El precio de los alimentos sube un 16,5% en un año
consumo
Los datos del INE muestran que los precios en el supermercado "van a mantenerse disparados"
Los huevos cuestan un 28% más caros y la leche entera un 33%
Uno de cada cinco alimentos subió su precio en febrero tras bajar el IVA
Los datos que manejan las consultoras y las que ha ido revelando el Instituto Nacional de Estadística reflejan un escenario de subidas de precios sin tregua en el súper en un primer trimestre del año en el que la caída en el volumen de compras se ha convertido en una preocupación importante para las empresas.
El año se empezaba con la vista puesta en una aplaudida bajada del IVA en los alimentos básicos, una medida adoptada por el Gobierno para paliar el efecto de la inflación en la cesta de la compra que, por ahora, no ha sido suficiente para aplacar los precios y la consecuente reacción del consumidor de compensar el presupuesto.
Con datos a febrero del INE, los alimentos y bebidas alcohólicas son un 16,5% más caros que hace un año, cuando a su vez ya eran un 5,6% más altos que en febrero de 2021.
A la espera de conocer el Índice de Precios Armonizado de marzo, que se difundirá el próximo 14 de abril, los datos de la consultora Circana apuntan a que el encarecimiento de la compra del gran consumo -incluye alimentación, bebidas, droguería y perfumería- en estos tres primeros meses del año rondará un 12%.
Desde la consultora han apuntado que posiblemente los datos de marzo dejen entrever cierto relajamiento en los precios en el supermercado, si bien "van a mantenerse disparados" y el trimestre cerrará muy alto, asegura la portavoz de esta consultora, Sandra Latorre.
Y destaca una tendencia que se percibía a principios de año y que ya es una realidad: los españoles han reducido su volumen de compra sobre un 4%, una bajada que se hace más patente en categorías como la alimentación y en subgrupos como los frescos, en particular.
La Asociación de empresas de fabricantes y distribuidores (Aecoc) celebran periódicamente reuniones como el comité de estrategia comercial y marketing el que al analizar las empresas este primer trimestre ha destacado como dificultad la contracción de la demanda.
"La tendencia que veíamos a final del 2022 se está manteniendo y se ha acentuado este primer trimestre", explica a Efeagro la gerente de estrategia comercial y marketing de la asociación, Rosario Pedrosa.
Sin relajarse aún los incrementos de costes como los energéticos y los de las materias primas, "está claro que se están reduciendo los márgenes y los esfuerzos están puestos en proteger la cuenta de explotación de las compañías", señala.
El pescado y la carne, en el punto de mira
Mientras una parte del Gobierno sigue defendiendo la validez de sus medidas -bajada del IVA de los productos básicos, ayudas a los productores y cheques a las familias vulnerables- desde parte del ejecutivo se ha instado a ir más allá y la oposición insiste en aumentar el rango de productos con menos carga impositiva.
Coincide con la reclamación de un sector que mira directamente a la carne y al pescado, como elementos básicos de la cesta de la compra que ahora mismo están gravados con un 10%.
Según los últimos datos oficiales, los precios del pescado fresco y refrigerado han escalado un 9,4 en un año y, en las carnes más consumidas, la de ave un 14,3% y de la de cerdo un 15,4%.
Distan bastante de las subidas que acumulan otros alimentos básicos como los huevos (+28%) o la leche entera (+33%), ahora sin IVA.
Así la cosas, el negocio del gran consumo sigue aguantando el tipo ante esta subida de precios que, paradójicamente, ahoga a su cliente, un consumidor poliédrico y complejo.
Un consumidor camaleónico
Y a todo esto se suma una incertidumbre: el comportamiento de un consumidor que "por una parte atiende a precios y, por otra, deja patente que también se organiza para tener sus momentos de indulgencia y disfrute".
Para muestra, los datos de demanda fuera del hogar durante esta Semana Santa, detalla.
Ante esta situación, la experta apunta que resulta oportuno entender que la situación inflacionista afecta a todas las partidas de gasto -vivienda, ocio, suministros y alimentación, entre otros- que funcionan como "vasos comunicantes".
Por ahora, en alimentación, lo que ha quedado manifiesto y datado es que el consumidor está "comprando menos y ha cambiado su mix de productos" para adaptarse a esta realidad que ha afectado al presupuesto de todas las familias en mayor o menor medida.
Pedrosa señala que ante esta situación de incertidumbre, resulta complicado saber cómo va a evolucionar el negocio del gran consumo, pues dependerá de cómo evolucione la inflación y, sobre todo, la confianza del consumidor y de las medidas adicionales que pudieran adoptarse.
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