Ventilador o aire acondicionado: ¿qué elegir cuando llega el calor?
El tiempo
Cuando llega el verano y con él el calor, la mejor manera para refrigerar nuestra vivienda se convierte en tema de conversación en todas las casas. ¿Usamos el aire acondicionado o mejor un ventilador?
La OCU analiza estos dos sistemas para saber cuál se adapta mejor a nuestra situación. El análisis parte de dos parámetros que fijar: por un lado el tiempo y las horas que lo tendremos encendido y la potencia del aparato. La organización estima en unas 200 horas al mes el uso que podría tener el aire acondicionado y 340 horas en el caso del ventilador. En relación a la potencia, se centran aparatos para estancias de unos 20 metros cuadrados y que sería un ventilador de techo de 132 cm de diámetro y un equipo de aire acondicionado tipo split de 2,5 kW de potencia térmica.
Ventilador de techo
Se trata de aparatos sencillos de instalar compuestos de un motor y aspas de diferente tamaños que variarán en función de las dimensiones de la habitación. Algunos modelos incorporan además una luz para iluminar la estancia. El ruido de funcionamiento suele rondar los 45 decibelios y además suelen ser muy adecuados para habitaciones grandes ya que generan un flujo de aire uniforme. El principal inconveniente es que no refrigeran la habitación en sí y en los días de mucho calor apenas suele notarse la sensación de fresco y hay que estar situado muy cerca para poner sentir algo de mejoría.
A su favor, el precio aunque como en todo lo más económico a la larga será el más eficiente que generalmente en tienda suele costar más. Por ejemplo, según la OCU, un modelo de 8,5 kWh suele reflejarse en unos 2,5 euros en la factura de la luz mientras que uno de 34 kHw generaría un coste de 10,2 euros.
El abanico de precios amplio además, sin tener un precio excesivo los más caros. El estudio de la OCU refleja precios que van desde los 40 a los 270 euros.
Aire acondicionado
Es una opción más cara aunque sus efectos sí se notan más que los ventiladores porque realmente pueden enfriar estancias. Además, la mayoría de los sistemas cuenta con tecnología inverter en la que el compresor no se apaga nunca y tiene la capacidad de ajustar la velocidad a niveles más eficientes en función de la temperatura que haya en la habitación. Según los fabricantes, este opción podría reducir hasta un 30% el ahorro energético.
Entre los 'contras' está que es un sistema más complejo de instalar que requiere de la presencia de un montador especializado.
Como ocurre con los ventiladores de techo, hay multitud de precios: desde los 330 a 1.650 euros según el análisis de la OCU, pero hay que tener en cuenta que igualmente, los que verdaderamente suponen un ahorro a largo plazo son los más eficientes.
Según el análisis de consumidores, un modelo muy eficiente de 83 kWh supondría un gasto en la factura de 25 euros mientras que uno menos eficiente, de 178 kWh, significaría 53,57 euros más.
Lo más económico y sostenible, la refrigeración natural
Los sistemas tradicionales son los más económicos cuando aprieta el calor.
- Aprovecha la ventilación natural cuando el aire de la calle es inferior al de la casa y crea corrientes de aire si tienes ventanas en distintas fachadas del edificio.
- Intenta impedir en lo posible la entrada de aire caliente, echando persianas y toldos y cerrando las ventanas durante las horas de más calor.
- Trata de disminuir las fuentes de calor, no usando la plancha o el horno por ejemplo, apagando el ordenador y las bombillas que funcionen con resistencias, que dan más calor que las tipo LED.
- Adapta la casa al calor quitando alfombras y usando tejidos más frescos como el algodón o el lino.
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