Consejos para hacer un buen cambio de armario en Cádiz

Por mucho que sea una tarea que se posponga, es necesario empezar a guardar la ropa de verano para sacar la de invierno

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Cambio de armario: Cómo guardar la ropa de invierno de forma segura en cinco espacios diferentes.
Cambio de armario: Cómo guardar la ropa de invierno de forma segura en cinco espacios diferentes. / M. G.

Aunque llevaba ya unos días advirtiendo, lo cierto es que parece que el frío ha llegado de golpe a Cádiz por lo que estos días serán de cambios de armarios, si es que acaso no los has hecho ya. La llegada de las temperaturas más bajas (a la altura del año que estamos ya es poco probable que vuelva a venir el calor) nos obliga a cambiar la ropa de verano por la de invierno en casa para hacer frente a las temperaturas más bajas, especialmente a primera y última hora del día.

El cambio de ropa es una tarea que se suele atragantar en algunas casas por lo que vamos a hacer un recorrido por algunos consejos para evitar que el trabajo se extienda mucho más allá de la cuenta.

  1. Reserva un tiempo para hacer el cambio de ropa en el armario: si lo haces así y dedicas un día a guardar la ropa de verano y sacar la de invierno lograrás no tener la casa 'empantanada' de ropa durante mucho tiempo. Si eres de las que vuelves a lavar toda la ropa antes de guardarla, incluso la que está limpia, tendrás que organizarte con algo más de tiempo porque previamente habrás tenido que lavar, dejar secar bien y planchar todo. Asegúrate de que tiene las bolsitas de antipolillas o los ambientadores a mano, que tienes suficientes cajas para guardar la ropa y que tienes los productos de limpieza específicos para tu armario.
  2. Una vez que has fijado el día, trata de no tener distracciones al lado. Uno de los principales consejos es vaciar todo el armario para así poder limpiarlo mejor en profundidad aunque en esto, también dependen los gustos: algunos prefieren hacerlo por segmentos, cambiar primero la ropa colgada, luego la doblada, luego los complementos y por último los zapatos. Cualquiera que sea tu opción, lo que sí es muy importante es hacer una criba de ropa y no guardar por guardar, que es más rápido, pero al final sólo conseguirás tener una armario atestado de ropa que no sueles usar.
  3. Selecciona la ropa que vas a guardar. En este aspecto, pueden entrar en juego temas como los sentimentalismos o las creencias de que esta vez sí nos pondremos ese jersey que todos los años guardamos en el fondo del armario. Para esto, puedes seguir una regla bastante práctica y es pensar en que todo aquello que no te has puesto en un año o dos es muy poco probable que lo vuelvas a usar. Comprueba por ejemplo, las prendas que puedes donar, que puedes regalar a alguien o que directamente están destrozadas y poco uso más van a tener.
  4. Una vez que has decidido con qué te vas a quedar, es hora de ordenarlo, doblarlo bien y guardarlo en cajas o bolsas que lo preserven de la humedad o de la acción de las polillas. Si es ropa que se puede arrugar como los nórdicos, apuesta por bolsas al vacío para aprovechar al máximo todo el espacio. Puedes guardar en estas bolsas algún tipo de ambientador o bolsitas antipolillas para asegurarte que la ropa estará impecable cuando vuelvas a sacarla el próximo año. Si tienes cajas oscuras, en las que no se puede distinguir qué hay dentro a simple vista, coloca un papel encima de toda la ropa indicando qué hay guardado en cada caja en concreto.
  5. Cuando ya tienes la ropa de la temporada pasada guardada y el armario limpio, es hora de colocar las prendas que vas a usar ahora. Asegúrate que tienes las perchas adecuadas en el número también necesario para toda tu ropa y, aunque lo hicieras con anterioridad, aprovecha también para echarle un ojo a lo que tienes y piensa que es muy probable que alguna ropa nueva llegue este año, ya sea por los regalos de la Navidad o por las rebajas. 

La forma de alargar el cambio de armario

Aunque la tarea la vas a tener que hacer sí o sí en algún momento, si 'se te hace mucha bola' y ves que el fresco se te echa encima con las camisetas de manga corta y las faldas sueltas aún colgando en el armario puedes optar por hacer algo que se lleva a práctica en muchas casas y es tener siempre fuera alguna ropa de lo que se viene en llamar 'entre tiempo': algunas camisas de manga larga o chaquetas finitas que lo mismo pueden valer al entrar el invierno o con los primeros días de verano, o similar. Estas prendas no las guardarás en ningún cambio de armario y son las que te asegurarán que no te congeles cuando por la mañana o por la noche ya no pegue ir tan destapado. De todos modos, si te decides por esta opción, trata de que sea un número limitado de piezas y que tengas claro que su uso es ese en concreto porque si no, lo único que lograrás serás tener un lío en el armario.

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