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Iker Jiménez encuentra fantasmas en el Ayuntamiento de Cádiz: "Sí, estoy aquí"

Aldo Linares percibe la fuerte presencia de un hombre mayor con bigote

Los fantasmas del Ayuntamiento

Fachada del Ayuntamiento de Cádiz, de noche. / cuatro.com

Presencias, muebles que cambian de sitio, puertas que se abren y se cierran, son muchos los testimonios que llevaron a 'Cuarto Milenio' de Iker Jiménez a interesarse por el edificio del Ayuntamiento de Cádiz y que convirtieron la experiencia del equipo de Cuatro en "una de las más intensas que se ha tenido en el programa" en palabras de Paco Pérez Caballero. "Nada fue como esperábamos. Todo dio un giro digno de una ficción, pero real", apostillaba Iker Jiménez en la introducción de la historia.

Y la historia venía apoyada en los muchos testigos que contaban historias de visiones, algunas diferentes, otras compartidas, aunque que llegado el momento declinaron mostrarse a cámara. Sólo una mujer hizo una relación de situaciones extrañas vividas en el interior del edificio por muchos trabajadores, según ella, y especialmente por los vigilantes del turno de noche, tal vez una franja horaria más adecuada para este tipo de percepciones. Esta mujer hizo referencia en concreto a una sombra que incluso fue vista a través de los monitores de vigilancia aunque después, al ir a comprobarlo, no se pudiera observar.

El equipo, que grabó en la semana del 25 de septiembre en el Ayuntamiento, llegó al edificio de noche y con la plaza de San Juan de Dios completamente vacía. Antes de la llegada del sensitivo Aldo Linares, un par de personas recibieron al equipo del programa. Y una de ellas, tendrá especial importancia un poco más adelante.

Una fuerte presencia en el Ayuntamiento de Cádiz

Aunque la idea del programa era centrarse en la parte de oficinas, Aldo Linares percibió una fuerte presencia nada más llegar, desviando lo programado por los trabajadores a otras zonas. Según él, esta presencia "me dice que siga, que puedo pasar, que yo siga que él controla. Es un señor mayor con el pelo blanco y con bigote, lleva algo en la mano, nos está siguiendo, quiere que sigamos con nuestra visita pero él no nos quita ojo", explicaba. En una descripción más detallada, Linares dijo que era una figura masculina, con bigote, de pelo blanco y entradas, mayor pero no anciano, que caminaba con las manos entrelazadas a la espalda y que portada algo en las manos, aunque no pudo llegar a identificar el objeto. 

Aldo Linares explicó incluso que este señor "tuvo algo de garganta" y que su presencia se notaba con mayor intensidad en la parte noble del edificio, en el pasillo de la primera planta que enfila hacia el balcón principal del Consistorio, entre el Salón de Plenos y la escalera donde están los retratos de los alcaldes.

Con una música de fondo que ayudaba bastante a crear misterio, Aldo siguió explicando que este hombre los había recibido desde lo alto de la escalera, "como dándonos la bienvenida y diciendo, sí, aquí estoy", pero mirando a una de las personas que recibió al equipo. "Es como si esa persona supiera algo o le hubiera pasado algo. La presencia tiene que ver con ella, me está diciendo que esa mujer sabe lo que pasó con él", concretaba Aldo.

Francisco Pérez Caballero explicó en 'Cuarto milenio' que, cuando Aldo Linares describió al hombre que estaba viendo, la mujer se desmoronó por completo y rompió a llorar: "Esa mujer, que no era una testigo y que simplemente estaba allí para ayudarnos en nuestra visita al ayuntamiento, reconoció perfectamente a su ser querido en la descripción que había hecho Aldo, nos dijo que justo antes de morir le habían tenido que hacer una traqueotomía".

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