Simulacro de tsunami de 8,5 grados en Chipiona: las consecuencias de una catástrofe de esa magnitud
Así se comportaría la llegada de este fenómeno a la costa y así hay que actuar
Chipiona prepara un simulacro de tsunami
¿Por qué no debemos temer a los tsunamis?
Chipiona ha vivido este lunes un simulacro de tsunami de 8,5 grados de intensidad, a modo de ejercicio de comunicación y respuesta ante un fenómeno de tal intensidad. Pero si el litoral gaditano fuera azotado con la fuerza de aquellas olas que la inundaron en aquel maremoto de 1755, ¿qué ocurriría? ¿cómo serían las olas? ¿Sabemos cómo poner a salvo nuestras vidas?
Decía en un artículo en este periódico José Antonio Aparicio, presidente del Instituto Español para la Reducción de los Desastres y uno de los mayores expertos en la materia, que "cuando hablamos de tsunamis, hay quienes inmediatamente se imaginan olas de 18 o 30 metros de altura delante de la puerta de su casa: pura ficción que una vez asentada en el imaginario colectivo es prácticamente imposible desterrar. Nuestros temporales y tsunamis no son sirenas devoradoras de hombres, como lo hubiera descrito la fabulación homérica. Se parecen más a las riadas que observamos en zonas del interior, con algún exponente dantesco".
El mar sólo golpea y se eleva en altura en el preciso instante en que encuentra un elemento fijo que intercepta repentinamente su viaje, ya sea un talud continental, una berma de playa, un arrecife natural, un acantilado rocoso o un espigón, decía.
Es decir, primero tiene que cubrir toda la superficie y la superficie de las costas andaluzas y mediterráneas es inmensa. Lo normal es "rodear las casas, se aceleran en calles estrechas, acude antes a los lugares más bajos, arrastra lo que no está anclado en la tierra y en la práctica se comporta como una inundación relámpago en una rambla, eso sí, de agua salada", añadía en el interesante artículo.
La idea de la retirada del mar como se vio en el tsunami de Tailandia en 2004 que inspiró la película 'Lo imposible' no ocurre en el cien por cien de los casos. Lo que suele llegar primero es la cresta de la ola y más tarde una subida del mar mucho más rápida de lo normal, imparable, dicen los expertos.
Los periodos de oleaje también pueden variar y no son siempre comparables, pudiendo ser de entre 20 o 25 minutos a una hora. En Cádiz en 1755 hubo seis golpes de mar antes del maremoto, pero esto mismo podría no pasar de nuevo.
Lo normal ante un fenómeno de estas características es que las ciudades se quedaran sin luz y con el suministro de agua afectado.
Con todo, las consecuencias económicas que provocarían una inundación de tal virulencia no se pueden cuantificar, pues depende de muchos factores, aunque serían bastante cuantiosas sin lugar a dudas.
Lo que sí que está claro que los daños personales pueden evitarse si se atiende a todas las campañas, consejos y protocolos lanzados. Decía José Antonio Aparicio en esta misma información que en cualquier catástrofe, "la gente no muere por la gravedad del fenómeno sino por la falta de información, por no saber cómo se comporta la naturaleza, por actuar como no se debe, por no actuar cuando se debe, por negar la existencia de estos riesgos o por menospreciar su capacidad destructiva".
Si esto ocurriera dispondríamos de unos 60 minutos para refugiarnos, pero entre el tiempo de la alarma y la comprobación real, pueden quedar finalmente libres unos 30 minutos libres. Estos son los pasos a seguir
Tiempo real de evacuación: 30 minutos
En junio de 2021 se presentó en Cádiz el Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos en Cádiz,Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos en Cádiz, cuyo fin es avisar en el menor tiempo posible a la población para evacuar antes de que el tsunami llegue a tierra. Porque desde que se produce hasta que impacta en el litoral pasa aproximadamente una hora. Si bien, se tarda diez minutos en detectarlo y otros siete minutos en calcular dónde impactará y lo que inundará, a lo que hay que restar unos 13 minutos para avisar a las autoridades, con lo que solo queda media hora para evacuar y ponermos a salvo.
Qué hacer: evacuación vertical
En cuanto la alerta por maremoto nos llegue lo primero que hay que hacer es lo que se denomina una evacuación vertical. En términos generales, con subir a un tercer piso es suficiente, salvo si la edificación está por debajo de este nivel, con lo que hay que subir al menos 4 pisos.
Es importante que cada ciudadano tenga claro su plan de autoprotección, que debe empezar primero en su domicilio, en segundo lugar en el sitio donde estudian los hijos, tercero en su lugar de trabajo y cuarto en los lugares de ocio. De este modo, cada familia debe tener acordado un punto de reunión ante una situación crítica como un posible maremoto, por si fallan los medios de comunicación, que fallarán. También se recomienda tener una mochila de emergencia para toda la familia, con una radio de las antiguas, una linterna para poder alumbrar y señalizar, pilas de repuesto precintadas y un pequeño botiquín.
La responsabilidad de los centros escolares
La alerta por tsunami puede darse a cualquier hora del día y de ahí la importancia y responsabilidad que tienen todos los colegios y centros escolares gaditanos en la elaboración de su propio plan, más aún, cuando los expertos llevan años alertando y desde Protección Civil se ofrecen campañas informativas sobre la autoprotección en los propios centros.
Una iniciativa que también pueden afrontar las instituciones públicas, empresas privadas y en los propios hogares.
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