Los mejores alimentos para mantener la microbiota intestinal sana de manera natural

La microbiota intestinal es lo que tradicionalmente se conoce como flora intestinal, un conjunto de microorganismos (bacterias, virus y hongos) que se deben encontrar en proporciones adecuadas en cualquier cuerpo para estar sano. Aunque por aislado sean conceptos que médicamente asociamos a enfermedades, los cierto es que todos estos organismos que encontramos en el intestino no sólo no son dañinos para nosotros, sino que nos aportan muchos beneficios y son una parte esencial para el buen estado de salud de todo el cuerpo.

Estas bacterias, virus y hongos son los que permiten, por ejemplo, que las vacas pueda digerir correctamente la celulosa o que las termitas puedan alimentarse de la madera. En el caso de los seres humanos su dependencia no es tan radical pero sí es esencial para la absorción de determinados nutrientes de los alimentos, imprescindibles para que nuestro cuerpo pueda mantener un equilibrio funcional, como la vitamina K y algunas del complejo B. También influyen en la modulación del sistema inmunológico, el metabolismo, la protección contra patógenos e incluso en el propio estado anímico de la persona.

Es por tanto esencial mantener un buen cuidado de nuestra flora especialmente a través de la nutrición porque una microbiota dañada puede afectarnos a muchos niveles. El desequilibrio de estos microorganismos puede provocar sensibilidad o intolerancia a ciertos alimentos, otros problemas digestivos como hinchazón, diarrea o estreñimiento, e incluso otros muchos más evidentes para tu entorno como puede ser la halitosis o mal aliento.

Cómo cuidar la microbiota intestinal

Según el blog médico de Quirón Salud, junto con una nutrición adecuada, la incorporación de los prebióticos y los probióticos a la dieta añaden los suficientes microorganismos vivos al tacto gastrointestinal para mejorar ciertos componente de la flora existente.

"Los probióticos tienen potencial en la prevención y el tratamiento de las infecciones por rotavirus, la malabsorción de la lactosa y las alergias alimentarias. Entre los beneficios de los prebióticos se encuentran la reducción de la obesidad, la mejora del control de la diabetes no insulinodependiente, la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica y la profilaxis de la gastroenteritis aguda", indican en el blog de salud.

Respecto a la nutrición, una alimentación rica en fibra es esencial para mantener en buen nivel los microorganismos de la flora intestinal y que se encuentran en frutas, verduras, legumbres y granos enteros. Productos como el ajo, las cebollas, espárragos, alcachofas, puerros, patatas, trigo, plátanos y centeno nos ayudarán a mantener el equilibrio.

Otro aspecto fundamental es reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y azúcares añadidos, ya que estos pueden alimentar bacterias patógenas y favorecer los desequilibrios. Los azúcares simples se absorben rápidamente en el intestino delgado, lo que deja menos nutrientes disponibles para las bacterias beneficiosas en el colon.

Tampoco ayuda el estrés ya que el aumento de cortisol altera el ambiente intestinal y promueve el crecimiento de bacterias patógenas. Técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el ejercicio regular y el sueño adecuado, también son importantes para mantener un ambiente intestinal saludable.