La comida no se tira: estas son las medidas para evitar el desperdicio en bares y supermercados

Los establecimientos estarán obligados a rendir cuentas sobre el destino de los alimentos que no se vendan o que sobren

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Un pasillo de verduras y frutas en un supermercado
Un pasillo de verduras y frutas en un supermercado / Agencias

'Prohibido' tirar comida. El Congreso de los Diputados ha aprobado la ley contra el desperdicio alimentario que obligará a bares y supermercados a que los alimentos sobrantes no acaben en la basura. Incluso para los desechos, la legislación contempla un destino mejor que compense el esfuerzo de generarlo. De esta manera, los bares tendrán que ofrecer siempre un envase para las sobras a sus clientes y los supermercados tendrán que donar los excedentes. Muchas de estas prácticas ya estaban siendo implementadas por ciertos establecimientos. Sin embargo, ahora una ley que obliga a hacerlo.

La denominada Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario nace para rebajar los 1.214 millones de toneladas de desperdicio que cifró el Ministerio de Agricultura en 2023. Concienciar acerca de los costes ambientales es otro de los objetivos. El consumo de agua requerido para la producción de frutas, cereales o para alimentar ganado, y el impacto en la naturaleza de la presencia humana, hace que desechar de primeras un alimento por falta de comprador sea un coste difícil de asumir. También por eficiencia. Pues detrás hay una plantilla de trabajadores que se han esforzado en recolección, producción y distribución. Al hilo de esto, las empresas del sector alimentario tendrán que presentar un plan de pérdidas y desperdicios. O dicho de otro modo, explicar qué piensan hacer con las sobras.

En el caso de los supermercados, la prioridad será la donación a ONG y asociaciones que redistribuyan esos alimentos que ya no pueden venderse por diferentes motivos (caducidad cercana, presentación, defecto menor) pero son aptos para el consumo. De esta forma esa comida cae en manos de otras personas con menores recursos y en riesgo de exclusión. Muchos supermercados ya tienen activados protocolos con entidades sociales para la entrega de alimentos. Por otro lado, la alta cantidad de desechos hace que no todas las organizaciones tengan capacidad logística para recoger tanto alimento. Si la vía de la donación para el consumo humano falla, la ley indica que el siguiente paso es la alimentación animal, el compost o los biocombustibles.

No obstante, la ley también pide que ahora los supermercados den una oportunidad al consumidor de elegir si quieren consumir ciertos productos menos estéticos pero que cumplan las normas sanitarias. En este sentido se promoverán los artículos de proximidad, ecológicos y ambientalmente sostenibles. En cuanto a los artículos cerca de caducar, se solicita incentivar la comercialización de productos cerca de caducar con un descuento suculento. Algo que ya se hace con carnes, verduras y pescados, con rebajas de hasta el 30% en muchas superficies.

Otra de las medidas que se contempla en esta legislación es que bares y restaurantes entreguen 'tuppers' reciclables de cartón o de aluminio a los clientes que no logren terminarse sus platos. Algo que ya se hace en muchos establecimientos, aunque casi siempre por iniciativa del consumidor. Ahora, ante una cantidad alta de sobras, el local tendrá que consultar antes de tirarlo a la basura. Este servicio será gratuito salvo si el envase es de plástico, que se deberá cobrar. Por esta razón, el establecimiento deberá procurar disponer de opciones reciclables. El incumplimiento de la ley contempla sanciones de 2.000 euros por infracciones leves y de hasta 500.000 euros por infracciones graves.

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