría haber pasado una desgracia"

Denunciar una situación insostenible ahora es fácil y rápido por redes sociales. Por eso, los usuarios del Cercanías se afanaban en fotografiar y grabar las "condiciones infrahumanas" en las que viajaban para que quedara constancia. En algunos instantes, se temía lo peor. Las caras de ciertos pasajeros indicaban que no se encontraban en el mejor estado. Y todo en un contexto donde la actuación de asistencias sanitarias habría sido difícil.

Tras lo vivido ayer, muchos aficionados solicitan que se mejoren las conexiones ferroviarias con la Bahía de Cádiz cuando haya un evento masivo como el de ayer. Estos se amparaban en que los horarios de los partidos se conocen con tiempo. Visto lo visto ayer, estaría justificado que se usen trenes dobles o se aumenten frecuencias para encuentros del Cádiz.

En redes sociales, hoy se pueden encontrar testimonios que reflejan fielmente lo difícil que fue la vuelta para muchos.

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