¿Olvidas a veces el nombre de una persona? La ciencia tranquiliza por estos lapsus de memoria cotidianos
Los pequeños olvidos pueden dejarnos en situaciones incómodas o crear sentimientos de frustración
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A medida que va pasando el tiempo, es normal que nuestra memoria vaya experimentando ciertos cambios que parecen disminuir nuestra capacidad para retener información. Son pequeños olvidos cotidianos pero que nos pueden dejar en situaciones incómodas como por ejemplo, cruzarte con alguien que conoces con toda seguridad pero del que no recuerdas el nombre en ese momento. Lapsus de memoria que incluso pueden crear algo más de frustración como no recordar dónde dejaste las llaves de casa, aunque el lugar sea el habitual, o cuando tratas de pronunciar una palabra 'que tienes en la punta de la lengua' y no consigues verbalizarla hasta que no pasa un rato y dejas de concentrarte precisamente en tratar de localizarla.
Según la ciencia, estos olvidos cotidianos tienen su explicación y entran dentro de la normalidad del funcionamiento de nuestro cerebro. Según la Fundación Pasqual Maragall, estos despistes no implican ni que tengamos un problema cognitivo ni que tengamos un problema de memoria, son simplemente lapsus.
Generalmente, estos fallos de memoria se pueden dar:
- Cuando queremos cambiar una rutina, por ejemplo, queremos bajarnos en la parada anterior del autobús para hacer ejercicio y llegar andando a casa o al trabajo. Si no nos concentramos, es muy probable que terminemos bajándonos en la parada habitual.
- Cuando se altera una secuencia automatizada que estábamos realizando, por ejemplo, alguien nos interrumpe cuando estamos preparando la comida o unos papeles. Es muy normal que al terminar esta conversación que nos ha interrumpido, no sepamos si hemos echado la sal a la comida o por dónde nos habíamos quedado ordenando los documentos.
- Cuando mezclamos secuencias, por ejemplo, salir de casa con prisas pero antes tener que guardar las gafas de sol y meter el agua en la nevera. Es muy posible que si no nos fijamos correctamente, terminemos sin las gafas de sol dentro del bolso y sí en la nevera.
- Cuando realizamos secuencias similares y reiteradas, como entrar en el parking de casa y en el del trabajo, con tarjetas distintas, y tratar de abrir con la que no corresponde.
- Cuando tratamos de recuperar un recuerdo que no es habitual que usemos, como el nombre de una persona que conocimos hace tiempo.
Parece lógico que prestar un poco más de atención puede ser la solución a estos lapsus mentales aunque lo positivo precisamente de todas estas actividades habituales es liberar a la mente de este esfuerzo constante por estar concentrado. Por eso, podemos decidir primero cuáles son los olvidos que más no afectan y concentrarnos en ellos, bien con mayor atención o bien utilizando alguna señal que nos indique por dónde habíamos quedado en la realización de la secuencia.
Además de una falta de atención, hay otros aspectos que pueden provocar fallos de memoria. Según la Clínica Mayo, ciertos medicamentos o combinaciones de medicamentos pueden provocar pérdidas de memoria reversible, así como afecciones emocionales (estrés, ansiedad, depresión), el consumo de alcohol, la apnea del sueño no tratada correctamente o tener poca vitamina B12.
No obstante, si más allá de estas situaciones de incomodidad o de frustración, las pérdidas de memoria te preocupan, debes consultar con tu médico que lo más seguro, te derivará a un especialista con el objetivo de sacarte de dudas respecto a tu caso particular o, por el contrario, realizará un diagnóstico oportuno para obtener el tratamiento más adecuado.
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