Estos serán los nombres de las grandes borrascas que llegarán a Cádiz en 2024-2025

El 1 de septiembre comienza la temporada de borrascas 2024-2025, que será la octava campaña en la que se nombrarán aquellas borrascas que vayan a generar un gran impacto. Según informa la AEMET, en total serán 21 los nombres, que se usarán por orden alfabético y alternando masculino y femenino. Estos son los nombres: Aitor, Berenice, Caetano, Dorothea, Enol, Floriane, Garoe, Herminia, Ivo, Jana, Konrad, Laurence, Marthinho, Nuria, Oliver, Pauline, Rudiger, Salma, Timothee, Vanda y Wolfgang.

¿Por qué se pone nombre a las borrascas?

Pues para concienciar a la sociedad. "El nombrar las borrascas profundas que pueden generar riesgos es algo muy reciente que se inició en diciembre de 2017, aunque ya había precedente en los años anteriores. La consolidación definitiva de este sistema internacional está teniendo un efecto positivo de concienciación sobre la sociedad", explicaba a 'Diario de Cádiz' José Antonio Aparicio, presidente del IERD (Instituto Español para la Reducción de los Desastres).

La determinación de poner nombres a estos fenómenos meteorológicos partió del Aemet (España), MéteoFrance (Francia) y el IMPA (Portugal), para señalar a aquellas borrascas profundas que puedan afectar a España, Francia o Portugal de tal manera que "puedan producir un gran impacto en bienes y personas", según la AEMET. Así que la agencia española comenzó a nombrarlos en nuestro país en diciembre de 2017, en el marco de la EUMETNET, organización cuyo objetivo es "asegurar y facilitar la cooperación entre los servicios meteorológicos nacionales de Europa". La primera borrasca fue bautizada con el nombre de Ana, a la que siguió Bruno, Carmen y David, que fue el antecesor de la muy recordada Emma.

Pero, ¿Cuándo se nombra?. Pues cuando se prevean condiciones que den lugar a la emisión de avisos de viento naranja o rojo en alguno de los tres países. En el caso de España, se trata de rachas máximas superiores a 90, 100 y 110 km/h. Entonces el servicio metereológico que prevea emitir el primer aviso naranja o rojo le dará nombre a la borrasca siguiendo la lista antes nombrada.

Los precedentes se sitúan en la Universidad Libre de Berlín, que ha estado bautizando a los anticiclones y borrascas desde el año 1954.